Valencia, y con ella España entera, ha vivido la peor de las semanas de los últimos años. Una DANA, fenómeno meteorológico por el que es un sistema de baja presión en los niveles altos de la atmósfera se separa totalmente de la circulación general de la atmósfera, como resultado una cantidad extrema de agua arrasa la zona en la que se produce.
La alerta preveía unos 350-400 litros por metro cuadrado, la realidad superó en mucho esta previsión. Además, las alertas meteorológicas no se tomaron tan en serio como se hubiera deseado, ya se sabe, es la gota fría, lo normal del otoño, del final del verano.
El agua lo arrasó todo; la vida de cientos, quizá miles porque se han reportado cerca de 3000 desaparecidos. Las infraestructuras, los negocios, las cosechas, los automóviles… todo cubierto por el barro, anegado, devastado.
Intacta queda únicamente la impotencia de una sociedad en shock que ha sabido responder y estar a la altura humana que estos casos merecen. Esa respuesta ciudadana da alas a la esperanza y segura estoy de que Valencia entera resurgirá de este barro que ahora la cubre y volverá a ser la tierra de flores y naranjos, de salitre y mar tan bonita de siempre.
Patente ha quedado que el Estado español y el estado de las autonomías, es fallido en manos de estos gobernantes incapaces, mediocres, malvados. Porque si bien los valencianos tienen un presidente incapaz, a todos los españoles nos toca tener a un presidente maquiavélico, de corazón oscuro, podrido, corrupto que prefirió votar el consejo de RTVE (la radio televisión de todos) y dejarla en manos de los que odian España antes que hacer oficial el luto nacional. Políticos de nula experiencia en resolver situaciones complejas, magníficos porteadores de maletines, hooligans de la red social X, cacareadores de doctrinas y mentiras, sin altura moral, de nula empatía al dolor de una sociedad que sufre.
Políticos que se escudan en directivas, procedimientos y competencias para que el barro siga invadiéndolo todo y dejan de lado, en un momento de socorro como el que sufre Valencia, el sentido común, el deber moral y ético de ayudar y socorrer en caso de emergencia. Que la política y la soberbia de los políticos dilate la ayuda seis días deja de manifiesto la podredumbre moral de quienes están al mando. ¿De verdad no hay NADIE en el gobierno de la nación que tenga un poco de cordura y pueda saltarse la voz de su amo? Estamos huérfanos de héroes políticos.
A garrote
Sánchez, que estuvo tres días meditando el amor a su mujer, ha tardado seis en aparecer por Valencia. Hoy se cumplía el sexto día desde el desastre y el cretino ha acudido acompañando a sus majestades los reyes. Me imagino que el resistente Sánchez y el inútil de Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, no han sido del todo conscientes, o tal vez sí, de la sensación que su inacción estaba provocando en la gente.
La gente indignada, en shock, traumada, cansada y desolada no rige con claridad y equivoca el objetivo y se han liado a lanzar barro a todos y gritaban al unísono “¡asesinos!”
Los reyes son los que menos se merecen el maltrato, ellos se tragan las cagadas de los políticos y toca recordar que don Felipe VI fue el primero en acudir a la zona, en poner a la guardia real y todos sus efectivos al servicio de la sociedad valenciana.
A Sánchez, en además, le han dado un garrotazo y tal vez me parece la actuación más valiente de todas. Sánchez y los suyos necesitan más garrotazos, se merecen que España entera se levante contra ellos y los corra a golpes y patadas. Porque esto ha sido en Valencia – del PP- pero lo mismo habría pasado en cualquier otra comunidad autónoma cuyos votos no le fueran a Pedro necesarios.
Sánchez ha salido corriendo de Paiporta, la primera parada de la visita, y se ha escondido como el cobarde que es mientras los reyes, manchados de barro, se han quedado escuchando la indignación de los habitantes de este pueblo arrasado por las aguas. Pobres Sus Majestades, que marrón el suyo.
Tal vez la DANA arrase el gobierno entero y sus corruptelas porque no olviden amigos que antes de que Valencia quedara enterrada en barro, era la Moncloa y su número uno el que andaba con la mierda al cuello y eso, de momento, la DANA no lo ha borrado y todas esas causas judiciales siguen su curso y acabarán arrasando al gobierno en pleno.