Ha caído muy bien en Colombia esta buena noticia. El próximo 18 de febrero realizaremos en Bogotá el Congreso Nacional que convertirá en un nuevo partido político a las fuerzas que hoy somos Compromiso Ciudadano y Dignidad, organizaciones presididas por Sergio Fajardo y Juan Manuel Ospina, respectivamente. Setecientos delegados representarán a treinta departamentos del país.
Ese día aprobaremos las cartas de navegación del nuevo partido: nombre, programa y estatutos, Comité Ejecutivo Nacional, comisiones de atención a los sectores sociales y presidencia, con decisiones que se tomarán por consenso. Y formalizaremos la cordial invitación que desde ya les extendemos a las colombianas y los colombianos a afiliarse a esta nueva organización y a candidatizarse en su nombre para los cargos de elección de los comicios del 29 de octubre próximo.
El objetivo más general que nos proponemos es consolidar en Colombia una tercera opción política, capaz de unir al país –asalariados, informales, campesinos, indígenas, clase medias y empresarios– y dirigirlo hacia el verdadero cambio que se necesita. Porque no es cierto que estemos condenados a escoger entre los dos sectores beneficiarios de la extrema polarización y porque esta unidad ha sido diseñada para defender los más altos intereses nacionales.
La primera idea que nos une es la de cero tolerancias con la corrupción –pública y privada–, que está en la base del subdesarrollo de la producción nacional, de la escasa riqueza que se crea en Colombia, de la desigualdad, del desempleo, la pobreza y el hambre. Corrupción que asegura gobernar mal en todos los casos: a la hora de elegir y escoger a los funcionarios públicos, de ejecutar los presupuestos y de aprobar las leyes y demás normas que rigen en el país. Rechazamos el cinismo falaz de que “fulano roba, pero hace”.
Con énfasis repudiamos el uso de toda violencia para tramitar las diferencias personales, sociales y políticas. Y somos partidarios de las soluciones pacíficas de los conflictos.
Nos une también la idea de promover, en economía de mercado, el aumento de la producción industrial y agropecuaria con mayor valor agregado, para acrecentar las exportaciones y sustituir importaciones y crear más y mejores empleos, deber fundamental de un país para con todos sus habitantes.
Nos declaramos amigos de relacionarnos con todos los países del mundo, dentro de la idea de que Colombia debe ser un país soberano e independiente de todo centro de poder extranjero. Y defendemos la seguridad y la soberanía alimentaria, hoy destruidas por el exceso de importaciones de bienes que podemos producir en el país.
Defendemos el derecho de trabajadores, estudiantes, campesinos y demás sectores sociales a organizarse y movilizarse pacíficamente. Ni las mujeres ni nadie de la sociedad colombiana pueden ser discriminados, maltratados o violentados en razón de sus características naturales. Además de sus derechos ciudadanos, la niñez y la juventud deben gozar de especial protección del Estado.
Militamos en la causa de cuidar el medio ambiente, atendiendo, sin desproporciones, las necesidades de la transición energética y enfatizando en la urgencia de enfrentar la deforestación. Defendemos la importancia de que los colombianos disfruten del derecho a una educación pública, gratuita y de alta calidad y del acceso a la ciencia, así como a un sistema de salud oportuno y de alta calidad.
En relación con el actual gobierno, nos ratificamos en mantenernos en una posición de independencia, que nos asegure poder juzgar sus actuaciones de acuerdo con nuestras convicciones y siempre en función de lo que consideremos lo mejor para Colombia.
Jorge Enrique Robledo