Que orgullo nos trae ver a los colombianos participar en estos juegos olímpicos, muchos de ellos con ganas de representar a un país que ha sido egoísta, pues a lo largo de la historia a aquellos “súper héroes” como los tilda el Gobierno y sectores afines, han recorrido un camino lleno de incertidumbre y soledad, como se dice popularmente “con las uñas” para ganarse un cupo en la justa olímpica que los convoca cada 4 años; es por eso que cada triunfo de un compatriota es tan expresivo y conmovedor, pues somos un país lleno de berraquera y ganas de salir adelante, detrás de cada deportista existe una historia que muchas veces se remonta al sueño de tener vivienda propia o ayudar a su familia, esta misma historia sobre la que no fijo la mirada un estado populista y conveniente que aparece con sumos de grandeza cuando sus guerreros ya están en la cima.
Es admirable y un tanto nostálgico, escuchar las historias de vida de nuestros deportistas, por eso el título de este escrito, mientras que en otros países los atletas llegan en condiciones óptimas para ser campeones, los nuestros llegan con hambre y una horrible angustia por ganar, pues se están jugando el futuro de ellos y de su familia.
Con un ejemplo simple, veremos la diferencia que hay con algunos países respecto a los incentivos económicos que se obtienen por ser medallista olímpico, mientras que Hong Kong le otorga al ganador de la medalla de oro unos 3.134 millones de pesos, Israel unos 1.122 millones de pesos, Colombia le entrega unos 343 millones de pesos a quien consiga la presea dorada, muchos podrán pensar que es una gran suma, pero no son conscientes del sacrificio diario que vive cada deportista durante 4 años de preparación, máxime cuando no cuentan con los espacios deportivos idóneos, indumentaria adecuada y demás prebendas necesarias para llegar en óptimas condiciones al encuentro más importante de su vida.
Aunado a lo anterior y haciendo un análisis al presupuesto presentado para el año 2025 por el Gobierno Nacional, llama la atención que en plenos juegos olímpicos y ante el llamado del pueblo colombiano que pide más garantías para los deportistas, se proponga disminuir los recursos para el Ministerio del Deporte, pues haciendo una comparación entre el año 2024 y 2025, el presupuesto de inversión en el sector de deporte y recreación se redujo en un 69,3 %, siendo el sector con el recorte más alto, dejando un triste mensaje, pues está más que comprobado que el deporte ha salvado vidas y es una verdadera alternativa para triunfar en el país.
Vale la pena aclarar que el poco apoyo que ha tenido el deporte en Colombia, no solo ha sido de este gobierno, pues desde el año 2015 este tema siempre ha sido motivo de discusión, se ha intentado mediante leyes otorgar mejores condiciones económicas a los deportistas, desde dinero hasta Casas como retribución a su honorable representación, y que en muchos casos ha sido objeto de polémica pues los deportistas se quedan esperando tales promesas.
Lo cierto es que Colombia debe reconocer el innegable talento que tiene para el deporte, y no desconocer que en muchos lugares del país la única salida para salir de la pobreza es ser futbolista o atleta y esa debe ser la apuesta de este y los gobiernos que vienen, apoyar los sueños de los niños y niñas que quieren regalarle una alegría a este país por medio del deporte.