El presidente camina sobre los cuerpos de jóvenes asesinados y desaparecidos

“Si continúa la represión una devastadora violencia recorrerá pronto las ciudades de Colombia”

Jaime Acosta Puertas

Cuando se analizan los puntos del pliego de emergencia del Comité Nacional del Paro, no hay ninguna razón para no sentarse a negociar un país mejor, salvo una motivación política e ideológica radical que en el caso de Colombia proviene de una postura neofascista, neoliberal y genocida liderada por el personaje más triste y obscuro de la historia de Colombia, donde lo que hace es funcional a una minoría de privilegiados y nada para una mayoría pobre, desempleada, en la informalidad, ignorante e ignorada, y víctima de una agudizada inequidad.

Un neofascismo feudalista hasta extremos delirantes y de violencia impúdica e irrefrenable como en el siglo XIX, inimaginable en el siglo XXI, cuando las revoluciones tecnológicas ya ponen a la sociedad en otros planos de discusión política y económica y de conversación social y cultural. Cali es el ejemplo de un territorio que encarna todas las contradicciones de una sociedad al extremo desigual, rezagada sin explicación, racista y feudalista hasta más no poder, y sumergida en el narcotráfico y el paramilitarismo, en el contexto de una economía nacional extractiva, de un sistema político corrupto y criminal, y de unas instituciones hechas flecos configurando un estado fallido que en esta crisis de la pandemia y de injusticia social, ha dejado en evidencia que es una economía superficial dada por el narcotráfico, razón del abatimiento y la angustia ciudadana.

La respuesta del gobierno ha sido perversa en una tierra que parece condenada al atraso y la violencia porque su dirigencia siempre lo ha querido así, y no parece dispuesta a cambiar mientras Uribe esté ahí, aunque en esta semana debe ser llevado a juicio si en derecho actúa la justicia.

Para ilustrar al lector, los siete puntos del pliego de emergencia son los siguientes, y cual la respuesta de Duque:

  • Hasta ahora negada la renta básica de emergencia.
  • Negada la defensa de la producción nacional, subsidios a las MiPymes, y una política que defienda la soberanía y seguridad alimentaria.
  • Fortalecimiento de una masiva vacunación y formalización laboral para todos los trabajadores de la salud. Fracaso en la vacunación y negado lo demás.
  • Matrícula cero para estudiantes de estratos 1, 2 y 3. Negada permanente, aprobada solo por año y medio.
  • No a las privatizaciones de empresas públicas y derogación del decreto 1174 de 2020 que alude al Piso de Protección Social para personas con menos de un Salario Mínimo. Negada.
  • No discriminación de género, diversidad sexual y étnica. Negada.
  • Para atender estas peticiones el Estado cuenta con al menos estás fuentes de recursos: emisión de moneda, hacer uso de las reservas internacionales, realizar moratoria temporal y renegociación de la deuda pública externa, y suspensión de exenciones tributarias a las grandes empresas y al capital financiero. Negada.

Sin conocer cuáles son los contenidos de cada punto, todos son sensatos y su viabilidad y alcance depende de las negociaciones entre el gobierno y la protesta. Es más, este pliego se quedó corto respecto a la improcedencia de otras iniciativas legislativas que se aprobaron la semana pasada en la cual el paro estuvo en receso porque cayó en la trampa que le tendió el gobierno para qué hiciera un alto, entonces, se aprobaron reformas que en este momento nada determinante resuelven, y otras empeoran el problema fiscal y enredan aún más la ineficiencia del Estado, como la reforma a la Justicia y a la Procuraduría que demandan tres veces más recursos en burocracia de lo que costaría la matricula cero.

No se tramitaron reformas importantes para superar la crisis, como la renta básica, matrícula cero permanente, firmar el acuerdo de Escazú para frenar el asesinato de defensores de derechos ambientales, aprobar la Especialización Agraria que es justicia para los campesinos en su acceso a la tierra, ley de peajes para frenar los abusos de los concesionarios y su manguala de corrupción con las agencias estatales del sector, y un llamado a reformar la policía con participación de la ciudadanía. Duque se ha burlado de Colombia y de la comunidad internacional a la que promete y no le cumple.

La protesta la incubó la desatención del uribismo y del sistema político y económico. Su respuesta, la represión que ha dejado decenas de muertos, heridos y desparecidos. Es decir, el clamor de la gente por sus derechos y necesidades vitales a las que está obligado el Estado, el gobierno lo atendió a bala, como si fuera un enemigo interno cuando enemigo no es porque la gente lo que quiere es comer, trabajar, tener sueños, vivir mejor y tener un estado verdaderamente democrático y amigo. Es lo absurdo e inhumano de la respuesta del gobierno de facto. Haga de cuenta que un pobre golpea a su puerta, usted la abre y lo mata porque le extendió la mano por un plato de comida o porque le pidió unos pesos para comprar un texto para sus estudios. Es la malvada respuesta del gobierno, que son crímenes de lesa humanidad.

La renta básica, matricula cero y salud, están relacionados con la defensa de la producción nacional, apoyo a mipymes y seguridad alimentaria, que es otro punto del pliego de emergencia. Si se quiere, este es tal vez el tema más complicado, porque podría tocar profundamente el modelo neoliberal.

Este punto puede tener tanto de largo como de ancho según lo quieran abordar, que puede ser entre pedir una estratégica política de desarrollo productivo y de ciencia y tecnología de largo plazo para un plan de reactivación y de restructuración a largo plazo, o limitarse a unos apoyos para uno o dos años, a lo que se sumaría la no privatización de los escasos activos productivos que le quedan al estado, otro punto del pliego, porque todos los demás activos se privatizaron y se los gastaron en los últimos treinta años sin saber en qué. Era fácil negociar este paquete mínimo para darle una salida a la economía y a la sociedad en el futuro inmediato. A Duque no le ha dado la gana.

Una oportunidad ideal para iniciar un proceso de acuerdos entre ciudadanos, el Estado y los empresarios. Sin embargo, estos estallidos sociales que son por la acumulación de factores negativos contra la mayoría ciudadana, suceden en gobiernos de ideología extrema, en este caso, de ultraderecha, que usa todos los medios a su alcance para perpetuar un régimen excluyente, premoderno, antidemocrático, que raya en el sadismo y la psicopatía, e inequitativo hasta límites insospechados.

Los partidos políticos de la oposición han tenido una actuación vaga: desde la gradería trinan, pero no han sabido sumarse a la protesta. Nadie los ha visto caminando con la primera línea. Me parece que están viendo cómo se desgasta o se consolida la protesta, para ver como captan ese malestar en las elecciones del 2022. Si estos partidos hacen elecciones internas para escoger listas para el congreso, la votación sería escasa, porque la protesta no se ve con ellos. A los partidos de la decadencia no les importa el sentimiento de los que están en la calle, porque ganan manipulando, mintiendo, amenazando y comprando las elecciones en la registraduría, en las burocracias y poniendo plata en los bolsillos de los pobres.

La protesta continuará porque hasta ahora nada está resuelto. ¡Nada!. Hoy la gente tiene más hambre, menos empleo y menos acceso a educación que el 21N del 2019 y que el 28A del 2021. La nueva reforma tributaria no se conoce. La estrategia del gobierno es dilatar por dos razones: una, cansar a la protesta porque lo han convertido en un problema de lucha de clases, cuando eso no está en la cabeza de los jóvenes; y dos, dilatar para llegar rápido al 7 de agosto del 2022 y salir corriendo dejando al país desbaratado, incendiado y desbordado. Esta es la peor dirigencia de Colombia en doscientos años, pero también es la mejor juventud de la historia. A ellos todo honor y toda gloria.

@acostajaime