En diferentes ocasiones me di a la tarea de ver y escuchar las noticias que hacían ver que los estudiantes del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) se les estaría manipulando para que apoyen el proyecto de reforma laboral presentado por el Gobierno Nacional a consideración del Congreso de la República y que hoy se encuentra a punto de hundirse en la Comisión Séptima del Senado de la República.
Estas noticias daban a entender que los jóvenes que cursan diferentes estudios técnicos o tecnológicos estaban asistiendo a estas manifestaciones como una especie de gancho ciegos para presionar a los senadores de la Comisión Séptima del Senado donde se encuentra el debate de la reforma laboral.
Me sorprendió ver como mis colegas subestiman a unos jóvenes a quienes lo primero que se les enseña en el Sena es lo que significa el Contrato de Aprendizaje, lo que este contiene y su alcance, que es la razón por la cual ellos hicieron parte de la manifestación durante los días pasados.
Otra cosa es que ellos no sepan explicarlo ante un micrófono y una cámara de un noticiero porque no están formados para esto o porque no les gusta o les da pánico. No todas las personas cuentan con esa facultad, mucho menos unos jóvenes, en su mayoría estratos 1, 2 y 3 que ven en el Sena su única oportunidad para salir adelante.
Tener menos de 25 años no convierte a estas personas en un grupo de seres ingenuos que se dejan llevar por lo primero que le van diciendo. Por supuesto que ellos defienden su contrato de aprendizaje y están dando la lucha porque este quede en el 100% del salario mínimo como estaba antes de que, al entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, se le ocurriera la idea de reducirlo al 75% con la venia de senadores y representantes que apoyaron su gobierno.
Esta es la razón por la que ellos hacen parte de las manifestaciones que piden al Congreso de la República discutir y aprobar la reforma laboral, porque lo concerniente al Contrato de Aprendizaje es algo que los beneficia y en el cual tienen puestas sus esperanzas para ingresar a una etapa productiva como debe ser.
A veces me pregunto, a quienes o a que se les hace el juego con la intención de estas noticias y que al único que hacen daño es al periodismo porque le resta credibilidad en el público espectador.
Sí hablamos de manipulación de jóvenes, incluso menores de edad, ¿por qué no dicen lo mismo cuando los movimientos cristianos salen con niños y adolescentes a protestar por las políticas públicas que favorecen a la población LGBTI? ahí sí, calladitos todos.

Oscar Sevillano
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