Mark Neocleous señala que la policía no surge de la polis y que esa idea es producto de un error en las traducciones de los textos griegos. En cambio, su origen está en el capitalismo, por lo que sus objetivos estaban concentrados en la protección de la propiedad privada.

Si nos concentramos en el origen que Neocleous nos propone, es normal pensar que la Policía que reacciona de forma violenta contra cualquier perturbación al orden, o que concentra su actuar en la defensa de ciertos bienes. Por lo tanto, resulta normal pensarla como una fuerza armada para proteger las riquezas. Pero ¿esa es la policía que queremos, esperamos o tenemos hoy en día? Hay dos puntos en los que me quiero concentrar para avanzar en esta pregunta, estos son: los modelos de policía y la idea de convivencia.

La Policía es una institución fundamental en una democracia, pero depende de la forma en que la Policía ejerza sus medios y medidas que la población puede verla como una garante de la convivencia que respeta los derechos humanos o una fuerza represiva y autoritaria. Tanto su imagen como su actuar, tienen que ver -en parte- con el modelo de relación con la comunidad que adopte la policía. Green encuentra cuatro modelos (2006) que a grandes rasgos son:

  1. la policía tradicional, reactiva, concentrada en la aplicación de la ley, su énfasis en la cultura policial implica una observarse a sí misma, rechaza a la comunidad como agente de comunicación.
  2. ii) La policía de proximidad, enfocada en la capacitación de la comunidad para prevenir el delito y la cultura policial va hacia la comunidad, creando lazos de colaboración con esta última.
  • iii) La policía orientada a la solución de problemas, con sus lentes puestos en la ley, el orden y el sentimiento de seguridad. Es una combinación entre los dos primeros modelos, pero se concentra en el análisis.
  1. iv) La policía de tolerancia cero, le interesan los problemas relacionados con el orden, no se relaciona con la comunidad y la cultura de Policía es sólo interna, aleja a la comunidad de su actuar.

Por otro lado, el Código de Policía puede señalar que la convivencia es su objetivo, pero si la forma en que busca garantizarla -sus medios y medidas- están dirigidos a la imposición del orden -cualquiera que sea- la convivencia no será más que una palabra vacía.

Gilibert -militar francés consultado para organizar el cuerpo de Policía en Colombia- señaló que la Policía no debía estar inscrita en el ministerio de guerra, hoy ministerio de defensa. Tiene sentido que una fuerza que es el primer contacto de la comunidad con el Estado debe tener un enfoque distinto al de los militares, por lo mismo, deben responder a diferentes entrenamientos, formaciones y estructuras jerárquicas. La fuerza destinada a la convivencia de los ciudadanos es bien distinta a la fuerza destinada a la defensa de la nación. La convivencia debe contar con un cuerpo más cercano a la comunidad, uno lejano de las dinámicas castrenses que caminan por otros senderos.

La Policía requiere reformas que van más allá del color de su uniforme. Hay un punto que se ha discutido mucho y es que debe salir de la esfera de control del Ministerio de Defensa; por otra parte, es loable que se comiencen a tratar ciertos asuntos como el salario de patrulleros, ya que son ellos los que tienen contacto directo con la población y se exponen de muchas formas en su trabajo; que se esté pensando en aumentar el conocimiento y la práctica en derechos humanos a través de un grupo -que ya existía- es de la mayor importancia. Sin duda, estos cambios son importantes, siempre y cuando se den y no se deformen en el camino, pero son cambios que siguen pensando a la Policía de puertas para adentro, no están enfocados en construir un modelo de interacción con la comunidad, es decir, la cultura de Policía sigue pensándose como algo que sólo le compete a la institución, algo que sólo puede llegar a la población en forma de autoridad. Si la Policía no deja de pensar sus cambios como algo eminentemente interno, será imposible que pueda ejercer su papel como una institución democrática que le pertenece a la ciudadanía.

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