Opinión de Óscar Sevillano
Si el proyecto que dio vida a la Justicia Especial para la Paz (JEP), se hubiese presentado a consideración del legislativo por iniciativa del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, no me cabe la menor duda que toda el Centro Democrático lo defendería a capa y espada, sin mostrar ningún reparo.
Y como no pensarlo y estar seguro de que así sería, si cada uno los senadores y representantes de este partido político, compiten entre ellos mismos, no por defender una filosofía construida bajo un principio de seguridad y legalidad, sino más bien, por demostrarle a su jefe que el uno es más uribista que el otro, no importa si para ello deban imitar los defectos que como todo ser humano, tiene el expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.
Uno de los casos que más evidencia esta tendencia en el uribismo de querer imitar los defectos del jefe del Centro Democrático es de la senadora antioqueña Paola Holguín, quien, con tal de quedar bien frente a los ojos de su mentor, parece no importarle que Colombia dude de su inteligencia y astucia.
La senadora Holguín debería tener en cuenta que su idea de diseñar e instalar una vallar en la que ataca de frente a la JEP, no le hace bien, ni a la institución que dice defender, ni mucho menos al Gobierno Nacional que se hizo elegir a nombre de su partido político.
Bien lo dijo el presidente Iván Duque en su discurso a través de los medios de comunicación, en donde palabras más – palabras menos, pidió al país unirse y concertar unos ajustes a la Ley Estatutaria de la JEP. No sé si la senadora Holguín habrá entendido el mensaje, pero por si no lo entendió, habrá que explicarle que actitudes como la suya, van en total contravía de lo que solicita el primer mandatario.
Por lo anterior, muchos nos preguntamos si el Centro Democrático es partido de Gobierno o de oposición. Si juzgamos por los recientes hechos, podríamos concluir que es más lo segundo que lo primero, porque no se entiende como en lugar de buscar acercamientos con las demás fuerzas políticas, con un lenguaje moderado, se hace todo lo contrario, es decir, se polariza y se divide aún más, con un lenguaje bastante incendiario.
Paola Holguín debería saber que la JEP es una institución del Estado y que atacarla, es atacar a la institución y a la legalidad como tal, y sobre todo, debería tener claro que el Gobierno de Juan Manuel Santos es cosa del pasado, que el presidente actual se llama Iván Duque, y que el partido que lo eligió es el Centro Democrático. En pocas palabras que la nación entera está en manos de su grupo político y que cualquier hecho que lamentar, va a ser responsabilidad de ellos y del presidente que tenemos hoy, no del que tuvimos ayer.
Su actitud senadora Paola y sus ideas no son nada constructivas, por el contrario, son bastante destructivas, y lo único que van a provocar, es que quienes firmaron la paz, tengan razones para regresar a la ilegalidad, producto de la desconfianza que personas como usted incentivan.
Por todo lo anterior senadora, quiero preguntarle ¿de qué lado está usted?, ¿si del presidente Duque, que pide unión para un diálogo concertado que busque superar las diferencias que existen frente a cómo podría operar la justicia transicional de una manera más efectiva? o ¿de que quienes no desean abandonar la ilegalidad y están buscando cualquier excusa para volver a delinquir?
Ideas como las vallas de Paola Holguín solo otorgan la razón a quienes buscan la excusa perfecta para regresar a la ilegalidad.
