El presidente y el ministro de salud dijeron que la cuarentena y el distanciamiento social se necesitaban mientras el sistema de salud se preparaba para cuando llegara el pico de la pandemia. Pues bien, han pasado cuatro meses y al pico no se ha llegado ni el sistema de salud está aún preparado.
El número de contagiados y de muertos ha crecido, y con ello ha disminuido la capacidad de las UCI porque no han llegado suficientes ventiladores ni tampoco los kits para hacer masivamente pruebas y dimensionar el perfil de la pandemia. Colombia es de los países que por millón de habitantes ha hecho menos test.
El presidente y el ministro Ruíz han dicho una y otra vez que los ventiladores están demorados por la gran demanda internacional. Diez comercializadoras son las responsables de que lleguen pero no llegan. ¿Otro cartel?
La pandemia ha crecido y ya hay ciudades y departamentos cercanos a la línea roja, como Barranquilla, el Atlántico y otros. Bogotá también está a punto de llegar al 75% de ocupación de las UCI, y los ventiladores llegarán entre agosto y octubre. Entonces, Colombia no tiene ni pico ni aplanamiento ni ventiladores ni kits ni cuarentena ni economía, pero sí líderes asesinados, violaciones, feminicidios, ineficiencia y corrupción.
El problema de los ventiladores se puede subsanar con producción nacional. Como resultado de la Cienciatón del MinCiencias, y de otros desarrollos paralelos, se tienen listos unos ventiladores en Bogotá con la Universidad de la Sabana, y otros en Medellín. Hay una directiva del Ministerio de Salud que libera a los territorios usarlos, bajo su responsabilidad. La nación se lava las manos.
¿Quién tiene a Colombia con la rodilla en el cuello? El Invima, que exige protocolos internacionales impuestos por las multinacionales y los países desarrollados. Entonces, si los producidos en Colombia no cumplen esos estándares, no son aprobados, porque tienen que ser iguales o mejores, pero no pueden ser distintos.
Nunca un desarrollo tecnológico de un país menos avanzado se puede comparar al de un país desarrollado, ni tampoco entre países avanzados, porque siempre serán distintos, así sean parecidos y cumplan las mismas funciones. Así responde la inteligencia humana y así responden las diferenciadas capacidades científicas, tecnológicas y productivas de unas naciones respecto a otras. La competencia en conocimiento y creatividad, en investigación y desarrollo, resulta en productos finales que jamás serán iguales si pasaron por un proceso autónomo de investigación desarrollo innovación.
Los ventiladores diseñados en Colombia usan insumos tecnológicos que en su mayoría se consiguen en el mercado nacional. Es el enorme mérito de esas innovaciones. El gran error del gobierno en un momento de crisis y urgencia mundial, es no darle valor a esos desarrollos y ponerlos en producción.
El gobierno no ha mostrado decisión política para sacarlos adelante. La vicepresidenta y el gerente Plata, que fue mincomercio, la ministra Ángela Orozco, y todos los que negociaron la internacionalización y que están en el gobierno y en los gremios, conocen las barreras que Colombia aceptó para no desarrollar tecnología en el marco de la OMC y de los TLC.
Colombia no tiene un complejo industrial de salud, consecuencia de las malas negociaciones internacionales que han traído desindustrialización y dependencia científica y tecnológica.
En esta contingencia los países emergentes están haciendo sus propias innovaciones, porque no pueden asumir el costo de que mueran sus ciudadanos por unas normas internacionales. En situaciones como estas las normas sirven de referencia, de aprendizaje pero el cambio tecnológico y la producción, lo hacen nacionales.
Colombia hace una ciencia y una tecnología subalterna, básica, como de bachillerato o pregrado, por eso tiene pocas patentes. Los emergentes veloces hacen ciencia y tecnología de maestría y doctorado, y los avanzados de doctorado y postdoctorado. La ciencia y la tecnología crece y avanza cuando hace nuevas construcciones, inéditas y disruptivas. No todo está escrito porque si no la ciencia pierde su razón de ser, el mundo no avanzaría, el ser humano renunciaría a la inteligencia y al conocimiento, y todo quedaría en manos de Dios.
La reglamentación de la ley de spin offs que permite que algunos de los resultados de investigación de las universidades se conviertan en productos y servicios innovadores comercializables, no se ha reglamentado. Recién el Minciencias hará esa tarea que no hizo Colciencias en cuatro años. Para que esa reglamentación sirva debe permitir que desarrollos como los ventiladores, puedan ser realidad. De lo contrario, solo servirá para disfrazarse de investigadores, de innovadores y de emprendedores, pero no para dar un salto en el desarrollo científico, tecnológico y productivo. Colombia es maestra en hacer leyes vacías.
Para que el lector entienda mejor el problema de no producir los ventiladores, lo explico así. Si en Bogotá se llenan las UCI y un nuevo enfermo necesita ingresar a UCI y no hay cama, se muere. Si llegan dos, tres, veinte, cien o mil enfermos en estado crítico, y no hay camas disponibles en las UCI, se mueren, mientras los ventiladores nacionales están parqueados esperando la mano divina del Invima. Entonces, los médicos tendrían que hacer como en España e Italia, decidir a quién conectar a un ventilador, es decir, a quien le quitan o lo dejan con vida. Claudia López tiene razón en decir que si el gobierno no le da más ventiladores y los enfermos de UCI siguen aumentando, tiene que cerrar la ciudad. Pero Duque dirá ¿y el día sin IVA qué?
Si en Colombia llegan a morir contagiados porque al Invima no le da la gana de superar su dependencia cognitiva, o incapacidad técnica, la culpa será del Presidente, del Minsalud y del director del Invima. Si este instituto no viabiliza ya la producción nacional de ventiladores, el presidente debe tirar del cargo a su director y a todos los directivos que se resistan por irresponsables psicorrigidos. El problema sería ¿hay con quien reemplazarlos? o todos los doctores tienen lavado el cerebro.
Le sugiero a la alcaldesa Claudia López hablar con la Unisabana para poner en producción el ventilador que han desarrollado, porque si no los muertos también le van a caer encima. Se han perdido ¡cuatro meses¡ El costo de la dependencia tecnológica e industrial de Colombia. No es capaz en una emergencia mundial, de dar respuesta, cuando hay la obligación humanitaria de dar soluciones inmediatas. Ninguna norma está por encima de la vida.
En Brasil, un tomógrafo ya se vende en Estados Unidos, Japón, y otros países, y tiene siete patentes en trámite. Estos equipos son para darle más eficiencia a los ventiladores que también están produciendo por miles porque miles de personas están muriendo. Vaya al doctor Google y escoja aleatoriamente cualquier país avanzado o emergente como, España, Polonia, Hungría, Malasia, Singapur, Estonia, y se dará cuenta del atraso indignante de las políticas productiva, de ciencia, tecnología y emprendimiento de Colombia. Al covid lo estamos manejando con cuarentenas, desconfinamientos restringuidos, agua, jabón y alcohol, y con poca ciencia, tecnología e industria. A propósito ¿qué dice Bruce de la Andi? Este era el momento para impulsar una industria de la salud.
El modelo colombiano de control de la pandemia hubiera sido exitoso, si hubiera desarrollado capacidades industriales para atender las urgencias del sistema de salud. El plan de reactivación a muerto porque no tiene contenido, forma ni fondo. Abrir, abrir, abrir, que el mercado resuelve todo y el estado paga todo, da para un ensayo de la estupidez.
P.D.: El dato de desempleo de mayo no se muestra ¿Por qué?