La OMS o el descrédito absoluto al borde del millón de muertos

Marcial Muñoz

Ya les adelanto el spoiler al titular: patética gestión y patética comunicación. El descrédito absoluto de la OMS (Organización Mundial de la Salud) con el coronavirus debería ser objeto de estudio. Estudio de lo que nunca se debe hacer en medio de una crisis. Objeto de estudio de como tirar por la borda el prestigio (poco o mucho, pero prestigio) que tenía la institución hasta comienzo de este extraño 2020. Objeto de estudio por hacer todo mal. Si eres la máxima fuente de referencia, no puedes dar información sin contrastar, sin estar 100% seguro. No puedes contradecirte en las afirmaciones, en tus estudios, contribuyendo al caos, y no pensar que te saldrá gratis.

La OMS esun ente supranacional, financiado por casi todos los países del planeta, para dar respuesta a los retos sanitarios en el mundo. Pero en nueve meses no ha hecho sino crear confusión, equivocarse una vez tras otra en sus análisis y en la forma de afrontar el mayor reto sanitario del último siglo. Y, sobre todo, han resultado patéticos en su imagen al dar la sensación de estar más pendientes de los intereses politiqueros de turno que de buscar soluciones a la crisis.

Desde el mes de enero, casi todo ha sido un despropósito en todo lo que rodea a la OMS, y especialmente su director, Tedros Adhanom, foco de la diana y que en cualquier empresa privada medio seria ya estaría en la calle hace muchos meses.

Viaje de la polémica a China

Durante su visita a Pekín del mes de enero, Adhanom, como si fuera una modelo de pasarela, se preocupó más por salir bien peinado en la foto con el presidente Jinping que por otra cosa. Cometió la indecencia de alabar “la transparencia” del gobierno chino, pero no tuvo la vergüenza de pedir perdón por desoír las voces de alarma de los médicos de Wuhan, algunos encarcelados, quienes ya clamaron por esas fechas que esto no era una simple gripa.

Lea la situación en Colombia de los ventiladores en este enlace

También pudieron haber alertado mucho antes al mundo del riesgo real del virus. ¿Qué hubiera pasado si hubieran contado la verdad en enero? (al final del artículo respondo). ¿Por qué se callaron por inconfesables intereses? Nos vendieron como buena a todos la versión de China a pesar de que Taiwán advertía que el coronavirus sí se contagiaba de persona a persona. Para esas fechas de enero, Taiwán ya estaba haciendo miles de tests diarios a su población y hoy son el país más exitoso en afrontar la crisis.

Esa sumisión del organismo a los yuanes chinos fue la primera de una sucesión de malas decisiones. No fue hasta el 11 de marzo, con media Europa ya infectada, cuando catalogó oficialmente al coronavirus como pandemia. Y ya era tarde, para esa fecha, el número de contagios fuera de China se había multiplicado por 13 en las dos semanas previas, y en ese periodo los países afectados se habían triplicado.

Errores en cadena

No solo la pérdida de la batalla del tiempo. La OMS también cambió su postura con respecto al uso de los tapabocas en espacios públicos. No fue hasta finales de mayo, sí mayo, cinco meses después del inicio de todo, cuando hizo general su recomendación de uso, previa nueva rectificación a posiciones anteriores. Y hay más, no tuvo reparos en elogiar el modelo flexible de Suecia. “Creo que si queremos alcanzar una nueva normalidad, Suecia representa un modelo para volver a una sociedad en la que no tengamos confinamientos”, dijo Mike Ryan, el principal experto en emergencias de la OMS. Semanas después, Suecia era el país con más muertos de la zona escandinava. Hoy arrastran 21 veces más fallecidos que sus vecinos noruegos. Todo un ejemplo para la OMS. Genios.

Su penúltima metida de pata vino en relación a la capacidad de contagios de los pacientes asintomáticos e inmunes. Dieron marcha atrás en la polémica sobre si eran transmisores o no del virus: “muy rara vez” dijeron un día después de afirmar lo contrario. Hoy en día aún no se sabe a ciencia cierta. Es una nave sin control en la que unos funcionarios se contradicen a otros en cuestión de horas. Si no saben, no digan, o simplemente digan que no saben. Sencillo.

Con todo este catálogo de contradicciones, errores e intereses ocultos, este pasado viernes va y nos dice su portavoz y científica jefe, la doctora Soumya Swaminathan, que las vacunas no llegarán a la población hasta el segundo semestre del 2021. Booooooooooooom. Casi todos los gobiernos ya han afirmado que desde noviembre o diciembre comenzarán a activar los protocolos de vacunaciones masivas a la población vulnerable. ¿A quién creemos entonces? ¿A la OMS o a los gobiernos? Confío que sigan fallando como hasta ahora.

Al borde del millón de muertos en el mundo

En este castillo de naipes a punto de derrumbarse, la OMS tiene una gran responsabilidad por omisión. Esta cadena de errores ha resultado trágica a posteriori. Ya estamos cerca de los 30 millones de contagios y 1 millón de fallecidos en el mundo. Se dice pronto. Y lo que nos queda en lo sanitario y, sobre todo, en lo económico. Esa ‘fe ciega’ en China supuso la pérdida de su mayor donante: Estados Unidos. Donald Trump cerró el grifo de la OMS y aprovechó esa jugada para también tapar sus vergüenzas y lanzar una cortina de humo que desviara la atención por haber llegado tarde a la pandemia.

Que ¿qué hubiera pasado si la OMS hubiera actuado antes? yo no sé, pero la viróloga Li Meng Yan, experta mundial, dice que “Si la OMS hubiera actuado desde que tuvo la información el 31 de diciembre, no habríamos tenido esta gran pandemia en todo el mundo”. Por ser más claro en el cierre: señores y señoras de la OMS, hagan bien su trabajo o váyanse al carajo. Y por cierto, ojalá dejen de costarnos dinero (que pagamos todos vía impuestos nacionales). Cometan sus errores con dinero de sus bolsillos.

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