Trataremos de poner sobre la balanza algunos de los mitos y realidades que rondan sobre el cannabis, su legalización en Colombia y en el mundo. Personalmente lo dividiría en 2 temas: La legalización del uso adulto y la industrialización para producirlo (además de otros productos de uso cosmético, medicinal e industrial). No entraremos en cifras potenciales de ventas para el país ya conocidas, se tratarán en otras oportunidades, nos centraremos en esos dos temas por ahora.
No solo lo pienso yo, también lo pensaba Milton Friedman, Nobel de Economía, defensor del libre mercado. Hoy con hechos, la historia le dio la razón, la guerra contra las drogas fracasó, contundentemente. Parece los únicos beneficiarios reales de la prohibición son los carteles. Hablando de cannabis ilegal de uso adulto, se ofrecen productos de mala calidad, sin control. Algunos dirán que el cannabis no es una droga, lo cual es respetable, la realidad es que si el producto de cannabis tiene un THC (Tetrahidrocannabinol) Superior al 1% es Psicoactivo y por lo tanto es regulado por entidades gubernamentales a nivel nacional e internacional, es decir, lo tratan como una droga, solo que no cuenta con la suerte que tiene el alcohol. En algunos países como ya sabemos, el uso adulto del cannabis es permitido y regulado.
El pionero fue Uruguay, siguió Canadá, pero también varios Estados de la Unión Americana. Por ejemplo, el alcohol también tiene sus efectos psicotrópicos, pero al día de hoy sería absurdo prohibirlo, ya en los años treinta del siglo pasado se vieron sus consecuencias, pero entonces, ante tanta evidencia y gobiernos que van superando este tema legalizando el cannabis, ¿por qué no avanzamos en Colombia en legalizar el uso adulto?
Con esto tocamos un poco la superficie de ese gran debate del primer tema propuesto: la legalización del uso adulto del cannabis. Hay activistas en Colombia, muy serios, otros no tanto, pero buscan el mismo objetivo, dejar atrás ese estigma para los consumidores de cannabis, de la hierba fumada, del vaporizador con aceite de THC, entre otros tipos del uso adulto. Es increíble ver artistas norteamericanos tan reconocidos entrando en la industria del cannabis, consumiendo del uso adulto abiertamente, en redes sociales, TV, entre otros, y aquí en Colombia parroquialmente muchos por este hecho se rasgan las vestiduras, dejando todo a los carteles de siempre y alimentando una guerra con muertos que cada día pierde más el sentido, es un paralelo increíble pero real. Bajo este contexto, claro que nos conviene a todos, la despenalización y legalización del cannabis de uso adulto, el tema en recaudo de impuestos es algo no despreciable para analizar. Ya habrá más columnas de opinión, debates, proyectos de ley por analizar, la discusión se debe fortalecer, pero es claro que sería mejor si avanzara ese tema.
Ahora bien, entremos al segundo tema, el cual es aún más importante, la industrialización para producirlo. Entonces partamos de otra base de la cual se exige mucha pedagogía por parte del nuevo gobierno, quienes tienen mucha oportunidad aún de asesorarse más del tema. La mayoría del mercado del cannabis en el mundo es del No psicoactivo. Se consume en alimentos, bebidas, cosméticos, (¿vieron la cerveza con cáñamo? ¡Qué gran desarrollo!) No existen consensos definitivos que determinen los beneficios de estos alimentos, más sí existe una industria legal en varios países. Hay proyectos ahora para producir papel, fibras, ropa, reemplazar el plástico, entre muchas otras aplicaciones, empresarios colombianos le hemos apostado a este tema, y es importante que la regulación vigente acelere todo con el INVIMA para alimentos y bebidas, por ejemplo, lo cual quedó en el decreto 811 de 2021, pero a la fecha no hay la suficiente claridad al respecto por parte de dicha entidad.
Para exportar flor o semillas Psicoactivas, aún se requieren permisos por parte del ICA que pueden tardar incluso más de 12 meses, ningún cliente extranjero espera tanto, otra oportunidad allí.
Señores gobierno, señores INVIMA, el CBD (Cannabidiol) y el cáñamo, deben estar en los alimentos, no es psicoactivo y están en muchos lugares del mundo generando buenos consumos, creando industria, empleo, desarrollo. Sus beneficios en la industria cosmética crecen cada día, y sí, también se debe decir que ahí, tanto el gobierno como el INVIMA, han sido ágiles con este último.
La ley del cáñamo ya está vigente, el cual incluso es mejor a nivel industrial y de mayor proyección para Colombia, ya tenemos por ejemplo en el Casanare genéticas estabilizadas, podemos ser potencia. El otro aspecto es el medicinal, en teoría, fue la razón por la cual fue creado el decreto 613 de 2017, el cual reglamenta la evaluación y control del uso de las semillas, para siembra y derivados del cannabis PARA FINES CIENTÍFICOS Y MEDICOS. La realidad, a hoy las universidades tienen que pagar por licencias para adelantar estudios, las EPS aún no formulan productos de cannabis para ciertas patologías tratables con estos productos derivados, solo una empresa los provee a una sola EPS, no hay pedagogía suficiente para los médicos quienes finalmente recetan. Falta mucho aún para fomentar la investigación, ahí está el reto para este nuevo gobierno en Colombia.
¿Pero cuando miraremos todos con más seriedad el potencial económico del cannabis en Colombia como un todo y no limitarlo al tema del uso adulto? ¿Seguiremos con la satanización de una planta gracias a Richard Nixon en los años setenta? ¿Podemos estar algún día como en California donde todas las líneas de negocio conviven y hay mercado para todos, auto cultivo, industrial, uso adulto, medicinal?
Ahora bien, sobre la balanza pongamos también los proyectos de ley de algunos congresistas y con esto concluimos. De los 2 temas planteados, ningún campesino se va a ser millonario como pregonan algunos. La flor psicoactiva que demandan los grandes consumidores extranjeros, ya sea para uso adulto o medicinal, requiere una gran calidad que se obtiene haciendo buenas inversiones, apostándole a la innovación, tecnología, el tema medicinal es más estricto aún, no es tan simple como ir y sembrar papa o yuca y ganarnos unos dólares como lo propuso el Presidente Gustavo Petro en una intervención. Pero sí hay que aprovechar esa voluntad política para sacar adelante la competitividad que ya se tiene en algunas empresas legales en Colombia, de esa experiencia debemos potencializar al cannabis como foco de desarrollo nacional, escuchemos a todos los actores de la industria para avanzar entre todos, no solo unos pocos. Los proyectos de Ley actuales deberían enfocarse en impulsar el desarrollo de la industria actual, que se cumpla lo que ya existe en teoría. Primero hay que gatear, luego caminar y después correr. Nos lo dicen activistas del cannabis californiano, ahora empresarios que nos visitan y ven a Colombia como California hace 25 años en temas legislativos en torno al cannabis. Hay potencial, si se hacen las cosas bien.
El uso adulto no es lo único a revisar, el auto cultivo es otro tema a tratar, la despenalización otro, pero, en definitiva, lo que se espera es un ¡cannabis legal, pero también competitivo en todas sus líneas de negocio de una vez por todas!