Colombia tiene grandes retos por afrontar como el desarrollo industrial, mejorar y fortalecer las políticas sociales y por supuesto, crecer económicamente. Sin embargo, el mayor desafío que tiene, es el cuidado y protección al medio ambiente.
Nuestro país es uno de los más afectados ambientalmente en América Latina, la tala de bosques, la minería ilegal, el uso diario de combustibles fósiles y la contaminación de las fuentes hídricas, han provocado una masacre ambiental en todos los territorios del país, que innegablemente se niega a desaparecer.
Desafortunadamente no vemos un firme compromiso en los gobiernos nacional y local para hacerle frente a este gran desafío que aqueja al mundo entero y que obliga a Colombia a asumir una labor con resultados palpables en el corto y mediano plazo.
El gobierno de Iván Duque en su Plan de Desarrollo comprometió algunas líneas que tienen que ver con el cuidado al medio ambiente y el cambio climático. Ahora que el actual presidente entra en su recta final, debemos darnos a la tarea de analizar y evaluar si estas fueron efectivas o no y si vale la pena extenderlas en el tiempo y convertirlas en política pública.
Para esto se requiere la participación de las diferentes universidades del país para que a través de foros, seminarios y publicaciones, le hagan conocer al país y a la opinión pública la evaluación que dan en esta materia a la administración central, especialmente al Ministerio de Medio Ambiente y al Ministerio de Ciencia y Tecnología, de quienes poco se sabe o se conoce en lo que tiene que ver con su trabajo en esta área.
El tema está más allá de cualquier mandatario, porque el compromiso con el cuidado al medio ambiente y el cambio climático, debe ser del Estado y no de gobierno. Aquí se necesita que las tres ramas del poder público trabajen unidos en este propósito.
También se necesita de la ayuda y la colaboración de sector privado y de la sociedad en general, quien debe ser consciente que sin su ayuda, la implementación de las políticas públicas que se generen y el compromiso que asuma el Estado serán insuficiente.
Puede que nuestro país solo represente el 0,6 % de las emisiones del mundo, pero esta cifra no lo hace ajeno a un tema que es mundial y que hace parte de la agenda global. Si en verdad Colombia tiene claro el problema que enfrenta con la tala indiscriminada de árboles en las selvas del Amazonas y el Pacífico, más la contaminación a las fuentes hídricas, debe darle la importancia que merece el tema y dejar de creer que su prioridad es sacar del poder a Nicolás Maduro, cuando los retos que tiene en temas ambientales son enormes y van más allá de un discurso en escenarios internacionales.