Carta abierta al artículo: Educar hijos en casa sin que vayan al colegio, una conversación y regulación pendiente por Paula Casas Mogollón para el periódico El Espectador.
En el artículo, se abordan temas fundamentales sobre la educación en casa, una práctica que está en auge en muchas partes del mundo y que, sin duda, genera un debate necesario en Colombia. Sin embargo, es crucial matizar la conversación con argumentos que reflejen la diversidad de opiniones y la realidad de quienes optan por educar a sus hijos en casa.
El homeschooling, en su esencia, no es un rechazo a la educación formal, sino una alternativa consciente y legítima que busca lo mejor para el desarrollo integral de los niños, bajo los principios y valores de cada familia.
Es importante diferenciar entre la educación en casa y otras modalidades, como la educación virtual, que sí requieren de un marco regulatorio más estricto, especialmente en niveles de primaria, básica y media, debido a las dificultades inherentes en la supervisión de estos programas y la calidad de los mismos.
En lugar de imponer más restricciones al homeschooling, sería más pertinente centrarse en garantizar que las opciones de educación virtual en Colombia estén bien reguladas, asegurando la calidad de la enseñanza y el bienestar de los estudiantes. De esta manera, podemos ofrecer a las familias la libertad de elegir la modalidad educativa que mejor se adapte a sus necesidades, sin comprometer la educación de los niños.
La educación es un derecho fundamental, pero también debe ser un espacio de libertad. Regular el homeschooling como si fuera una amenaza es un enfoque que no reconoce la realidad de quienes lo practican de manera admirable. Por el contrario, centremos nuestra energía de transformación de la realidad educativa del país en mejorar y regular aquellas áreas de la educación que realmente lo necesitan.
Además, es preocupante cómo el artículo confunde conceptos clave y sugiere un enfoque que podría quitar derechos a las familias. Mientras tanto, cientos de niños, niñas y adolescentes que sí necesitan ser escolarizados no pueden acceder a una educación de calidad debido a la falta de regulación en la educación virtual. La prioridad debería ser garantizar que estos estudiantes no queden desatendidos por la ausencia de normativas que aseguren su derecho a una educación adecuada.
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