A los antioqueños nos gusta cumplir la palabra. Por ello sentimos afinidad con los políticos frenteros, transparentes y honestos.
En su campaña a la Alcaldía de Medellín, Daniel Quintero dijo ser independiente. En 8 meses, hemos podido advertir que su administración, lejos está de ese calificativo. Tiene acérrimos defensores como los Senadores Gustavo Petro, Rodrigo Lara, el político Germán Vargas Lleras y el ex funcionario público, Pablo Felipe Robledo, a quien luego de manifestarle su apoyo en campaña, el Alcalde lo nombró miembro de la junta directiva de Empresas Públicas de Medellín.
Varios concejales, de manera individual y en una carta pública, le solicitaron a Quintero convocar a sesiones extraordinarias. El Alcalde no ha atendido su llamado urgente ante la crisis institucional que desató en la ciudad su actuar. Quintero contrarió las normas de buen gobierno corporativo en EPM y Ruta N, lo que por supuesto desencadenó en la renuncia de la junta directiva de ambas entidades. Quién permanece en una junta directiva, con los riesgos jurídicos que se asumen, sin que se le informe por sus directivos asuntos de tal envergadura como una demanda de 9.9 billones de pesos o el cambio arbitrario del gerente?
En el caso de EPM, esta semana nos enteramos además que quienes componían la junta directiva no fueron invitados a la celebración por los 65 años de servicio de la empresa. Sí, los miembros del máximo órgano de la misma, no fueron participados; un pequeño pero significativo detalle.
En días pasados, el Alcalde Quintero se refirió a los ex miembros de la junta directiva de EPM como mezquinos, porque según él, renunciaron para hacerle bajar la calificación a la empresa. Así mismo, señaló que “aquí se acostumbraba que los Alcaldes eran los que manejaban las redes sociales y que otros, unos pequeños grupos empresariales eran los que gobernaban”. Los señalamientos del Alcalde, francamente, denotan que no conoce nuestro talente.
Medellín ha sido una ciudad en la que ha brillado la alianza universidad, empresa privada y sector público. Ese acuerdo tácito ha permitido un progreso social histórico y ha sido ejemplo para la región y el país. No podemos dejar que un gobernante de turno desprestigie el valor de ese trabajo conjunto para hacer populismo, en pro, de sus intereses personales.
Por ello, la ciudadanía, gremios, académicos, partidos políticos, prendieron las alarmas y se conformó, entre otras iniciativas, la Veeduría Ciudadana, TodosXMedellín; un espacio cívico para proteger lo público y en especial a EPM. El Alcalde ha intentando irresponsablemente desprestigiar dicho movimiento, tildándolo de político. El mismo Alcalde que en campaña solicitó la creación de una veeduría ciudadana para proteger la misma empresa.
Como ya Quintero se quitó el antifaz y conocemos sus reales intereses, es importante que tenga en cuenta que Medellín ha sido una ciudad resiliente; hemos superado épocas de mucho dolor y personajes difíciles, siempre mirando el futuro con optimismo y anteponiendo el bien común sobre los intereses personales. Esta crisis ha demostrado nuevamente que más allá de las diferencias políticas, entre unos y otros, hay un sentimiento común: el amor por Medellín. Juntos la vamos a cuidar.