Una tierra de 200 hectáreas, ubicada en el sur del departamento de La Guajira, rica en producción agrícola y pecuaria, es el lugar donde excombatientes de las Farc-Ep en proceso de reincorporación desarrollan sus actividades de sostenimiento económico y familiar.
La Granja San Luis, a solo unos minutos del corregimiento de Conejo, jurisdicción del municipio de Fonseca, se constituyó como el espacio propicio para que un grupo de más de 200 personas entre excombatientes, familiares y habitantes de diferentes comunidades, que hoy son asociados de la Cooperativa Multiactiva para la Paz de Colombia, Coompazcol, lograran encontrar en la agricultura y el trabajo con los animales, la mejor manera de reconciliación, no solo entregando mensajes de paz, sino, con hechos, demostrar qué tan importante es servir en comunidad.
La cría de ovinos o “chivos” –como se le conoce en la región-, la de gallinas ponedoras con sus huevos que se comercializan en los pueblos cercanos del lugar, cultivos de pancoger y un almacén que les proporciona los insumos necesarios para garantizar la cadena y seguridad alimentaria, son el resultado de todo un proceso conjunto en el que se teje un proyecto que cada día crece más y es el beneficio para quienes habitan en el corregimiento de Conejo.
La granja ha sido fortalecida a través de diferentes entidades, como la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), el SENA, Paso Colombia y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), entre otros, quienes con su acompañamiento permanente y asistencia técnica han logrado el buen uso de los recursos existentes para autoabastecer a los residentes en el antiguo ETCR Pondores y a la población aledaña en general.
Para Wilfren Martínez, excombatiente y uno de los líderes del proyecto, el crecimiento de sus acciones no se detiene. Cuenta que los escenarios naturales del departamento, son más que perfectos para la cría de animales y para poder ‘echar raíces’ labrando la tierra.
“Quisimos emprender esta unidad productiva de cría de ovinos porque aparte de conservar nuestras raíces y costumbres, el clima de la región se adapta para los animales. Iniciamos con 35 ejemplares de la raza criolla de La Guajira, luego trajimos otros de Santa Inés y también raza dorper para mejorar la genética. Ahora tenemos 230 y la idea es que haya más producción y que nos sirva de autoconsumo tanto para los que estamos en proceso de reincorporación como para la comunidad”, expresa el representante de Coompazcol.
En la actualidad, la cooperativa trabaja en el fortalecimiento de este proyecto para posicionarlo en la región como el de mayor cumplimiento en los temas sanitarios y para posteriormente comercializar sus animales.
Pero si los ovejos han logrado reproducirse en esta granja, donde se siembra además, esperanza y alegría, las gallinas ponedoras también tienen su lugar. El emprendimiento, que empezó como un piloto con 200 aves para autoconsumo, se robusteció hasta tener 3.000 gallinas que han alcanzado una producción de más de 2.500 huevos diarios, los cuales son vendidos a clientes del corregimiento de Conejo y del municipio de Fonseca.
Aunque en la actualidad existe una recesión causada por la coyuntura de la pandemia del COVID-19 –que ha disminuido la producción y venta de los huevos–, Ingrid, la excombatiente que administra esta iniciativa hace dos años, no duda al decir, convencida, que se mantienen las ganas por continuar trabajando: “Uno de los anhelos que yo quiero y nuestros líderes de esta granja es echar este proyecto para adelante, la idea es tener 5.000 gallinas para que sea autosostenible, generar empleo para la comunidad y los excombatientes y sobre todo queremos ampliar nuestra comercialización”.
Este galpón de la Granja San Luis cuenta con pastoreo para sus gallinas. Esto permite no solo la producción de los huevos ya estandarizados por su peso como tipo A, AA y Jumbo, sino que también se obtienen huevos semi-criollos de buena calidad debido al consumo de diversos alimentos que encuentran en sus salidas al aire libre, como el forraje de maíz, moringa, mata ratón, cebolla larga y agua en ajo, entre otros, que los fortalecen de forma orgánica.
De acuerdo con el director General de la ARN, Andrés Felipe Stapper Segrera,“con el fortalecimiento de proyectos como la Granja Integral San Luis confirmamos que la Paz con Legalidad, política del presidente Iván Duque, avanza con el compromiso del Gobierno nacional y muy importante, con la constancia y empeño de las personas en reincorporación que se organizan alrededor de unidades productivas como esta para desarrollar sus proyectos de vida en la legalidad y beneficiar a las comunidades a través de la sostenibilidad económica”.
Cuando los excombatientes pensaron en fomentar una granja integral, no sólo se detuvieron en la producción y ejecución de cada una de las iniciativas, sino en la consecución de los insumos para desarrollarlas con éxito. En ese sentido, la cooperativa Coompazcol también creó el Almacén Agropecuario a pocos kilómetros de la granja, en el corregimiento de Conejo, destinado exclusivamente a la venta y comercialización de productos e insumos agrícolas y veterinarios.
“Con la cooperativa vimos la necesidad de montar este almacén, primero porque surgió de la necesidad del consumidor y de la comunidad ya que en Conejo no existía un establecimiento así y se tenían que trasladar hasta lugares más alejados para comprar sus cosas. Además, tratamos de dejar los productos con precios más cómodos porque somos distribuidores directos de algunas marcas, para brindarles así también una ayuda”, afirmó Iseth Montero, excombatiente que atiende y administra el lugar.
Como valor agregado, el almacén también ofrece servicios de vacunación y aplicación de medicina veterinaria y en un futuro muy cercano piensan implementar el sistema de ‘trueque’, para que el campesino que no cuenta con recursos económicos disponibles para comprar, pueda intercambiar los productos que cultiva por artículos del establecimiento.