Estamos acostumbrados en nuestro diario vivir a relacionar los diferentes fenómenos sociales que se nos presentan, con los campos del conocimiento que nos permiten de rápida manera hacerlos comprensibles y con los cuales nos sentimos familiarizados. Cuando aparecen retos a nuestro razonamiento que son disruptivos, arriesgados y particularmente retadores, hemos normalizado hablar de ellos como si de locuras o fenómenos improbables se tratara y a quienes los alertan como si fueran sujetos provistos de histerias paranoicas malsanas; Sin embargo, la compresión de los diversos campos en que hoy se desenvuelve la vida orgánica e inorgánica nos permite ampliar la mirada sobre los fenómenos que se presentan y la manera como debemos abordarlos sin temores absurdos y con la atención debida.
Hace ya muchos años las relaciones en y entre Estados-Nación y las relaciones humanas y sociales no están determinadas únicamente en los dominios clásicos de la Geopolítica global, a saber: Tierra, Mar, Aire y Espació, desde la aparición de la revoluciones tecnológicas, la intromisión en todos los campos del saber y de la producción de las tecnologías de la información y la comunicación, del internet de las cosas y otros fenómenos, se habla en el mundo de un Quinto Dominio, el Dominio Ciber, que representa unos retos únicos y particulares para nuestras sociedades contemporáneas y para el futuro de nuestra humanidad.
Los Estados y Gobiernos que se encuentran más rezagados en la discusión y comprensión del fenómeno Global, se quedan en debates bizantinos que si bien revisten cierto interés e importancia para la opinión pública, no pasan de la reflexión acerca de las herramientas del campo Ciber; debates eternos acerca de la IA o del uso de “Software Espía” como potencial arma cibernética son pan de cada día, mientras continuamos con la deuda vital de transitar hacia una comprensión macro del fenómeno y los riesgos pero también las oportunidades que se dan en dicho Dominio.
La prevención y el conocimiento acerca de las amenazas cibernéticas se hace una prioridad para los Estados; pero esta no debería ser enfrentada únicamente con anuncios parciales para mitigar efectos de los sectores involucrados en los temas, requerimos como país y como sociedad una mirada Estratégica que vaya más allá de las experticias prácticas y tácticas de Ingenieros y Programadores. Colombia en particular tiene la necesidad de avanzar desde diferentes campos del conocimiento, complementar los esfuerzos técnicos con planes y estrategias concretas en los campos normativos, jurídicos y regulatorios entendiendo la dinámica híbrida y de adaptación de los diversos conflictos y la manera como los actores de los mismos utilizan el dominio Ciber; Estrategias de CiberDefensa de vanguardia que vayan más allá de la mera CiberSeguridad y del miedo -comprensible aunque ya inútil- a la violación de la privacidad de nuestros datos; Se hace relevante identificar el arma, pero en tiempos históricos comprender el <para que> se utilizan los múltiples Pegasus que surcan las redes del planeta y como construimos nuestras propias herramientas que rompan la coodependencia de otros países y sectores de interés para ganar en autonomía y soberanía.
No existe hoy en Colombia un abordaje integral que permita enfrentar los nuevos desafíos que representa el crimen transnacional y menos de los escenarios de confrontación, coacción y coerción que se dan el campo Ciber, y mucho menos una reflexión profunda sobre cómo se expresan en el los DDHH y el DIH y que acciones concretas podemos desarrollarlas para lograr un justo equilibrio entre los derechos fundamentales de los ciudadanos y las necesidades de protección de las infraestructuras criticas el país y los intereses nacionales.
Es el momento para que entre estallidos simultáneos de Baterías de Litio en oriente medio, rupturas de lógicas secuenciales de programación, intrusiones en sistemas digitales, “vuelos” que involucran equinos con alas que nacieron de la sangre de la Gorgona según la mitología y la manipulación de libertades y ansiedades para generarnos ciertos consumos tangibles e intangibles podamos como país reflexionar y entender que el Campo Ciber es más que una herramienta y tenemos que actuar pronto desde el logos, la necesidad y la visión de una nueva sociedad que sea más productiva, justa y equitativa y no se nos convierta en una “simulación” precaria de sentido y de esperanza.
Vladimir Rodríguez Valencia
Politólogo Magister en CiberDefensa y Ciberseguridad