En los primeros días del año, Colombia ha vivido una temporada calurosa que ha sido provocada por el Fenómeno del Niño, la exagerada aridez y falta de lluvias son las causas de los más de 500 incendios forestales que han ocurrido en lo que va de año.
Al ser un problema repetido y previsto con meses de anticipación, del que hablamos en varias columnas el año pasado… nunca hay un plan de los gobiernos Municipales, Departamentales y Nacional para mitigar las consecuencias que pueda tener en el precio de los alimentos, servicios públicos y muerte de flora y fauna; siendo una eventual muestra de falta de planeación.
Colombia registró este el martes 23 de enero un récord de máximas temperaturas, llegando a los 40,4 grados en el centro del país, teniendo cerca de 900 municipios en alerta por los incendios.
Así lo manifestó el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) con un mapa de temperaturas del aire registradas que ha llegado a los 40,4 grados centígrados en Jerusalén (Cundinamarca, centro del país), a los 37,6 grados Sahagún (Córdoba, en la costa Caribe) o a 36,9 grados en la ciudad costera de Santa Marta (capital del departamento de Magdalena).
Otros municipios que también han alcanzado niveles máximos han sido: Abrego (Norte de Santander, noreste) con 32,8 grados; San Andrés (en el Caribe) con 32 grados; Lebrija (Santander, noreste) con 31,4 grados; Providencia (Caribe) con 31,3 grados; Gámbita (Santander) con 28,8 grados y Villahermosa con 25 grados.
El mes más crítico será febrero, que no ha llegado y preocupa aún más, teniendo este panorama de incendios en gran parte del territorio nacional, pues no se alcanza a dimensionar lo que podría ser el siguiente mes.
Y esta no es la única consecuencia, en 47 municipios hay inminencia de deslizamientos y en 13 de ellos están en alerta roja… También es un hecho el desabastecimiento de agua, que afecta en mayor parte a las comunidades indígenas que viven en La Guajira.
Lo más llamativo, siendo un fenómeno que todos conocemos y que vendrá cada vez con mayor impacto, no se haga nada ni se elabore un plan de contingencia más allá de esperar que nos llegue para tomar medidas.
El Ideam ha sido tajante en sus predicciones, alertas y advertencias, que de nada le sirve predecir si las entidades que deben ejecutar y plantear una acción “ministerios de Ambiente, Agricultura y Energía” no hacen nada para anticiparse a una situación como esta.
Tampoco ayuda que en el congreso de la república cite responsabilidad, mención o control más allá de un mensaje en sus turbantes redes sociales… Y los entiendo “muchos de ellos en vacaciones”, no hay quien ejerza. Pero debe haber un doliente y su responsabilidad, no podemos vivir en el día a día y con campañas de consciencia nacional sobre cómo enfrentar las sequías y sus nefastas consecuencias.
Citando a Nassim Taleb, “el fenómeno de El Niño nunca será un cisne negro porque es previsible, pero puede ser disruptivo porque puede cambiar las estructuras energéticas, en ese caso, como ningún otro fenómeno”.
Si sabemos lo que viene y las consecuencias la conocemos históricamente ¿Por qué nadie hace nada?