Decálogo de cultura política

León Sandoval

Deseo abordar una serie de ideas que, a título de decálogo de cultura política, aquí se burilan y probablemente no tienen autor en particular, o bien pudieran ser atribuidas a Kant, a Habermas o a cualesquier de los múltiples pensadores que han llenado de luces la historia de la humanidad. Este Decálogo es el resultado del ejercicio personal de compilación de las lecciones recibidas de boca del maestro Guillermo Hoyos Vásquez (1935-2013) en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en parte, rendirle un pequeño homenaje a uno de los más grandes pensadores sociales latinoamericanos.

Para una mayor y mejor participación ciudadana en política este Decálogo de Cultura Política podría ser un pretexto para discutir sobre los principios capitales que más allá del mármol, merecerían ser grabadas en el ADN de los ciudadanos, no se trata de un ejercicio retórico, es la necesidad de la Ética en nuestra cultura política, en últimas, lo importante no es el mensajero sino el mensaje.

1.No todo se vale, el actuar humano requiere límites establecidos desde la ética. El fin no puede justificar los medios en política. 2. La vida no es un objeto más, es el principio que merece mayor atención y respeto en toda sociedad, nunca el acceso al poder debe vulnerarla. 3.Comprensión de la posición del otro, en los diálogos políticos se ejercita la habilidad para entrar en la dimensión del contradictor, bajo el entendido que las ideas no se combaten, se controvierten. Con el único que se debe ser intolerante es con el intolerante como lo mencionara Voltaire en su famoso Ensayo sobre la tolerancia. 4. La vida humana no debe instrumentalizarse, no propalar la idea que los semejantes son instrumentos para lograr fines y que el valor de la vida humana depende de su utilidad. Todo ser humano por el hecho de serlo tiene una connotación de sujeto moral. 5. Quien pretende jugar a Dios se excluye asimismo de la comunidad moral, los políticos no deben asumir el rol de dioses creadores, deben reconocer que su poder les viene de abajo. Nadie puede arrogarse ser divinidad.

6.Autocomprensión ética de la especie, todo acto debe estar enmarcado dentro de una reflexión ética sobre las consecuencias que genera. 7. Ser moral es un valor, la moral señala valores que deben ser conservados como la vida, la libertad, la propiedad privada, la familia. El ser humano es ser moral homo eticus antes que homo economicus. 8. La naturaleza humana no debe ser un objeto manipulable por la ciencia, el ser humano no es un sujeto para experimentos en tiempos de inteligencia artificial, ni ésta puede ser un medio para lograr votos que conduzcan al poder. La política y la ciencia deben estar al servicio de la sociedad. 9. La libertad es un presupuesto del quehacer político, si el ciudadano no es libre no puede tener responsabilidad moral alguna sobre el resultado de su voto. Sólo se puede exigir responsabilidad de quien es libre para decidir. La moral es la ratio cognoscendi de la libertad. 10. Confianza, la confianza sólo se construye entre quienes a partir de la ética se responsabilizan de sus actos y están dispuestos a rendir las cuentas a los ciudadanos. En suma, el voto como ejercicio político debe ser el más preclaro sinónimo de confianza ciudadana. No puede haber puntos intermedios en la responsabilidad del Gobernante. En últimas es un asunto de carácter, y el carácter se tiene o no se tiene. No hay punto intermedio.