Pasaron las denominadas elecciones regionales, las huestes de los unos y de los otros se movilizaron, como partidos, todos sin excepción, prendieron sus máquinas, aunque claramente hubo algunos candidatos y candidatas elegidos por el voto de opinión, pero acá los procesos de firmas o candidaturas “independientes”, quedaron aplastadas, lo que se impuso más que nunca es la victoria de los partidos, de manera individual o por coaliciones.
Está bien que los partidos se fortalezcan, pero está muy mal que se acaben ideológicamente y así se vio en estas elecciones, coaliciones inverosímiles, Partido Verde con Cambio Radical aliados en varias alcaldías y gobernaciones, Centro Democrático con Partido Liberal en otras, Conservadores marianos con partidos cristianos, en fin, tristemente un abundante deterioro ideológico, de aquellos que ratifican la sepulcral frase, de “la política es dinámica”.
Sin embargo, parece ser que las regiones y Bogotá aún conservan sus posturas ideológicas, es notable que los dos partidos mayoritarios en estas elecciones siguen siendo el Partido Liberal y el Conservador, los que a su vez y definitivamente se convirtieron en partidos de provincias y pueblos, donde aún hay rezagos de posturas tradicionales y arraigos partidarios de antaño, donde aún se mueven las fibras del trapo rojo y la bandera azul.
El de Bogotá es un caso similar, aunque no de trapos, Bogotá que siempre se ha movido mucho más por la opinión, que siempre ha sido muy rebelde, en esta jornada claramente se movilizó más al centro ideológico y se alejó de los extremos de izquierda y de derecha, Bogotá marcó la pauta y el país se desencantó de los extremos polarizantes, así se sentía y se siente en la calles, la fatiga es notoria en el ciudadano de a pie.
Ahora bien, si revisamos la historia de los alcaldes de la ciudad desde que son elegidos por voto popular, tenemos que la ciudad no es tan alternativa, ha elegido el espectro de derecha con el Conservador Andrés Pastrana, el centro, en dos ocasiones, con los Liberales Juan Martin Caicedo Ferrer y Jaime Castro, si sumamos los dos periodos de Mockus y Peñalosa, serian cuatro ocasiones votando por la centro derecha y en tres ocasiones la izquierda, votando por Lucho Garzón y Samuel Moreno, elegidos por los Polos, el independiente y el Alternativo.
A su vez, y como tercero está Gustavo Petro, quien fuere elegido por el movimiento Progresistas y el Polo Democrático, la siguiente elección fue una más para la centro izquierda con Claudia López, elegida por los partidos Verde, Compromiso Ciudadano de Fajardo y nuevamente el Polo Democrático, pero dicha alcaldesa terminó siendo realmente de centro derecha y la ciudad tomó atenta nota de ello.
Dicho lo anterior, Bogotá lleva en su conteo de alcaldes desde que son elegidos por voto popular, 1 de derecha, 2 de centro, 3 de izquierda, 2 de centro derecha y 1 de centro izquierda, lo que la convierte en una ciudad muy acostumbrada a elegir los espectros de centro mayoritariamente y eso se consolida en esta última elección, donde el ganador absoluto es Carlos Fernando Galán, quien de manera sólida demuestra que gana él, por él, por lo que representa en el ideario colectivo como legítima herencia de su padre, el Liberal Luis Carlos Galán Sarmiento.
Carlos Fernando, en la anterior elección solo con su movimiento conquistó más de un millón doscientos mil votos y en esta oportunidad conquista casi el millón quinientos mil votos, demostrando que si bien cuenta con el apoyo de varios partidos, estos no son los que lo eligen, sino que posee un caudal propio que le permite a él elegir a sus concejales, pero si a eso le ponemos etiqueta ideológica, es evidente que representa los valores y las tesis Liberales en el espectro del centro ideológico, al que Bogotá vuelve después de un paseo por otras sendas y caminos.
Y es que es natural, la ciudad capital ha conocido como ninguna otra las consecuencias y los padecimientos de los extremos ideológicos y políticos, vivió su Bogotazo, vivió la toma del palacio de justicia, es la receptora primaria de los miles de miles de ciudadanos expulsados de las regiones por causa de esa violencia política impuesta por los extremos intolerantes de la izquierda y la derecha enquistados en todos los partidos, azuzando el fratricidio por que han sido incapaces históricamente de llegar a consensos.
Así que ha llegado el momento para todos aquellos que han abrevado en las tesis liberales de darse cuenta que el futuro esta acá ideológicamente, aunque quieran decir lo contrario, el centro ideológico se consolida en las bases sobre todo, si no echemos una mirada a la composición de las J.A.L., de 184 Ediles y Edilesas en la ciudad, el espectro de centro, conformado por el Partido Liberal quienes sacan 34 curules y el Nuevo Liberalismo, 32 curules, suman 66 curules.
Si a eso le sumamos las 33 curules del partido verde que estoy seguro en su gran mayoría son de centro, sería un total de 99 curules en 3 partidos, mientras que la derecha se quedaría con 31 del Centro Democrático más 15 de Cambio Radical, para un total de 46 curules en 2 partidos, finalmente, 36 son para los 10 partidos que consolidan la coalición de izquierda en el Pacto Histórico, más 3 del Polo para un total de 39 curules de la izquierda conformada por 13 partidos.
Ahora bien, en el Concejo la dinámica es igual, de las 45 curules en total que tiene la corporación, son 8 Verdes, 8 del Nuevo Liberalismo, 6 del Partido Liberal, son 22 curules para el espectro de centro integrado por 3 partidos, la derecha se quedaría con 7 del Centro Democrático, 4 de la coalición Mira, U y Cambio Radical, 1 de la coalición Justa y Libres con Partido Conservador y 1 de Juan Daniel Oviedo por ser el candidato en segundo lugar a la alcaldia, serian 13 en total, para 7 partidos, finalmente los 10 partidos de la coalición Pacto Histórico que representan el espectro ideológico de izquierda en Bogotá tienen 7 curules.
En conclusión, Bogotá vuelve a su tradición, de ser la libre pensante, la anti dogmática, la ciudad de la “Real politik”, la ciudad donde se ven y distinguen los matices ideológicos, la ciudad donde el centro es la mayoría, la que no quiere más discursos de derechas e izquierdas trasnochados que solo le han traído tragedias y desgracias a la nación, la ciudad donde los del centro nos hacemos contar por nuestro propio esfuerzo, la ciudad donde el centro existe, donde las tesis liberales vuelven al centro del debate.