Colombia, perspectivas para el 2023

En el 2022 fuimos testigos de eventos trascendentales, como el inicio de la guerra en Ucrania, la inflación descontrolada a nivel mundial, la cumbre climática COP 27, el “fin de la pandemia”, y nuevos periodos electorales en Francia, Estados Unidos y Sur América. Fue sin duda, un año convulsionado en que se impuso una nueva agenda geopolítica que marcó las pautas de lo que vendrá para este 2023.

El evento del año en Colombia, no podía ser otro, que la elección de Gustavo Petro y Francia Márquez como gobernantes del país. No deja de ser un hecho histórico que en más de 200 años de independencia la izquierda nunca había llegado al poder.

No fue un año fácil, y desafortunadamente las perspectivas económicas y sociales, parecen oscurecerse más frente a las proyecciones del Banco Mundial, la CEPAL y Fedesarrollo que coinciden en que la economía colombiana decrecerá, y el PIB se mantendrá por debajo del 1,5% durante el 2023.

Sumados a estos factores, la incertidumbre generada por el afán reformista de Gustavo Petro, de querer transformar el sistema pensional y de salud, prohibir la exploración del petróleo, y una larga lista de propuestas que componen su ambicioso proyecto de gobierno, han provocado conmoción en el cuadro político y en el sector privado.

Un año de recesión económica

El panorama de la economía global en el 2023 es complejo, el Banco Mundial ha proyectado una recesión comparable con la crisis del 2008, cuyo impacto será más vertiginoso en países en desarrollo, en Colombia, la inflación y el desempleo, obstaculizaran el cumplimiento de los ODS y la reducción de los niveles de desigualdad, prometidos por el gobierno.

El decrecimiento económico, la devaluación del peso, y el aumento en las tasas de interés debilitarán aún más el tejido productivo. Este año ha iniciado con el costo de vida más elevado de las últimas décadas, los colombianos han perdido capacidad adquisitiva, y el aumento de un 16% en el SMMLV, no compensa los gastos de la inflación, no para los más vulnerables.

Peor aún, esta medida tiene efectos boomerang porque las Pymes parecen no estar preparadas para sumirlo, lo que elevará los niveles de informalidad. ¿Se truncarán las aspiraciones del gobierno de sostener la tasa de desempleo de un dígito?

Otra variable, son los bajos índices de innovación en Colombia respecto a otras económicas globales, aunque han mejorado, siguen siendo vergonzosos. Será difícil avanzar, mientras se siga pensando en la innovación como indicadores que deben mejorar y no como una cultura que se debe crear, a través de un clima de estabilidad política que genere un ecosistema óptimo para los negocios.

Paz y Seguridad

La búsqueda de la paz es un deseo que ha acompañado a los colombianos durante décadas, y hoy es uno de los mayores retos que sigue enfrentando el país. La inseguridad urbana, y en las zonas rurales, especialmente en la Colombia profunda, azotada por el narcotráfico y grupos al margen de la Ley, requiere de una presencia efectiva del Estado y una política antidrogas robusta, un tópico que parece introducirnos en un profundo laberinto.

La “Paz Total” ha demostrado ser un proyecto improvisado, el anuncio de un cese al fuego bilateral sin concertarlo con el ELN y el ejército, fue completamente irresponsable y demostró el talante autoritario de Gustavo Petro. No es la vía que conducirá a negociaciones exitosas con ninguna organización armada, incluida las disidencias de las Farc.

Igualmente, el impulsado proyecto de “gestores de paz” que vincula a jóvenes en pobreza extrema, y excarcela delincuentes de la Primera Línea, para otorgarles un incentivo de (1.000.000$), no parece una política que contribuya a resolver los problemas de seguridad que persisten en el país, por el contrario, se podría convertir en un tema insostenible. Todavía tendríamos que evaluar los efectos, aún es pronto para determinarlo.

Educación

En una columna anterior sobre los retos de la educación en Colombia, establecí que una de las mayores urgencias es, cerrar brechas entre la educación rural y urbana, aumentar el presupuesto y la inversión en este sector, y fortalecer los procesos de conectividad y digitalización.

Colombia necesita una política nacional de educación rural sólida, capaz de reducir la migración del campo a la ciudad, y la calidad educativa es una de las claves para lograrlo. Pero esto parte de un proceso de reestructuración de los modelos pedagógicos y curriculares, y de un trabajo articulado entre el gobierno nacional y las entidades territoriales.

También debe darse un cambio de enfoque, la educación tradicional no será suficiente para responder a los retos del siglo XXI; es preocupante que los conocimientos adquiridos en las diversas instituciones, en la praxis no se alinean a las necesidades del sector productivo.

Retos

Algunos de los desafíos del actual Presidente son, la estabilidad económica, pobreza, inflación, empleo, violencia, inseguridad, paz, inmigración venezolana, cambio climático, relaciones entre el Ejecutivo y el Congreso, malestar social, y gobernabilidad.

Para mantener la gobernabilidad el Presidente debe fortalecer la coalición parlamentaria, que podría erosionar frente a sus intereses personales, es probable que los movimientos que se hagan durante este año obedezcan a cálculos electorales, recordemos que las elecciones locales se aproximan.

El malestar social persistirá, la recesión y el aumento de la inflación, traerá consigo nuevas demandas, que nos permitirá medir la capacidad del gobierno de dialogar y gestionar la insatisfacción. Solo esperamos que no acuda a soluciones populistas (controlar precios, aumento extraordinario de transferencias sociales), y otros mecanismos que a largo plazo empeorarían la situación.

Todo está por verse, ¡Dios bendiga a Colombia!