Supongamos que una organización delictiva con presencia en diferentes zonas del país necesita trasladar una suma importante de dinero a uno de sus aliados sin ser detectados, y para lograrlo recluta a 10 personas de municipios cercanos al receptor para que presten su nombre y sus cuentas para recibir pequeños montos, a cambio de una “comisión” por su ayuda.
Con tal estrategia la operación podría pasar desapercibida, pero los controles habilitados por la empresa operadora de los giros revelan la situación y esta hace una alerta a las autoridades.
Con su investigación, las autoridades llegan a Pedro Pérez, uno de los 10 colombianos reclutados: una persona común y corriente, cuyo error fue prestar su nombre y su cuenta bancaria para recibir el dinero de la organización delictiva. Ahora Pedro se encuentra en graves problemas.
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La conducta en la que participó es una modalidad de lavado de activos que el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilaft) denomina como ‘pitufeo’ o fraccionamiento, y que consiste en fraccionar o dividir en pequeños montos transacciones aparentemente aisladas, que se realizan a nombre de una o varias personas sin aparente relación, con el objetivo de no generar sospechas, perder la trazabilidad de las transacciones y evitar controles que superen los umbrales determinados en las entidades financieras.
En su compromiso de promover desarrollo sostenible para lograr el bienestar de todos, Bancolombia quiere hacer pedagogía sobre los riesgos de este flagelo, y ofrece esta guía completa para que los colombianos eviten caer en las manos de la delincuencia.
¿De qué manera se presenta?
Esta modalidad de lavado de activos se puede presentar de muchas maneras, por ejemplo:
Los depósitos fraccionados: se realizan múltiples depósitos en efectivo en diferentes cuentas bancarias, manteniendo cada depósito por debajo del umbral de reporte obligatorio para evitar alertas en la entidad financiera y en las autoridades.
Retiro fraccionado: similar a los depósitos fraccionados, pero en este caso se realizan múltiples retiros en efectivo en pequeñas cantidades desde diferentes cuentas bancarias.
Transferencias electrónicas: se envían pequeñas cantidades de dinero a través de transferencias electrónicas a varias cuentas, a menudo en diferentes bancos o incluso en diferentes países.
Prestanombres: se usan varias personas, llamadas. “pitufos”, para realizar depósitos o transferencias, cada uno por debajo del umbral de reporte, para dispersar el dinero.
Conversión a activos digitales: convertir el dinero en efectivo en criptomonedas o tarjetas prepagadas en pequeñas cantidades para dificultar el rastreo.
¿Qué hacen los delincuentes para captar a los llamados “pitufos”?
En algunas ocasiones los delincuentes publican anuncios en redes sociales o sitios web con ofertas laborales muy atractivas, garantizando altos ingresos por tareas aparentemente legales y sencillas, como trabajar desde casa o realizar transacciones bancarias.
En otros casos, las bandas se aprovechan de personas vulnerables, como estudiantes, migrantes o personas en situaciones económicas difíciles, prometiéndoles una solución rápida a sus problemas. También utilizan a personas de confianza para que estas recluten a los “pitufos”, presentando la actividad como un simple favor.
Siempre existen unas señales de alerta que deben hacer sospechar a las personas que son buscadas para ser usadas en esta modalidad:
• Se ofrecen altas comisiones por transacciones simples.
Aseguran a las personas reclutadas que las transacciones son legales y que no hay riesgo de problemas con las autoridades.
Crean historias con un sentido de urgencia, presionando a las personas a tomar la decisión bajo presión y sin darles la oportunidad de pensarlo demasiado.
Construyen confianza dando la apariencia de ser profesionales y siendo amigables. A veces muestran documentos falsos para respaldar sus afirmaciones.
¿Qué consecuencias pueden tener las personas si prestan su número de cuenta o su nombre para materializar este delito?
Podría ser condenadas por el delito de lavado de activos, que tiene consecuencias penales como la privación de la libertad (entre 10 y 30 años); consecuencias económicas, como multas, la confiscación de bienes y procesos de extinción de dominio; y consecuencias reputacionales para la persona, generándole dificultades para obtener empleo, créditos y el acceso a servicios en el futuro, especialmente en el sector financiero o en otros sectores regulados.
¿En qué zonas del país se presenta más el ‘pitufeo’?
La práctica de fraccionar transacciones financieras tiende a concentrarse en áreas con alta actividad económica y financiera, como grandes ciudades y capitales, por tener una mayor cantidad de bancos, casas de cambio y negocios que manejan grandes volúmenes de dinero; las zonas de frontera, por el flujo constante de personas y mercancías; los centros turísticos y puertos, debido al volumen de transacciones en efectivo y el movimiento constante de personas y bienes; y por último, las zonas de alta actividad comercial e industrial, y áreas con presencia de crimen organizado relacionado mayormente con narcotráfico.
Estos son los cuatro consejos claves para evitar el ‘pitufeo’
• Desconfíe de ofertas demasiado buenas: si una oferta de empleo promete altos ingresos por tareas simples, especialmente si no requiere experiencia ni habilidades específicas, podría ser una trampa. También desconfíe de ofertas de obtener comisiones por la realización de operaciones o el pago de “favores” por recibir dineros en sus cuentas.
• Investigue antes de aceptar: busque información de la persona u organización que le está realizando la oferta. Para ello, use fuentes confiables en Internet, revise si tiene página oficial y si menciona que es vigilado por alguna autoridad. En ese caso, verifique su veracidad.
• Ojo con los datos personales y bancarios: nunca comparta con desconocidos su información personal ni su número de cuenta.
• Educación: infórmese sobre el lavado de dinero y entérese de los métodos comunes de lavado de dinero y los signos de alerta.