Nuestras tierras fértiles en Colombia aún siguen significando solo un 14% sobre el potencial que tenemos para cultivar. Hay esperanzas en los siguientes años para encaminar su desarrollo si se siguen tomando medidas determinantes en la llamada reforma agraria del actual gobierno. No es tarea fácil, pero alguien tenía que comenzar los cambios radicales. Otro estudio reciente revela más motivos para creer nuevamente en el agro, ahora sí en serio. El Estudio de la cámara colombo americana, AmCham Colombia, señala que el sector agrícola en Colombia es el principal jalonador del comercio bilateral entre Colombia y los Estados Unidos, presentando un crecimiento sostenido durante todo el año, incluso son determinantes en señalar que el sector agroindustrial, puede crecer hasta un 250% en la próxima década hacia los Estados Unidos. Palabras de María Claudia Lacouture, presidenta ejecutiva de AmCham Colombia.
No en vano, los números señalan que las ventas del sector agrícola en Colombia superaron los $3.000 millones de dólares todo este año, lo cual representó un crecimiento del 35% frente al año anterior. Cifra nada despreciable que demuestra una gran recuperación y amplio mercado por abastecer, el de los Estados Unidos, a pesar de tantas adversidades de competitividad entre otras.
Estos crecimientos son para prestar mucha atención al potencial del agro en Colombia, que efectivamente requiere del apoyo gubernamental para hacerlo más competitivo y que sigue entrando a unos de los mayores mercados del mundo. El principal sector de comercialización entre Estados Unidos y Colombia sigue siendo el agrícola, el cual representó el 59% de las exportaciones diferentes a las de minería y energía, tema no menor en un país que solo explota el 14% de su suelo fértil. Ahora bien, ¿cómo sería esta relación y cuántas divisas lograríamos si se hace efectiva la utilización de más suelos con fines agrícolas? Sí, la apuesta al agro debe seguir siendo incluso más ambiciosa de lo que pretende este gobierno.
Debemos mirar con mayor detenimiento el sector ajeno a la minería y la generación de energía, debería ser un tema prioritario para el sector público y el privado también, ya que evidentemente existen muchas oportunidades de mercado ante la escases de alimentos, entre otros para seguir fortaleciendo el agro en Colombia. Se deberían encaminar estrategias hacia la generación de empleos agrícolas, que esto sea un propósito nacional, así como lo son impulsar las exportaciones de otros sectores.
Se puede afirmar que aún existen muchos retos ante los acuerdos comerciales entre Colombia y los Estados Unidos, a pesar de esto, se sigue creciendo, pero se debe crecer más con el potencial que existe para el sector agrícola sobre bienes terminados que generen valor agregado, ya que Estados Unidos sigue siendo un alto consumidor de insumos y bienes que podemos producir en nuestro país.
Las exportaciones totales hacia Estados Unidos superaron los $12.400 millones de dólares, claro, un poco menos de la mitad fueron por el petróleo y sus derivados, pero el resto han sido rubros creciente de diferentes tipos de sectores, donde el agro se impone y crece, en total son 677 tipos de productos agrícolas que se pueden exportar al país del norte, pero lo importante aquí no es el típico producto de materias primas que nos ha caracterizado por décadas, lo importante es que comienza a resaltar el valor agregado en estas exportaciones, por ejemplo, según los registros, hubo un aumento en las exportaciones hacia Estados Unidos de productos como las salsas preparadas, productos de panadería y galletería, extractos de café, esencias, café soluble liofilizado, frutas y verduras en conserva, y dulces de todo tipo.
La agroindustria crece, el mercado existe, por lo que es importante brindar las condiciones adecuadas para el desarrollo de este sector en Colombia. La famosa paz total no es descabellada, al menos en sus planteamientos, porque un país con mayor seguridad y en paz, tiene mayor capacidad para generar empleos en esta creciente agroindustria, que parece estar comprendiendo que es mucho más rentable transformar que exportar la materia prima pura, que es mejor exportar las salsas de tomate, que el propio tomate sembrado. El mundo tiene hambre y Colombia debería proveer, ¿Se tendrán las condiciones? Esperemos que sí, pero ahora en serio.