Claudia López llegó a la meta que en el pasado buscaron María Emma Mejía, Claudia Rodríguez de Castellanos, Gina Parody y Clara López, demostrando que en esta vida no hay obstáculos que no se puedan vencer.
Con toda razón Claudia debe sentirse orgullosa de obtener una votación que hoy le ha permitido convertirse, no solo en la primera mujer alcaldesa de Bogotá, sino además, en ser una de las pocas personas en este país que alcanza un lugar preponderante, sin tener origen en el poder.
Ojalá que todos los merecidos triunfos que ha tenido en la vida, incluyendo este, no provoquen un engrandecimiento en Claudia que termine por convertirla en una mujer arrogante y soberbia, que no escucha. Una lección que le dejó esta campaña a la nueva alcaldesa, es que a veces hay que fijarse en el tonito que se utiliza al hablar y en Bogotá, eso cuenta. Es precisamente por el tonito, que el Alcalde Peñalosa no goza de buena aceptación en muchos de los ciudadanos de Bogotá, no importa lo buena que sea su Administración.
Puede ser que el tono beligerante le sirva a muchos en un escenario como el senado de la república, donde lo álgido de los debates suele encender los ánimos y eleve las pasiones. Lo mismo cuando se quiere poner en discusión los resultados de determinada investigación académica, pero otra cosa es cuando se gobierna para toda una ciudad.
Por lo anterior, Claudia debe mantener un tono amable y trato cordial con todos y todas, especialmente con Cundinamarca y los municipios vecinos a quienes no se debe mirar por encima del hombro, mucho menos ahora que se tramita en el legislativo la creación del Área Metropolitana para Bogotá y la Sabana.
Lo mismo debe suceder con los concejales de Bogotá, quienes le deben aprobar a la mandataria electa las iniciativas que desde la Administración se presenten a discusión, claro está, sin caer en temas de clientelismo, sino más bien convenciéndolos con argumentos de lo necesario que estas puedan ser para la ciudad.
Por último, Claudia debe tener en cuenta que los problemas que tiene la movilidad en Bogotá necesita soluciones en el corto y mediano plazo, y que estas no se pueden diseñar, desconociendo al TransMilenio, porque le guste o no a la alcaldesa electa, este sistema es la única realidad que hoy tiene Bogotá y que requiere atención. Es muy bonito escuchar sobre red de metro y adecuación de la red férrea, pero, es más bonito dar respuestas a los inconvenientes con los pies puestos sobre la tierra.
Felicitaciones a Claudia López y a todo su equipo de trabajo por este triunfo electoral.
Twitter: @Sevillanoscar