Hace pocos días nos dirigimos al Presidente Gustavo Petro en una carta abierta pidiéndole que apoye una Reforma Popular a la Policía que sea amplia, diversa, democrática, pero también que recoja las expectativas e intereses de todos sus miembros, desde los patrulleros hasta los generales. Hoy quiero compartirles estas reflexiones que hemos venido haciendo con los policías en los CAI de Bogotá, en las calles. Nuestro anhelo es que llegue a todos y cada uno de aquellos que sueñan con nosotros en que podemos ser mejores.
Aquí el texto de la comunicación que queremos que llegue a:
Patrulleros, Carabineros, Sargentos, Cabos, Agentes, Alféreces, Cadetes Generales, Brigadieres, Coroneles, Tenientes, Mayores, Capitanes, Subtenientes, Comisarios, Subcomisarios, Intendentes, Subintendentes: les hablo con el corazón y la mayor franqueza.
Desde mi tradición pedagógica y el enfoque de cultura ciudadana, me he preocupado por el cuidado de la vida, la transformación cultural y los derechos humanos como una apuesta para garantizar la vida digna y la democracia. En ese sentido, le apuesto a garantizar y procurar una Policía que cumpla con el mandato de cuidar la democracia, la convivencia y la construcción de la paz. Cumplir la Constitución y la ley son mandatos sagrados para la policía: “el derecho a la vida es inviolable no habrá pena de muerte” (artículo 11) y “Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona, aunque piense y diga diferente” (artículo 12 en lengua Wayú). Creo que, en ese sentido, tenemos metas y valores en común. Los policías son ciudadanos formadores de ciudadanos: son maestros en el espacio público que, cuando inspiran confianza, pueden sacar lo mejor del otro y lo mejor de sí.
A todos nos interesa que nuestra policía encarne esa visión. Los problemas de seguridad, confianza y construcción de paz deben ser la prioridad de la policía, también en territorios que han sido víctimas del conflicto armado donde se ha impedido que los y las policías ejerzan su rol social. Por ello, es necesario evaluar las condiciones y normas en las que opera la policía, de manera que podamos identificar los quiebres y garantizar que la policía continúe protegiendo la vida y la seguridad de los ciudadanos.
Esta carta es una invitación para construir conjuntamente un diagnóstico y una reforma democrática a la policía, orientada hacia la construcción de confianza, dignidad, justicia y transparencia. Necesitamos una Policía que teja e inspire confianza; que sea un ejemplo ambulante de una autoridad pedagógica y legal desde el ejemplo y que transforma conflictos ciudadanos de manera no violenta. La Reforma a la Policía no es contra ustedes, me angustian las condiciones dolorosas que viven muchos policías y a través de esta Reforma podemos mejorarlas ¡La Reforma es con ustedes!
Para lograr una Policía donde todos y todas sean ciudadanos formadores de ciudadanos, necesitamos tener clara la situación de los y las policías en términos psico-sociales, económicos y laborales. La vida digna es un derecho fundamental que no se pierde con el uniforme.
Las labores de policía son de alto impacto psico-social para los profesionales que la ejercen. Es una de las ocupaciones más estresantes en el mundo y sus profesionales tienden a sufrir una variedad de efectos y síntomas fisiológicos, psicológicos, que inciden en el ejercicio de su profesión y su convivencia personal.1 Después de revisar 11 estudios de diferente índole desde 2010 a 2020 a nivel nacional e internacional, tengo las siguientes aproximaciones.
Aspectos psico-sociales:
- Hay una mayor incidencia de suicidios en la profesión policial, en comparación con las demás. Mientras que para la población general la tasa de suicidio es de 4 por cada 100.000 personas, en la población de uniformados es de 24 por cada 100.000 personas 2.
- El 77% de los Policias sienten que su trabajo afecta su salud mental y el 69% presentan sentimientos de angustia, preocupación, estrés o El estrés no solo depende exclusivamente de su exposición a la violencia sino del trato y la relación con los superiores jerárquicos3.
Aspectos económicos y laborales:
- La mayoría de los policías encuestados (63%) nunca se han sentido satisfechos con la retribución económica que reciben por su trabajo4, impactando negativamente el sueño de tener vivienda propia y
- El 80% expresó sobrecarga laboral y, el 72%, deseos de cambiar de empleo 5.
- Cerca del 79% de los encuestados consideran que el régimen de ascenso de la Policía no es adecuado, pues no considera estudios, actos de servicio y no reconoce tiempo de servicio ni el mérito de los miembros de la Policía. Además, el 75% de los encuestados consideran que su salario no es acorde con la antigüedad, los compromisos y responsabilidades asociadas al cargo 6.
- El 55% de los encuestados muestran una percepción negativa frente al ambiente La mayoría (70%) están inconformes con los turnos de descanso y casi la tercera parte (24%) no se sienten bien tratados por sus superiores7.
Policías, estamos ante la oportunidad de generar un proceso democrático e inspirador que enaltezca su trabajo y genere confianza a la ciudadanía, un proceso que haga de nuestra democracia una obra digna de orgullo. Los invito de manera franca y abierta a tejer esta reforma ciudadana a la Policía ¡Acá todos ponen, todos ganan!
El anhelo es que esta reforma represente sus aspiraciones, el de las víctimas, de las y los jóvenes de todos los rincones de nuestro país y los de la ciudadanía. El proceso debe ser un diálogo amplio, de desacuerdos que se medien por la conversación y no la violencia. Un proceso que profundice la democracia y dignifique la vida, tu vida, nuestra vida. Es hora de que juntos, policías y ciudadanía, logremos una Policía para la paz, la construcción de confianza y la transparencia. Una Policía para la vida.
Gracias mil.