Villa de Leyva es uno de los destinos turísticos más importantes de Colombia. En el corazón de Boyacá cada fin de semana recibe miles de visitantes de todo el mundo, principalmente desde Bogotá. Al menos esa era la dinámica del pueblo hasta el fin de semana del 20 de marzo, el día en que todo cambió.
Casi dos meses después hablamos con su alcalde, Javier Castellanos, pues Villa de Leyva ha sido un ejemplo de contención del virus a pesar de la gran población flotante procedente de Bogotá y de extranjeros todas las semanas. “Esto no es fácil para nadie, especialmente una localidad como la nuestra que tiene en el turismo y el entretenimiento una fuente de ingreso tan importante”.
Castellanos relaciona el bajo nivel de contagios (1 hospitalizado y 3 más en casa, de los 17.000 habitantes) a la rapidez en la aplicación de las medidas de cierre y los rigurosos protocolos de bioseguridad. “En seguida aplicamos un subsidio familiar para los necesitados y tomamos medidas de dispersión y disuasión para que la gente no se concentrara en la plaza. Por ejemplo, regulamos los horarios bancarios, establecimos el pico y cédula antes que ciudades como Medellín y Barranquilla, y logramos reducir la movilidad al 90% de lo habitual. Otra cosa que hicimos es localizar a todos los turistas extranjeros, que eran potenciales portadores, y los aislamos en cuarentena para evitar propagar el virus”.
El tradicional mercado de frutas y verduras de los sábados no se realizó esta semana pasada para evitar un posible foco de contagio, lo que causó algún malestar entre la población. Castellanos justifica la medida histórica desde el punto de vista de la salud. “Aunque Villa de Leyva es un territorio casi libre de Covid-19, vimos que se dieron casos en Chiquinquirá, Santa Sofía o Sutamarchán, localidades cercanas y de donde vienen personas a vender y comprar. Eso nos obligó a suspender para evitar que se pudiera contagiar el pueblo”.
Preguntado por si ve la luz del túnel y la vuelta a la normalidad, Castellanos no se atreve a dar una fecha, confía que en los próximos meses se pueda abrir a los turistas. “Entendemos el afán de todo el mundo por recuperar nuestras vidas, pero debe prevalecer la vida y evitar riesgos de que el contagio pueda ser masivo. Esta reapertura será gradual y tendremos que mentalizarnos a un mundo más alejado, con usos de tapabocas y guantes en las calles. Los restaurantes de Villa de Leyva tienen un reto a la hora de implementar estas medidas sanitarias para que las personas vuelvan a tener confianza de volver a socializar. Desde la alcaldía haremos importantes esfuerzos reduciendo el Impuesto y Comercio y el impuesto Predial, que son los dos que manejamos en el municipio y que tendrán un descuento”.