Hay más horror en el mundo hoy que ayer. Menuda obviedad, dirán, sí, pero cuesta creer que el mundo se haya vuelto tan loco. ¡Menos mal que vivimos de espaldas al dolor general!, nos preocupa más la miseria de nuestro vecino, las notas de nuestros hijos y si el colegio ha actualizado o no el ‘Crome Book’ de los alumnos, en definitiva, nuestras pequeñeces. Y tiene que ser así, de otro modo, moriríamos abrumados por la preocupación. De hecho, poco se habla de los psicólogos que ayudan a periodistas, criminólogos, investigadores… a superar los traumas a los que por informar, investigar o descubrir se hayan expuestos. Hoy son más que necesarios.
Gula informativa
Ahora con las redes sociales, los noticieros 24 horas, en definitiva, con la inmediatez es más fácil ver y enterarse de todo, pero también esta gula informativa (que no da espacio a la reflexión) hace que mis colegas, medios de comunicación y busca tendencias de la información, carezcan de filtro informativo, y si ellos, que son los que tienen que gestionar y separar el polvo de la paja, se ven abrumados y no dan abasto, la consecuencia inmediata es que la sociedad en general no sabe bien qué pasa, cómo y por qué. Los nuevos medios no ayudan a filtrar, ni permiten el espacio sosegado de la charla, ese que antes te conectaba con otros ante una misma noticia. La charla (que no tiene nada de sosegada) vive en la red en forma de insulto, de bilis vertida hacia unos y otros.
No siempre lo que llega a la redacción de un medio aporta información valiosa para el lector, espectador, usuario… Les pongo varios ejemplos.
La semana pasada hemos podido escuchar a un padre en Murcia, España, consternado por la últimas palabras de su hija que murió en un incendio en una discoteca, al Premio Nobel de Medicina 2023, Drew Weissman, llamando a sus padres para darles la noticia de que había sido premiado. También hemos escuchado hablar de violencia a las ‘feministas’ (sobre todo violencia contra las mujeres). En concreto vimos a la Secretaria de Estado de Igualdad española, la señora Pam, diciendo que es violencia contra las mujeres dar dos besos al saludar, (pongan a cualquier ministro de Petro con dos dedos de frente hablando) y a los terroristas de Hamas, exhibiendo el cadáver de una joven israelí, a la que han asesinado brutalmente horas antes.
Así como la última llamada de una hija no es información, es el momento valiosísimo para sus padres, pero no para el público, pues ante la noticia de la muerte la agonía no es noticia y en mi opinión, debería quedar en la intimidad de esa familia que queda destrozada. Pero la llamada del premiado Nobel de Medicina a sus padres sí puede darnos un dato sobre su humanidad, su relación familiar, su orgullo de hijo que sabe que sus padres siempre le han acompañado en el camino de su éxito, que ahora cosecha, y quiere compartir con ellos. ¿Me siguen?
Violencia y violencias
Así como que una secretaria de Estado no debería ser noticia al decir que dar dos besos es violencia contra las mujeres por obra del patriarcado. Las tonterías que dicen los ministros, ministras y secretarios de Estado en España no deberían ser noticia, entre muchas cosas porque sólo muestran su grado de estulticia supina y además no ayudan a mejorar el país. Da igual que sea en Colombia, en España o en Alemania, el nivel de la izquierda de estos países es peor que el de mi sobrino-nieto de cuatro años, Gonzalo, que te sabe decir los rascacielos del mundo, los programas de lavado y secado y las marcas de todos los electrodomésticos, pero nunca te dirá que dar dos besos es violencia.
Violencia es agredir física o verbalmente a alguien para hacerle daño psicológico, físico o incluso la muerte, a sabiendas de que se está causando un mal. Todo lo demás que digan las ‘feministas’ de la izquierda de hoy es tontería supina de alguien que sí merece un par de bofetones por estúpida. Y más cuando el ministerio al que pertenece trabaja mal, desprotege a las mujeres y contabiliza el mayor número de agresiones ‘de género’ de los últimos años.
Violencia es, además, lo que tienen que sufrir las mujeres que sí luchan por sus derechos, y por los de todos, en Irán, como la recientemente premiada con el Nobel de la Paz, la iraní Narges Mohammadi , activista de derechos humanos que vive actualmente en una de las prisiones del peor país del mundo para ser mujer. No sé cuantos latigazos recibió en su última condena, creo que eran 154 según Amnistía Internacional. No sé ustedes, pero dudo que ninguna feminista occidental se presta a una lucha por alguien si las condenas llevan latigazos como plus.
El espanto del Oriente Medio
Las audiencias, los likes, son esa parte tirana que degrada al periodismo. Porque por tener más se puede llegar a cualquier cosa. Y llegar a cualquier cosa nos anestesia el corazón ante noticias escalofriantes, nos deja con un simple “qué espanto” ante reacciones desmedidas de violencia, como las vividas este fin de semana en Israel y en Palestina.
A nadie se le escapa que Oriente Medio es un polvorín. Lo era. Lo ha sido y lo seguirá siendo, pues el problema de Israel y Palestina no sólo es político. Tiene un componente religioso que hoy el descreído mundo ignora, es decir, pasa por alto y además es incapaz de comprender, porque no hay sentimiento religioso, ni nada tan sagrado en Occidente que pueda explicar, justificar, un acto.
Al parecer para los palestinos salafistas, es decir, sunitas extremistas de Hamas sí. Para ellos, la tierra que ocupan es sagrada, se sienten oprimidos por los israelíes, y consideran que éstos viven ocupando unas tierras que no les pertenecen. Además, Israel es un estado infiel y no merecen vivir ahí. Y además es libre, alegre, colorido y próspero en medio de un desierto nada amistoso.
Yo puedo y logro entender todas las posturas, tanto de los palestinos como de los israelíes, todos tienen parte de razón en este conflicto. Pero lo que no podré entender ni justificar nunca es la violencia, la barbarie, la sinrazón, por motivos que sean, pero menos aún por motivos religiosos. Este extremismo bárbaro no es de ningún Dios. Se lo aseguro.
Ahora, vivo asombrada con que los líderes políticos de izquierda, la izquierda más radical, rancia, sectaria y marxista, apoye la acción de Hamas. La izquierda más radical, que hoy justifica cualquier cosa que acabe con la cultura de occidente, apoyando a los extremistas de Hamas, que viven por y para la Guerra Santa, y para los que cualquier marxista de Podemos, Sumar o el gobierno de Petro es un blanco al que matar por infiel.
No sé si es ignorancia o romanticismo, pero el musulmán radical mata con alegría y virulencia al que sea, este fin de semana con su incursión en Israel, a cientos de mujeres, hombres y niños, pero llevan exterminando a los cristianos de Oriente desde hace años, con la misma alegría, y con el silencio cómplice de todos los Estados y medios de comunicación. La respuesta es obvio que no será igual, pues por los cristianos, sus hermanos rezamos por ellos, pero Israel va a salir a ganar. Entonces el mundo será aún más violento y los dos besos se quedarán en lo que son, un saludo de cortesía.