Del dicho al hecho…

Juan Luis Castro

La próxima semana en el Congreso de la República empezarán los debates sobre la distribución del presupuesto de la nación para 2021. Las decisiones a las que lleguemos sin lugar a dudas serán determinantes para el posible rebote de la economía. Ojalá esta no sea otra oportunidad perdida para que el Gobierno ponga su entramado político a trabajar en sintonía con los clamores del país.

A lo largo de esta semana se han transmitido las reuniones de la mesa de coordinadores y ponentes en las que se ha desarrollado un diálogo preliminar, no obstante, aún hace falta mucho trabajo para revestir este proceso de transparencia.

A sol de hoy no existe un informe detallado de en qué se ha gastado el presupuesto del 2020 y tampoco existe un desglose preciso de en qué se va a gastar el monto de 313.9 billones que ya fue aprobado para 2021.

Han sido diligentes los ministros y viceministros que han ido a las mesas a justificar los montos que consideran necesarios para su cartera, pero sigue siendo difícil saber a ciencia cierta en donde terminarán los dineros y lamentablemente a ello nos hemos acostumbrado. Así inicia la discusión, bajo un manto de ilusoria transparencia en donde, a decir verdad, no hay claridad sobre lo que realmente ha propuesto el Gobierno.

Desde la bancada de oposición ya hemos radicado ponencia negativa en consideración de que no es clara la ruta de ejecución del presupuesto y peor aún, el monto que ha traído el Gobierno Nacional a la mesa es INSUFICIENTE.

La cifra que ha presentado el Ministro Carrasquilla es claro reflejo de una proyección engañosa del rebote de la economía. Lograr el repunte de 11 puntos porcentuales sin información clara y actualizada sobre las tasas de desempleo e informalidad, con la paupérrima cobertura de los planes de auxilio y con el evidente abandono a las Mipymes es un completo absurdo.

Entonces, ¿Por qué presentan una cifra a todas luces inalcanzable?

Si el presupuesto para 2021 que aprobaremos en el Congreso está desfinanciado en $38 billones como ya hemos descrito, el Gobierno dará otro ‘timonazo’ para encontrar el dinero que nos hará falta, hasta debajo de los páramos si es necesario.

Tal indeseable escenario sería al mismo tiempo un parque de diversiones para el Ministro Carrasquilla, que, con vía libre para negociar, nuevamente traerá sus propuestas que castigan duramente los bolsillos de todas las colombianas y colombianos de a pie:

  • La privatización de activos del Estado como Ecopetrol, ISA o CENIT
  • La imposición de IVA a la totalidad de la Canasta Básica Familiar

Esas solo por mencionar algunas. Ya ve usted por dónde va el agua al molino ¿no?

Bueno, pero y ¿qué hacemos si el monto del presupuesto ya fue aprobado? – Ahora nos corresponde hacer todo lo que sea necesario para que el dinero que se tiene se gaste en las cosas que sí se necesitan. Yo tengo 5 propuestas:

(1) Eliminar el artículo 48 que abre la puerta a que el Gobierno inyecte Capital en la Nueva EPS. Esta empresa es la segunda EPS que más recibe tutelas en el país, ha tenido serios problemas en la prestación del servicio por COVID-19 y como por si fuera poco hace falta transparencia en la transacción por parte del Gobierno Nacional, algo muy característico de este y de muchos Gobiernos.

Además, el Gobierno Nacional ya tiene una participación accionaria en Nueva EPS, si esta entidad está teniendo problemas financieros, tiene dos opciones: ceder algunos de sus afiliados a otras EPS que tengan la sostenibilidad financiera o que los recursos que necesitan vengan por parte de privados.

De invertir, el Gobierno estaría asumiendo un riesgo que no se va a ver reflejado en sus utilidades. No está bien que las EPS actúen como privadas cuando se habla de regular el sistema, pero el Gobierno deba entrar a salvarlas cuando se encuentran en aprietos financieros.

(2) Autorizar el giro directo para los salarios del Talento Humano en Salud. De esta manera la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES) quedaría facultada para girar únicamente el dinero de pago de salarios directamente a las IPS, hospitales y clínicas del país, sin la intermediación de las EPS.

(3) Renegociar la deuda externa, o, dicho de otra manera, que el Gobierno se siente con la banca multilateral y los privados a los que el país debe dinero para extender el plazo de los créditos, bajando así el total de cada cuota y liberando dinero.

Con los recursos que quedarían a disposición el Gobierno Nacional podría cubrir el déficit de $3 billones que enfrenta el sistema de seguridad social en salud.

(4) Redistribuir el presupuesto. Según la propuesta del Gobierno Nacional el Ministerio de Minas recibiría $1 billón adicional. La invitación que planteo consiste en adicionar solamente $400 mil millones a esta cartera, y los $600 mil millones restantes destinarlos al fortalecimiento de los ministerios de Ciencia, Innovación y Tecnología, Agricultura, Deporte y Cultura, que pueden jugar un rol fundamental de cara al rebote de una economía que debería dejar de poner todos los huevos en la misma canasta extractivista.

(5) Financiar el Censo Económico en respuesta a la solicitud hecha por el DANE, la cual consiste en que le sean otorgados $307 mil millones adicionales que provendrían del presupuesto para el Ministerio de Defensa. Este dinero sería destinado específicamente para las etapas censal y post censal del Censo Económico 2021.

¿Por qué este Censo? Bueno con él se quiere levantar la información y las cifras actuales sobre la actividad económica del país, desde la producción, ventas e ingresos, número y características de los empleados, costos, gastos y activos, hasta lograr una medición real de la formalidad e informalidad empresarial en todo el país. Desde el año 1991 no se hace un censo de esta magnitud.

En Colombia necesitamos claridad en estos datos para tomar decisiones de orden local, regional y nacional, que estén sintonía con las necesidades económicas de las personas y responder a la necesidad que tiene el país por formalizar los trabajadores.

El Gobierno Nacional debería apostar por la distribución del presupuesto con la equidad transversal como una máxima de todo su trabajo. Es sabido que en sus planes de reactivación económica tanto los proyectos de construcción como los proyectos mineros son ejes fundamentales. Sin embargo, vale la pena depositar atención y confianza en otras carteras que permitirán la tecnificación y el fortalecimiento del país en otras áreas a largo plazo.

Respeto el optimismo del Ministro de Hacienda, pero me opongo radicalmente a que la reactivación se de a costillas de la calidad de vida de la mayoría de las colombianas y colombianos.

Pensar que vamos a tener una recuperación rápida y en V es algo que se dice con facilidad, por ello no hay que perder de vista que “del dicho al hecho …”

@JuanLuisCasCo

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