Se discute si los humanos sólo tienen cinco sentidos, los tradicionales sensores tacto, vista, oído, olfativo y gustativo, o si hay otros sentidos como la termorrecepción (percibir la temperatura), nocicepción (la percepción del dolor), equilibriocepción (percepción del equilibrio) y propiocepción (sentido del propio cuerpo); los estudiosos de la metafísica agregan muchos más sentidos, incluso popularmente se habla del sexto sentido en las mujeres, que seguramente los hombres también lo deben tener pero sin desarrollar. Cuántos son los sentidos humanos, pocos o muchos, siempre será motivo de debate y seguramente la ciencia lo esclarecerá. En lo que se debería coincidir es en el hecho incontrovertible de que el sentido común, es el menos común de todos los sentidos, y aunque se supone el más común, es el menos frecuente y probablemente se deba a que está asociado con la naturaleza humana, ¡Sí como todos los sentidos!
La naturaleza humana fue propuesta como una nueva ciencia hace más de doscientos años por el filósofo escocés David Hume (1711-1776), en los tres libros que componen el Tratado sobre la naturaleza humana, cuyo propósito era el de postular a la naturaleza humana como base para cualquiera otra rama del saber a partir de la experiencia y la observación, y en el plano de la ética poder medir las consecuencias del acto humano, lo que en el fondo implica la experiencia como tabla rasa para la asunción moral de la responsabilidad.
Probablemente sea por las mismas razones anteriores que el sentido común sea el menos común de los sentidos: Los humanos desconocen el sentido de la experiencia, el sentido de la responsabilidad y de lo que implica ser responsable, verbo y gracia, hacerse a cargo de los resultados de la conducta sin pretender trasladarlos en grado de corresponsabilidad a los semejantes. Cada persona debería atender las consecuencias de sus actos y no pretender hacer a los demás miembros solidarios. A diario en las ciudades colombianas, conductores de vehículos y motocicletas, carentes del más elemental sentido común, realizan maniobras altamente peligrosas en las vías de la Patria, incluso bajo el efecto de sustancias alterantes del estado de conciencia, acciones que ponen en riesgo no sólo sus propias vidas y también la de otros usuarios viales, otrosí de la destrucción de bienes materiales.
¿Qué sentido común puede tener un motociclista que en una vía pública decide levantar en una rueda su motocicleta exponiendo no sólo su integridad si no también la de sus semejantes? El sentido común debería ser suficiente para que nadie se atreviese a poner en riesgo la integridad de las personas de su entorno realizando ese tipo de prácticas. ¿Si el sentido común implica tener la experiencia para prever el potencial daño porqué es tan poco frecuente? ¿El egoísmo priva al humano del sentido común? ¿Qué peso tiene la autoridad y el respeto a la norma en la aplicación del sentido común? ¿Qué tanto influye un precario sistema educativo (Padres + Escuela, que no forma a los ciudadanos para ser responsables y mucho menos para la asunción de la responsabilidad) en la ausencia del sentido común?
Los accidentes de tránsito son indicadores en gran medida de la ausencia de sentido común, podría afirmarse categóricamente que el sentido común cede para ante la inexperiencia y la sinrazón que se pavonean orondas e indiferentes en las sociedades humanas, porque al animal no humano no se le pide sentido común. Particularmente, en sociedades como las latinoamericanas en las que cada vez más el discurso de los derechos va en contravía del discurso de los deberes.
Si el sentido común entraña un ejercicio de experiencia razonada previo a la acción, el sentido común es lo más natural que puede haber para los humanos, por ser un acto exclusivamente humano la capacidad racional, salvo que mañana los científicos que para todo tratan de buscar razonamientos hallen motivos para extenderlo a otras formas de vida no humana, o por qué no, hasta a las rocas. Si los seres humanos hicieran más y mejor uso del sentido común, sufrirían menos, habría sociedades más justas, ciudadanos más sabios y hombres con mayor prudencia al actuar. La desaparición del sentido común sería el primer indicador de la inviabilidad de la especie humana.