El reto del Nuevo Liberalismo

El mayor reto que tiene el Nuevo Liberalismo, ahora que se le devolvió la personería jurídica, más allá de presentar al país una propuesta nueva e interesante que atraiga votantes y les permita ganar curules en cámara y senado y también por qué no, la presidencia, es el demostrar que es un partido político que tiene las puertas abiertas para todos los colombianos y que no es una especie de club exclusivo de hijos de…

Mucho daño le ha hecho a este país el que no se le permita al ciudadano del común acceder a los círculos donde se toman las grandes decisiones en materia de leyes y políticas de gobierno, como para que el Nuevo Liberalismo se dé el lujo de cometer ese error y haga lo mismo que hacen la mayoría de partidos y movimientos que ponen en sus listas hijos de senadores, representantes, concejales, ministros y hasta expresidentes para venderlos como la renovación de la política, con la excusa de que son jóvenes, cuando en realidad lo hacen con el fin de garantizar su influencia en el país.

Los dirigentes del Nuevo Liberalismo deben tener claro que la verdadera renovación de la política se da con ideas y con personas que estén dispuestas a ejercer cargos en lo público con transparencia en cada labor que ejerzan y es por esto que los nombres de quienes se escojan para integrar las listas a senado, deben ser examinados con ojo de lupa para que no sucedan casos como el del concejal Julián Rodríguez Sastoque en Bogotá, quien ha demostrado que los vicios y las mañas en la política no tienen edad.

La tarea no es fácil, entre otras porque es difícil saber o conocer las verdaderas intenciones de quienes se les acercan con el ánimo de pedir una oportunidad, pero ahí está precisamente uno de los grandes desafíos que tienen los líderes de este movimiento, quienes no puede ni deben dar pasos en falso, porque el país está a la expectativa por verlos jugar en la política nacional y cualquier error les puede salir muy caro.

Por lo anterior, deben saber que terreno pisan porque no faltará el que les quiera hacer guerra sucia como la que ejerció el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación y ahora candidato al senado, Ariel Ávila, sobre la figura de Carlos Fernando Galán en la pasada campaña a la Alcaldía de Bogotá, a quien señaló con una investigación acomodada y llena de mentira y falsedad muy a su estilo.

Por supuesto, tampoco ha de faltar el politiquero y clientelista que llegue con ganas de aprovechar la oportunidad de hacer parte de una opción que goza de buen nombre, para así limpiar el suyo y continuar haciendo de las suyas.

Pero por encima de todos estos retos que acabo de mencionar, el más importante para el Nuevo Liberalismo, es el de darle cabida a los colombianos del común que piden espacio en la política y que se les ha negado por darle prioridad a los hijos de…

@sevillanojarami