La halitosis, mal aliento u olor de boca afecta a personas de todas las edades, es una condición temporal o crónica frecuente con múltiples orígenes con implicaciones sociales y psicológicas pudiendo reducir la calidad de vida de una persona. Por definición, la halitosis se define como un olor desagradable del aire exhalado, independientemente de su origen. Puede tener una prevalencia a largo plazo o ser transitoria, lo que dificulta establecer la frecuencia de la condición.
La prevalencia global se estima aproximadamente entre el 10% y el 20%, siendo más común en adultos mayores. Afecta a hombres y mujeres por igual, y su prevalencia aumenta con la edad. El mal olor bucal puede atribuirse a una alta concentración local de poblaciones bacterianas intraorales, particularmente aquellas de la biopelícula de la lengua, así como de las biopelículas asociadas con los dientes y los tejidos de soporte del diente, que producen compuestos volátiles malolientes responsables del mal aliento.
Por fortuna, hay opciones de tratamiento y el Dr. Juan Carlos Munévar del grupo de Unidad de Investigación Básica Oral de la Facultad de Odontología de la Universidad El Bosquenos da sus opciones de tratamiento:
Una consulta regular con el odontólogo quién puede detectar y tratar cualquier problema que pueda estar contribuyendo a la halitosis.
Mejorar la higiene oral cepillándose los dientes dos veces al día y usar el hilo dental una vez al día, es fundamental para eliminar la placa bacteriana o biopelículas de los dientes, periodonto y lengua.
La limpieza con un raspador para eliminar las bacterias de la superficie de la lengua, considerada una fuente importante de mal aliento, así como la detección de enfermedades periodontales donde se pueden albergar bacterias que producen compuestos volátiles que originan malos olores en la cavidad oral.
Restauraciones dentales insuficientes, alternancia de dietas y/o alivio de factores locales.
Evitar fumar porque existen componentes en el cigarrillo que además de disminuir la producción de saliva, dañan los tejidos de la boca y aumenta la producción de bacterias.
Beber mucha agua pues la hidratación ayuda a mantener la boca húmeda y reduce el crecimiento de bacterias.
Sin embargo, en algunos casos, la halitosis puede ser un síntoma de una enfermedad subyacente, como la diabetes o la enfermedad renal. En estos casos, el tratamiento médico de la enfermedad subyacente también ayudará a eliminar el mal aliento.
La clasificación actual según el origen del mal aliento o halitosis, es la halitosis patológica Tipo 1 (oral), Tipo 2 (vía aérea), Tipo 3 (gastroesofágica), Tipo 4 (por vía sanguínea) y Tipo 5 (subjetiva). En realidad, cualquier síntoma de halitosis es potencialmente la suma de estos tipos en cualquier combinación, superpuestos al Tipo 0 (olor fisiológico) en condiciones de salud.
La halitosis es un problema común no una enfermedad, considerada como un síntoma que puede tener diversas causas. La clave para combatirla está en identificar el origen del problema y tomar las medidas adecuadas para eliminar las bacterias que la causan. La información proporcionada tiene fines informativos y no debe reemplazar el consejo médico profesional. Siempre es recomendable consultar con su odontólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.