La oposición es aquello que dentro del ámbito político relacionamos con los movimientos de izquierda y centro izquierda. Muchos también lo definen como socialismo-comunismo; para mí estos son sólo componentes del conglomerado que representa en su totalidad este concepto.
Se conoce tradicionalmente que la oposición está compuesta por partidos políticos que siempre han tenido ideales y referentes revolucionarios, que están directamente relacionados con grupos al margen de la ley defendiendo conceptos no legalizados, e ideas irreverentes, pero en conclusión podemos definir que actualmente la oposición en Colombia es de izquierda.
La izquierda pese a sus manifestaciones y antecedentes se ha ido relacionando desafortunadamente con la representación de todo aquello que se sale de los márgenes establecidos por la sociedad, la religión y la ley, esto da explicación a porque en esa corriente, existe la tendencia a querer obtener la objetivos, por vías alternas, sin contemplar de qué índole sean y las consecuencias. La izquierda también es aquello que supuestamente representa los derechos de la población “vulnerable”, la izquierda siempre está un centímetro más allá del límite entre los derechos de los demás y las obligaciones nuestras, en resumidas cuentas, la izquierda es un nuevo concepto que no está muy relacionado con la ética, los valores y la idoneidad, pues ha ido creando tendencias que quieren implantar la normalización de todo lo anormal.
Colombia es un país puntero geográficamente que siempre se desenvuelve al compás de influencias internacionales específicamente de Centroamérica y de América del Norte, también sobre nosotros recaen créditos caribeños y pacíficos, es por eso que estamos en un punto donde a la izquierda no le ha quedado fácil arrinconar esta democracia si así lo podemos decir.
Todo comenzó desde hace más de dos siglos, cuando la época de independencia marcó pautas y diferencias entre líneas y pensamientos divididos, lo que se fue desarrollando a la par del sentido de pertenencia como nación, para ir derivando vías opuestas que defienden el mismo fin: la democracia y el bien del país, pero lo que caracteriza a la izquierda es que siempre ha demostrado su preferencia a la revolución y la doctrina.
Desde hace décadas en Colombia se lucha contra la tendencia populista, la cual ha tenido fuertes demarcaciones como por ejemplo el terrorismo que viene desde la época de la violencia dónde los protagonistas fueron grupos guerrilleros reconocidos que componían las antiguas FARC, y otras organizaciones que dieron origen a demás grupos subversivos como el M19, la unión patriótica, la J.U.C.O entre otros movimientos amigos y afines al porte y uso de armas sin fuero militar.
Entonces ya sabiendo en qué consiste la izquierda y que antecedentes en Colombia existen sobre la misma, podemos empezar a definir qué elementos la componen.
Empecemos por hacer una breve taxonomía; la izquierda se compone de tres clasificaciones: La élite, la impulsadora y la obrera.
La élite como todos sabemos, está compuesta por todos esos dirigentes y representantes de partidos políticos con antecedentes de subversión como son ex comandantes guerrilleros, exguerrilleros rasos, sindicalistas de alta envergadura, indultados y demás ex pertenecientes a todo lo que va en contra de las garantías y derechos de la democracia y la persona, pero que por alguna extraña razón y suerte lograron ascender y coronar espacios altos social y políticamente, que predican exageradamente la austeridad, la modestia y se proclaman defensores de la pobreza y las clases bajas, ostentan estilos de vida totalmente burócratas y oligarcas como los que tanto critican.
Ahora describiré la categoría de los “impulsadores” como su nombre lo dice se compone de todas esas personas que sirven de impulso, estímulo y motivación a la clase élite para edificar ideales y proyectar sus luchas pues es en estos, en quienes se abanderan para mostrarlos como motor de trabajo. Estos mismos se encargan de idealizar lemas y fundamentos motivacionales.
Entonces aquí me refiero específicamente, a las clases sociales más bajas, aunque no en su totalidad, si un gran porcentaje de estas personas brindan total apoyo a los líderes oponentes y están dispuestos a subirlos a la presidencia.
También están las etnias, los grupos afrodescendientes y los reinsertados; también allí se adhiere un alto índice de personas con antecedentes judiciales inactivos y activos, claro que todo lo anterior, tiene sus respectivas excepciones, pues como siempre lo reitero, hay un margen que no aplica…
¡Aquí también encontramos ese grupo poblacional “sin oportunidades“ ¡Si! Esos que se quejan de no tener acceso a educación pero que no luchan por obtenerla, y si la tienen son malos estudiantes, se dicen sin oportunidades pero tampoco las buscan, sin dinero, pero desean conseguirlo de manera fácil, lo más triste es que estos grupos poblacionales pertenecientes a los estratos 2 y 1 para abajo, son los que tienen más subsidios, más ayudas, más becas, incluyendo las etnias y los afrodescendientes, pero la situación que ellos nos muestran es que son unos pobres indefensos con menos posibilidades que los demás.
Por último, describo el sector obrero que se compone de todas estas personas que no pertenecen a los estratos bajos porque de cierta forma manejan un grado de dignidad que no les permite caer en la degradación, pero no han tenido la garra suficiente para llegar a la elite. Muchos han emergido de un pasado decadente, pero han encontrado oportunidades, reconociendo que han sido más esforzados pero los vestigios de sus inicios, permanecen es en sus inclinaciones y pensamientos, por eso una gran cantidad son ex delincuentes, ex presidiarios, o personajes con mucho balastro en sus antecedentes judiciales, y aunque ya tengan una calidad de vida mejor, siguen teniendo la misma cultura de inconformidad y resentimiento, como cuando estaban en inferiores condiciones. Hay quienes no aplican ninguna de las anteriores y resalto que en la derecha hay elementos de igual procedencia, pero los diferenciaría en términos de naturaleza humana, pues los amantes de la izquierda manejan cierto resquemor que choca con la superioridad de otros.
Sin miras a ofender en este escrito, sólo pretendo hacer una breve descripción de una realidad que se visualiza ya cotidianamente y la cual nadie se atreve a argumentar, por miedo a ser tildado de prepotente, discriminador, e indolente pero mientras exista combustible para mantener encendida la llama de las ambiciones y las ansias de poder, siempre habrá un candidato presidencial con escuela guerrillera, que cuente con personas que le den este impulso y den cuerpo a ese movimiento, que abanderándose engañosamente en los derechos humanos, la igualdad y la honestidad pretende llevar el país a circunstancias similares a las de países vecinos.