La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad; el alcalde de Cali, Alejandro Éder y la Gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, anunciaron el cierre del total de las minas que hoy afectan el Parque Nacional Natural Farallones de Cali.
“Inicia la segunda fase del proceso para el control de la minería ilegal en el Parque Nacional Natural Farallones. Hay que recordar que el año pasado logramos controlar el 60% del problema, logramos que bajaran 200 mineros y se cerraron esas minas, que no se han vuelto a abrir. Sin embargo, quedan seis minas abiertas que se mantienen como una amenaza para el parque; el objetivo de este PMU es hacer un trabajo unificado para el cierre de estas. La Fiscalía ya ha emitido 27 órdenes de captura y se ha avanzado en los acuerdos sociales en los asentamientos en la zona de amortiguación de Farallones”, aseguró la ministra Muhamad.
Por su parte, el alcalde de Cali, Alejandro Éder, señaló que “venimos trabajando de manera articulada con el Ministerio de Ambiente, también con la Fuerza Pública; con la Gobernación y Parques Nacionales y seguimos avanzando en esta meta de cerrar todas las minas que hay en el Parque los Farallones este año y lo vamos a lograr. También estamos trabajando con las comunidades en los bordes del Parque para que puedan pasar a ser defensores, protectores de los mismos y estamos trabajando para impulsar el turismo sostenible. Ya estamos haciendo todos los estudios”.
“Estamos trabajando para presentar un proyecto por $14.000 millones para restaurar los suelos impactados y darles posibilidades a esos campesinos, a esas comunidades, de tener una sostenibilidad económica preservando el ambiente. También estamos trabajando Pago por Servicios Ambientales con el Dagma y, por supuesto, queremos hacer frente a la minería ilegal que se presenta en Buenaventura”, puntualizó la gobernadora de Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro.
Las investigaciones realizadas en el Parque revelaron que la minería ilegal en esta área generó una afectación en los cuerpos de agua por el vertimiento de mercurio que, se estima, llegó a ser de una tonelada al año.