En un momento en el cual las condiciones de la economía del país no son las mejores y no solo por las variables que miden el desempeño en este campo, sino por la misma incertidumbre que generan las decisiones del gobierno frente a sus reformas y propuestas carentes de estructuración técnica, que han impactado la confianza de los inversionistas y empresarios, con las consecuencias que esto puede traer. Y es que el 2023 no ha sido un año fácil en Colombia La inflación en el país ha alcanzado niveles históricos en 2023, llegando a una tasa del 9,67% en noviembre.
Esto ha generado un aumento en los costos de producción y operación para las empresas, lo que ha reducido sus márgenes de ganancia; la tasa de interés de referencia del Banco de la República ha aumentado en 2,5 puntos porcentuales en 2023, alcanzando una tasa del 5,0%. Esto ha encarecido el crédito para las empresas, lo que ha dificultado su acceso a financiamiento.
Finalmente La incertidumbre política en Colombia ha aumentado en 2023, debido a algunos de los pronunciamientos del alto gobierno que no necesariamente han caido muy bien en la masa empresarial; esto ha generado una menor confianza de los inversionistas, lo que ha afectado la inversión en el país. Estos factores han tenido un impacto negativo en el desempeño de las empresas colombianas.
Según un informe de la Cámara de Comercio de Bogotá, el crecimiento del PIB del sector privado en Colombia se desaceleró a 4,3% en 2023, frente a una tasa de crecimiento de 10,3% en 2022. Desde las regiones y bajo el escenario político económico que se está viviendo, algunos alcaldes más que “petrificarse” están buscando estrategias que permitan fortalecer la confianza inversionista en sus regiones y potencializar su desarrollo económico.
Algunas de las estrategias aplicadas es la figura que ya ha sido probada en ciudades con importantes resultados en crecimientos económicos y desarrollo empresarial, como es Barranquilla y que hoy el gobierno electo de Ibagué, se la juega en el mismo sentido y es tener una Gerencia de Ciudad, que para muchos el cargo genera inquietud e incertidumbre porque el nombre pareciera que abarca toda la gestión de las primeras autoridades de la ciudad, pero en ningún momento es así, porque dentro del rol social, cultural, político y económico, este cargo solo es un refuerzo más dentro de la línea económica que manejan los alcaldes.
En consecuencia, este rol tampoco suple el alcance que puede tener un despacho de la Secretaría de Desarrollo Económico, generador de toda la política económica de la ciudad sino que, por el contrario, son complementarias y afines, pues el Gerente de Ciudad, se enfoca más en la articulación de los actores del ecosistema económico y agiliza la puesta en acción, porque al hacer parte del mismo y con un liderazgo gremial, se le facilita sintonizarlos, comprender sus dolencias, tomar correctivos e implementar las acciones de forma más efectiva; sumado a que la estrategia de acercamiento a través de pares para atraer inversión y estructurar proyectos hoy por hoy puede ser más efectiva por ejecutarse desde lo técnico y no desde lo político.
Así las cosas, esta propuesta, que suena un poco disruptiva, si la llevamos a términos futbolisticos, es como si el director técnico (alcalde) decide reforzar su línea de ataque (economía), poniendo no solo un delantero sino dos para asegurar el triunfo de su equipo (ciudad).
Efraín Valencia Andrade
Presidente Gremios Económicos del Tolima.