Cristian David Castrillón Chalarca fue llamado a juicio por los delitos de estafa agravada en concurso con receptación, enriquecimiento ilícito de particulares, falsedad personal y falsedad en documento privado por presuntamente haber estafado a 10 personas por más de $120 millones en Ibagué (Tolima). Castrillón Chalarca fue vinculado a hechos ocurridos entre los años 2019 a 2022 y enviado a la cárcel como medida preventiva.
Su accionar delictivo estaría basado en la modalidad de ofrecimiento de servicios tecnológicos como equipos celulares o computadores, y a su vez utilizaría dos empresas asociadas para ofrecerles a sus víctimas el financiamiento de estos quedándose él finalmente con el dinero.
El hombre de 29 años figura como representante legal de una empresa llamada Tecnofiamos, ubicada en un centro comercial de la ciudad; la cual tenía como objeto comercializar celulares, computadores y aparatos tecnológicos.
Su negocio contaba con aliados comerciales. Una de las empresas está ubicada en Pereira (Risaralda), y la otra en la capital tolimense, las cuales son intermediarias financieras que finalmente se convirtieron en víctimas.
El engaño se daba cuando la víctima interesada en adquirir algún equipo y que no contaba con el dinero suficiente, era motivada por Cristian David para que permitiera le hicieran un estudio de crédito y así lograr financiar y acceder al producto.
La persona le entregaba información personal, su cédula y datos generales para el supuesto estudio. Pero lo que no sabía era que le estaba entregando la información precisa para que éste sacara el crédito a su nombre y el dinero le fuera desembolsado a él.
Finalmente, el ciudadano incauto se daba cuenta de lo que estaba pasando cuando le llamaban de las entidades a decirle que estaba en mora.
En uno de los casos las víctimas fueron padre e hija quienes sacaron un celular de alta gama y alcanzaron a pagar varias cuotas. Un día el celular presentó un daño y el investigado les entregó otro de baja gama provisional mientras solucionaba lo de su equipo. Al final se dieron cuenta que ambos figuraban como robados. Cuando fueron a reclamarle no lo hallaron en el sitio.
Las víctimas señalaron que los perjuicios causados ascienden a 20 millones de pesos.
Otra persona refiere haberlo conocido cuando prestaron servicio militar en el año 2011 por lo que le tenía absoluta confianza y dejó en sus manos que le ayudara con la adquisición de un crédito bancario para acceder a una finca.
Esta persona, de raíces campesinas, que poco conocimiento tenía al respecto se dejó convencer al punto que sacó 2 celulares y 3 tarjetas de crédito a su nombre, porque su amigo le dijo que así crearía vida crediticia y tendría un buen puntaje para que le dieran el préstamo.
Pero la víctima le dio sus claves, dándole manejo absoluto de los plásticos manteniéndolo en error, sobre que él iba a cubrir esas deudas como un mercado de $1.000.000, y hasta un reloj por $1.800.000. Finalmente, su afectación económica fue por $13.000.000 millones.