Por: Marcial Muñoz Lorente
Confidencial Colombia. Espero que el presidente Iván Duque lea estas líneas sobre el Coronavirus. Es más, haré un llamamiento medio populista: ojalá todos mis queridos lectores que lean esta columna hagan lo posible y se la envíen o le etiqueten a través de sus redes sociales o a sus asesores más cercanos. Día que deje de tomar medidas (más) extremas, día que hacemos más inmune al virus en Colombia, y seguro los virus en Colombia actúan igual que en el resto de países, en eso no nos sintamos diferentes.
La experiencia es la única manera de enfrentar a lo desconocido y salir airoso de la crisis. Estamos ante un hecho inédito en la vida todos los presentes en el planeta: una pandemia global como es el coronavirus, la última vez que pasó algo similar fue hace 102 años, la gripa española se llevó a 100 millones de personas coincidiendo con la I Guerra Mundial.
Sería loco pensar que va a pasar lo que hace 100 años, la medicina y el nivel información y tecnología juegan a nuestro favor, pero es cierto que no podemos quitarle importancia a algo desconocido y que no tiene vacuna conocida. Sería un error imperdonable. Primera petición presidente Duque: sea más audaz y tome las medidas difíciles ya. No lo de hoy. No espere a tener 1.500 infectados. Al final las va a tener que tomar igual, mire el caso italiano, y cuando llegue ese momento será tarde y mucho peor. Es necesario cerrar las fronteras del país y decretar la permanencia obligatoria en casa salvo casos de extrema necesidad durante 15 días.
La Alerta sanitaria que el presidente anunció hoy de prohibir las reuniones de más de 500 personas se me presume muy arriesgada e insuficiente. al final las medias tintas no funcionan en este caso. Me temo que se queda corto. Por ejemplo, se ve extraño suspender las reuniones de 500 personas y no cancelar la universidad o los colegios, donde se reúnen miles de jóvenes a diario.
Ejemplos buenos y malos del Coronavirus
Y en este punto quiero detenerme nuevamente en la experiencia. Hace 100 años con la gripa española, se hizo todo mal posiblemente porque no había vacunas ni información. Hoy sí tenemos todos eso. Aprendamos de la experiencia de los países que ya están pasando la crisis y fijémonos en los casos de éxito. España e Italia, desde luego no lo son. Dirigentes ridículos e irresponsables han puesto en riesgo la salud de sus ciudadanos, y ya los muertos se cuentan por cientos. Negar la crisis sanitaria y sobre todo, no tomar medidas para no colapsar los centros médicos cuando el pico del virus llega es de NECIOS. Los muertos llegan porque en muchos casos no pueden ser atendidos porque las urgencias no dan más de sí.
Echemos la mirada a Taiwán, un pequeño país de 23 millones de habitantes, de los cuales 400.ooo trabajan en China, con quien además comparte frontera… cabría esperar que fuera el impacto de contagios de coronavirus fuera similar al del gigante. Pues no, Hasta el día de hoy se registran solo 49 contagios y un único fallecido. ¿Qué hicieron? Medidas extremas sin duda: cuando surgió el brote, el país se movilizó rápidamente para identificar y contener casos, relocalizando recursos para garantizar la salud a sus ciudadanos. Integraron la base de datos de salud a la de inmigración y aduanas para reunir información y analizarla.
No solo activaron alertas en tiempo real basadas en los historiales de viaje y síntomas clínicos para ayudar a los diagnósticos, sino que incluyeron nuevas tecnologías, como el escaneo de códigos QR y una clasificación de los viajeros basada en sus viajes de las últimas dos semanas.
A las personas con bajo riesgo se les envió una autorización médica, mientras que los pacientes de alto riesgo fueron dejados en cuarentena en sus casas y rastreados a través de sus teléfonos, para garantizar que se quedaran en sus domicilios durante el período de incubación. Mejoraron el diagnóstico de casos de Covid-19 buscando a pacientes que tuvieran síntomas respiratorios severos que hubieran dado negativo para influenza, examinándolos nuevamente para descartar la presencia del coronavirus. Ojo y son 23 millones, no son pocos.
El gobierno taiwanés asumió un papel activo en la asignación de recursos, incluida la fijación del precio de las mascarillas y la utilización de fondos gubernamentales y personal militar para aumentar la producción de las mismas. El 20 de enero, ya tenían bajo su control una reserva de 44 millones de mascarillas quirúrgicas, 1’9 millones de mascarillas N95 y 1.100 salas de aislamiento de presión negativa, además de multiplicar los quirófanos para los casos más extremos.
Ni el político más irresponsable se atreve a negar la gravedad a día de hoy de la pandemia del Coronavirus: a nivel salud pública y, por supuesto, a nivel económico. El pánico se adueñó de los mercados a un nivel desconocido e increíble. El dólar por las nubes y el petróleo por el piso. En este momento es cuando estimado presidente Duque, me permito el atrevimiento de darle el segundo consejo: es inviable tomar medidas de restricción de movimientos sin ayudas económicas. Si el país se para 15 días o un mes, y parar es literalmente parar, es necesario aprobar un plan de medidas económicas y fiscales para que las personas no vean afectadas en su economía familiar. Todos los países serios están bajando impuestos y tomando medidas especialmente hacia los trabajadores independientes y las empresas.
Lo letal del coronavirus es que no sea tratado en sí en la población vulnerable, personas mayores o con deficiencias respiratorias, cardio basculares o con diabetes. El error de Italia en primer lugar, y ahora España, es no hacer frente al colapso del sistema sanitario. El hecho que las urgencias de los hospitales se vean desbordadas por casos leves y los casos realmente graves mueran en los hospitales porque no dan abasto. Los contagios masivos de médicos… eso es lo que puede traer el caos si en Colombia se repite la historia.
La letalidad del coronavirus es el del 3%, que dista mucho del 50% del ébola o del 10% del SARS. Sin embargo, tiene una mayor capacidad de contagio. Por lo tanto, sería un grave error asociar la baja letalidad del COVID-19 con un bajo riesgo de peligro biológico. Y por supuesto no es una gripa común en los índices de mortalidad. Una gripa común no para el deporte y la cultura mundial, ni por supuesto pone en jaque la economía del planeta.
Debe primar un mensaje de calma y responsabilidad
No se va a acabar el mundo. No es el apocalipsis ni nada que se le parezca. Si se contagia usted lo más probable es que no le pase nada distinta a las gripas comunes con algo más de dificultad en la respiración, o incluso es posible que ni se entere o el malestar sea leve. Manejemos con responsabilidad el uso de la información, pero no olvidemos las normas básicas personales: usen geles antibacterianos, varias veces al día, mascarillas y sobre todo, si los contagios se multiplican, no expongan a la población más vulnerables al contacto con niños. Medidas incómodas que evitan no exponer en riesgo nuestras vidas y las de los demás.
Para hacer frente a la pandemia y al pánico excesivo, la mejor terapia es la transparencia, el conocimiento, la aplicación de la ciencia, la actitud adulta y responsable de cada uno de nosotros. El primero, y aquí termino con mi tercer consejo al presiente Duque: señor presidente, no sea tímido en la aplicación de medidas extremas. Se ha visto que las medias tintas no funcionan. Realmente hay miles de vidas en juego.
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