¡Hablemos del contexto de las comunidades Afro!

Foto: Oscar Sevillano

En el mes de enero del 2024, se vivió una situación alarmante en el municipio de Puerto Tejada ya que, un menor estuvo a punto de ser víctima de un intento de asesinato al ingresar a la institución educativa donde cursaba sus estudios. Afortunadamente, la situación no llegó a ese extremo gracias a la rápida acción y solidaridad de la comunidad, pero también de las autoridades locales. Este suceso, subraya la cruda realidad de la violencia que afecta a nuestras comunidades, especialmente a los jóvenes, y destaca la necesidad de abordar las causas subyacentes para construir un entorno más seguro y pacífico.

Según el Instituto de Medicina Legal, en su informe de lesiones fatales de causa externa en Colombia (enero a diciembre), en el año 2023 se presentaron 14.033 Muertes por Presunto Homicidio (MPH) de los cuáles el 9% hacían parte de la población afrodescendiente. Mientras que, en el departamento del Cauca se presentaron 855 (MPH) de los cuales el 7% eran mujeres y 21% hacían parte de la población afrodescendiente. También se reportaron 87 suicidios de los cuales el 71% fueron hombres y el  29% fueron mujeres; el 11% de los casos correspondían a la población afrodescendiente. En Puerto Tejada, se registraron cifras preocupantes con 52 casos (MPH), de los cuales el 54% corresponden a personas jóvenes, menores de 29 años todos hombres (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2023).

Por lo anterior, la defensoría del pueblo emitió la alerta temprana 018-2022 en el municipio de Puerto Tejada – Cauca, por la proliferación de las pandillas, que se configuraran como célula de la delincuencia y la criminalidad. (Programa de Fortalecimiento de la Capacidad Institucional de la Defensoría del Pueblo-Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 2023).

Por otro lado, de acuerdo con el Sistema integrado de información sobre Violencias basadas en género (VBG), en el 2023 en el Cauca se registró un total de 3.212 casos (VBG). De manera preocupante, el 83% de estas víctimas fueron mujeres, alcanzando una cifra de 2.645 casos, además, se observó que el 34% de ellas eran menores de edad. En relación con los casos reportados por violencia sexual, en el 2023 se alcanzó una cifra de 969 en el Cauca, de los cuales el 90% eran mujeres, y respecto al ciclo de vida mujeres menores de edad, se tiene un reporte de cerca del 72%. En Puerto tejada se reportaron 127 casos (VBG) de los cuales el 91,3 % eran mujeres de las cuales el 79% pertenecían a la población afrodescendiente (Sistema integrado de información de violencias de género-SIVIGE, 2023).

La realidad que enfrentan muchas comunidades afro, especialmente en los municipios del Pacífico, nos confronta: la presencia constante de situaciones críticas que demandan respuestas urgentes y nos obliga a reflexionar sobre las causas subyacentes y las limitaciones que enfrentamos para abordar estos problemas. Por ello, es crucial cuestionarnos por qué estos eventos son más frecuentes en comunidades afro. Aquí, la noción de violencia estructural emerge como un fenómeno palpable en nuestras vidas cotidianas. Las desigualdades económicas y sociales, la falta de acceso a oportunidades educativas y laborales, y la ausencia de recursos básicos contribuyen a la creación de un caldo de cultivo propicio para la violencia.

Al analizar las cifras proporcionadas por el Instituto de Medicina Legal, se evidencia que los incidentes violentos ocurren con mayor frecuencia en poblaciones caracterizadas por condiciones de vulnerabilidad, donde el nivel educativo emerge como un factor fundamental. De hecho, el 98% de estos casos se concentran en individuos con un nivel de educación menor, principalmente en hombres y mujeres pertenecientes a grupos étnicos u otras categorías de vulnerabilidad, como campesinos, ex convictos, miembros de organizaciones no gubernamentales, personas en condición de desplazamiento o en situación de calle, entre otros.

Este panorama resalta la urgencia de abordar las disparidades educativas y socioeconómicas que contribuyen a la violencia en estas comunidades. La falta de recursos económicos representa un obstáculo significativo para implementar soluciones efectivas. ¿Cómo proteger a nuestras comunidades y crear entornos más seguros sin los recursos necesarios? Es crucial abordar esta falta y buscar soluciones que permitan una intervención más efectiva y sostenible. Al dotar a la comunidad afro de herramientas y recursos para fortalecer su empoderamiento económico, se fomenta su autonomía y capacidad para tomar decisiones informadas sobre su desarrollo y la disminución de las condiciones de vulnerabilidad.

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¡Hablemos del contexto de las comunidades Afro!

Por Sandra Paola Ibáñez Quiñones

CEO PotenciAfro, Directora Ejecutiva MedidAfro

Speaker Especial Bancolombia