Opinión de Óscar Sevillano
Que un Gobierno Nacional haga acercamientos con una guerrilla, con miras a establecer una mesa de diálogos, no es extraño. Al fin de cuentas, es obligación constitucional de todo presidente garantizar la paz en todo el territorio nacional. Lo que si resulta bastante insólito es pensar o si quiera llegar a considerar, el que estas aproximaciones se hagan a espaldas del Comisionado para la Paz.
No puede ser que personas que han ido a la Habana con la idea de buscar el reinicio de los diálogos de paz con el ELN, lo hayan hecho sin que el Alto Comisionado para la Paz lo sepa. Hace pocos días conocimos que a la Habana han viajado para hablar con los miembros del ELN personajes como Everth Bustamante, Angelino Garzón, Piedad Córdoba, Jorge Marios Eastman y Rafael Guarín. Todos han ido a la isla con la idea de buscar acercamientos con el grupo armado que permitan destrabar la mesa de diálogos. Lo extraño es que la persona que desde el Gobierno Nacional coordina este asunto, es decir, Miguel Ceballos, no se haya enterado.
“No es posible que seis personas hayan tratado de establecer contacto con el ELN y la persona que desde el Gobierno Nacional debe estar al tanto de esta situación, no lo sepa y por lo tanto, tampoco responda”.
Óscar Sevillano
Se supo también que la excongresista Piedad Córdoba sostuvo una reunión en su casa en Bogotá con el senador Álvaro Uribe para hablar del ELN, y ayudar a buscar la manera más eficaz para desenredar el proceso de paz, y que además la exparlamentaria liberal sostuvo un diálogo con el Canciller Carlos Holmes Trujillo en el Aeropuerto el Dorado, antes de viajar a Cuba. Al parecer, esto también se hizo a espaldas de Ceballos.
Todos estos acontecimientos han hecho que la opinión pública pregunte por el papel que está cumpliendo Miguel Ceballos en la Oficina del Alto Comisionado y si en verdad es el quien coordina los acercamientos que permitan establecer diálogos de paz o si este trabajo se está ejecutando desde otra instancia. No es posible que seis personas hayan tratado de establecer contacto con el ELN y la persona que desde el Gobierno Nacional debe estar al tanto de esta situación, no lo sepa y por lo tanto, tampoco responda.
Me cuesta creer que desde el Gobierno Nacional pasen por encima de la persona encargada de este asunto. Por más que Ceballos confunda su papel con el del ministro de Defensa y en ocasiones se le escuchen discursos enfocados en el restablecimiento del orden público y la seguridad, tanto los miembros del gabinete del presidente Duque y las personas expertas en el conflicto armado, saben que cualquier misión encaminada a buscar diálogos con los grupos armados, debe contar con su visto bueno, porque es el quien conoce el estado de estos acercamientos.
Si el Gobierno del presidente Duque ha buscado acercarse al ELN para continuar los diálogos, no veo cual es el problema en reconocerlo. En su momento Uribe como presidente lo hizo y en ningún momento perdió la confianza del pueblo que lo eligió como primer mandatario.
Ahora, si al interior del equipo de funcionarios de Duque no existe respeto por el cargo de Ceballos y optan por realizar actividades que le corresponden a la Oficina del Alto Comisionado, sin que este tenga algún conocimiento, lo mejor que puede hacer es renunciar, porque ante la opinión pública está quedando como un miembro del Gobierno Nacional que no coordina, ni tiene idea de lo que desde el Ejecutivo se hace en favor de la paz.