Vogue destacó el vestido que llevó la vicepresidenta de Colombia a la posesión presidencial el pasado siete de agosto, porque Francia Márquez podría llevar un traje de chaqueta cuando sabe que su imagen va a ser captada por los medios, cualquier otro lugar común estético de los códigos que el power dressing ha prescrito para las mujeres de la clase política.
Podría llevar vaqueros y zapatillas en la que es ya una jugada ensayada en las campañas de comunicación política de quienes quieren acercar su imagen a los votantes. Pero la nueva vicepresidenta de Colombia se ha decantado por opciones mucho más coloridas, volumétricas, llamativas e inusuales entre las mujeres que se dedican a la política en América Latina, y existe una explicación, un motivo, que hace de esta decisión valiosa y necesaria.
El ejemplo más paradigmático y comentado ha sido el look con el que juró su cargo. Un vestido asimétrico con un estampado azul y naranja tipo wax, uno de los tejidos tradicionales africanos más populares. Bajo la sobrefalda del vestido salía a relucir una falda blanca larga, cuyo volumen había sido enfatizado mediante enaguas, que combinaba con un volante ornamental cruzando su pecho.
Vestida por Esteban Sinesterra, un diseñador de 23 años, fundador de la firma Esteban African, que ha sintonizado con el mensaje de Márquez, y ha logrado sublimarlo también desde el plano textil.
El despliegue de los tejidos de brillantes colores en el vestuario de Francia Márquez es relativamente reciente y está directamente vinculado con la intención de hacer visible y presente la herencia y el relato de las comunidades colombianas afrodescendientes, que históricamente no han tenido acceso a los puestos de poder en el país.
Según relataba The Washington Post, ocurrió en un viaje a la senegalesa isla de Gorea, un punto desde el que las personas esclavizadas en el continente eran enviadas a América. “Ves todo el tiempo a gente luciendo prendas coloridas”, contaba a la publicación. “Los estampados de los tejidos tienen múltiples significados. Para mí, representar este mensaje en la campaña es hablar también del lenguaje de la memoria, que nos ha sido negado. Me visto como me visto a propósito”.
“Hasta que la dignidad se haga costumbre” se ha convertido en el mensaje y propósito de la campaña de Francia Márquez, hoy vicepresidenta de Colombia, que ha encontrado oportunidad y espacio para trasladar esa dignidad y esa memoria a sus estilismos durante los actos de su agenda pública. Márquez-Mina es la primera mujer negra en ostentar el cargo del que es, por cierto, el primer gobierno de izquierda del país, liderado por Gustavo Petro.
Vogue
Foto: Cortesía
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