“Nunca esperábamos que una pandemia así fuera a llegar”, creo que esta frase la hemos oído tantas veces que esta idea ya se fijó en la mente casi todos. Hoy se acepta en medios, líderes de opinión y en el ciudadano común que esta pandemia fue algo así como un desastre de la naturaleza, algo impredecible, inimaginable e impensable. Pues bien, ¿Y si les digo que no es así? ¿Que esta pandemia ya estaba siendo anunciada? ¿Qué hubo estudios, análisis y hasta comunicados de prensa que la advertían?
Desde 2008 existe un documento llamado “Global Trends 2025 : A Transformed Word”, del National Intelligence Council -la oficina de anticipación geopolítica de la CIA- , y en él se advertía que para antes del 2025, podía llegar “una enfermedad respiratoria humana nueva, altamente transmisible y virulenta para la cual no existen contramedidas adecuadas, y que se podría convertir en una pandemia global”.
Y pues ríanse (para no llorar), el informe dijo que “si surgiera una enfermedad pandémica, probablemente ocurriría en un área marcada por una alta densidad de población y una estrecha asociación entre humanos y animales, como muchas áreas del sur de China y del sudeste de Asia, donde no están reguladas las prácticas de cría de animales silvestres lo cual podría permitir que un virus mute y provoque una enfermedad zoonótica potencialmente pandémica…”
El tema no era nuevo, tres años antes, en 2005 George Bush dio estas declaraciones premonitorias donde advierte la posible llegada de una pandemia asociada a la influenza y en la necesidad de actuar ya para salvar vidas futuras. “Si esperamos a que aparezca una pandemia será demasiado tarde para prepararnos” y en efecto, no nos preparamos y tuvo razón, fue demasiado tarde cuando llegó.
En 2015 el presidente Obama también alertó sobre el surgimiento de una enfermedad mortal respiratoria, que se contagiaría por el aire y el mismo Presidente llamaba la atención sobre la necesidad de mejorar la infraestructura médica pública. como sabemos, el resultado fue lo opuesto. Años más tarde Trump cerró el programa PREDICT, un sistema de alertas tempranas pandémicas.
En 2016 la revista semanal British Medical Journal, BMJ, publicó este estudio donde advertía que el mundo invierte muy poco y no está preparado para la llegada de una pandemia.
Pero esto es aún peor, el medio The Nation denunció que ya en el 2017 el pentágono había advertido al Gobierno Trump sobre “la amenaza más probable y significativa para los ciudadanos estadounidenses es una nueva enfermedad respiratoria” y que, en ese escenario, “todos los países industrializados, incluido Estados Unidos, carecerían de respiradores, medicamentos, camas hospitalarias, equipos de protección y mascarillas para afrontar una posible pandemia” mírenlo ustedes mismos:
Sigamos. Luego de la epidemia del Ébola, la ONU y el Banco Mundial crearon el Global Preparedness Monitoring Board (GPMB) quienes generaron un estudio llamado “Un mundo en riesgo” donde determinaron que “si un brote de un nuevo y agresivo tipo de gripe estallara mañana, el mundo no tendría herramientas para evitar la devastación. Morirían entre 50 y 80 millones de personas y liquidaría el 5% de la economía global” ¿Saben cuándo se publicó este estudio? ¡En octubre de 2019!
Esa es la verdad, Bill Gates no fue el profeta de la pandemia, aunque se le aplaude que la haya alertado, pero ya había sido anunciada décadas atrás.
Ustedes pensarán que no digo nada nuevo, y es cierto, las pandemias son tan antiguas como la humanidad y sin ir más lejos, desde los 80s hemos sido amenazados por el VIH, Ébola, H1N1, SARS, Zika, etc. Pero, al punto en que voy, es que las alertas de esta nueva pandemia eran tan numerosas como pocas las acciones que los países tomaron. Por ejemplo, observen esta búsqueda que hice en Google News filtrada de 2015 a 2019, se esperaba una pandemia de influenza de alta letalidad que afectaría el sistema respiratorio, las alertas estaban sonando en nuestras narices.
Era tan probable que surgiera una pandemia de alta letalidad que hasta ya le habían hecho una película (Contagio, 2011) y un documental (Pandemia, Netflix, 2019) ambas producciones que describen bastante bien lo que iba a pasar.
En esta crisis sanitaria muchos han tomado prestada de las finanzas la expresión “cisne negro” para referirse a hechos impensables, que nadie espera y que por lo tanto, nadie puede estar preparado. Pero esta pandemia no fue cisne negro, fue un rinoceronte gris. Así lo describió en The Economist Michele Wucker quien manifiesta que la llegada del Covid-19 no debió tomar por sorpresa a nadie ya que venía siendo anunciada de múltiples formas, la probabilidad de esta pandemia no era un cisne negro, era un “rinoceronte gris de dos toneladas con su cuerno apuntando hacia acá y su enorme peso sobre nosotros”
Y todo esto es lo que he investigado en un par de tardes de curiosidad sobre el tema, estoy seguro que las alertas y estudios deben ser miles más. La pregunta es, ¿por qué los gobiernos nunca las tomaron en serio? ¿por qué nunca se adelantaron medidas para comprar ventiladores de reserva, tapabocas, incrementar las camas de cuidados intensivos o fortalecer los sistemas de salud pública?, especialmente cuanto todo esto significaba invertir billones para no perder trillones, y sobre todo salvar vidas.
Lo más curioso es que además de algunos países asiáticos, un país, sin saberlo, sí se preparó durante décadas para la pandemia, una isla embargada y quebrada se vio obligada a implementar un sistema de salud basado en la prevención casa a casa y no en la enfermedad y con un sistema de producción de vacunas competitivo con multinacionales, sí, me refiero a Cuba, régimen que no es de mis afectos, pero que con índices de contagio bajísimos sin parar su economía y con cuatro vacunas en proceso, le ha dado una lección de salud pública a Latinoamérica, entre ellos a Colombia.
Volviendo al tema, el problema de aceptar la pandemia como algo impredecible e inesperado es que esta idea se convierte en una justificación para que presidentes no rindan cuentas por las medidas que nunca tomaron pese a las advertencias, al fin y al cabo, “Nunca esperábamos que una pandemia así fuera a llegar”. Por ejemplo, en Colombia nos cogió con un sistema de salud con trabajadores y trabajadoras mal pagos, contratados por prestación de servicios, EPS ineficientes, pocas camas de cuidados intensivos, 30 años desmantelada nuestra capacidad de producir vacunas, sin tapabocas de reserva y con un Presidente que literalmente dejó morir centenares de miles de pequeñas empresas, y que hoy también dice: “Nunca esperábamos que una pandemia así fuera a llegar”
Pero hay algo aún peor, si seguimos viendo esta pandemia como un desastre natural y no como un mal generado por la humanidad y como algo prevenible y en buena medida mitigable, no nos seguiremos preparando para las próximas pandemias, las crisis climáticas o amenazas nucleares. ¿Qué esperamos? ¿Un fenómeno de El Niño que producto del cambio climático dure 10 años y que arruine nuestra economía y nos empuje a una hambruna para decir, “Nunca esperábamos que algo así fuera a llegar”?
Si aceptamos esta pandemia como un inesperado desastre natural, presidentes como Trump, Bolsonaro y Boris Johnson que tienen sobre sí miles de vidas perdidas que se pudieron evitar, podrán excusarse, al fin y al cabo, “Nunca esperábamos que una pandemia así fuera a llegar”
Ojo, si seguimos aceptando la pandemia como un hecho fortuito, nunca vamos a cambiar nuestra relación con los animales producto de la cual surgen las zoonosis, es decir, los virus que saltan de animales a humanos. Nunca vamos a repensar el sistema de salud, nunca vamos a destacar la importancia vital de la salud pública, de hacer nuestras propias vacunas, de pensar en una renta básica universal, de fabricar nuestros propios respiradores, tapabocas y antibióticos.
Estamos a un año del inicio del primer confinamiento global de la humanidad, ya vemos la luz al final del túnel de esta pandemia y este es un buen momento para evaluar lo que hicimos y prepararnos paras las próximas pandemias y amenazas de la humanidad, por ejemplo, ¿cuándo vamos a tomar en serio las alertas de la crisis climática que amenaza el destino de la humanidad?
Adenda
Un amigo me decía que no se pueden tener camas de cuidados intensivos sin usar como reserva porque cuestan un dineral, y yo le respondí, “¿ah si? ¿Entonces por qué los gobiernos sí pueden tener aviones y portaviones de guerra que cuestan mil veces más, sin usar y todo por si acaso? ¿por qué con la industria militar sí pueden tener equipos de guerra sin uso y en la salud no se pueden tener respiradores de reserva guardados?
Fuente: Parte de las referencias las tomé prestadas del brillante artículo «La pandemia y el sistema-mundo» publicado en Le Monde diplomatique y escrito por el profesor Ignacio Ramonet.