Hace 53 años que vine al mundo, mi mamá dio a luz rápido, fluyo rápido como todo en nuestra relación, una mujer fuerte criada con las monjas, linda con bonita letra. Nos conocimos así en un acto profundo de amor, con mi papito su adoración.
Me dicen que nací en un mundo de privilegios y me he cuestionado esa frase por qué el amor y el buen trato son un derecho no un privilegio, y siempre quise que las mujeres más humildes pudieran tener lo que yo tuve, tuve siempre todo lo necesario, pero siempre nos motivaron a compartir lo que teníamos, hay que ser hermanables y generosas decía mi papá, actos bonitos para compartir y dar.
En este último año de mi vida, la ciencia de la psicología y la salud mental han vivido su momento conmigo, esta edad es la preadolescencia de la longevidad… la menopausia es un tabú, poco se sabe de ella y poco se habla, y así como cuando era joven luché por el uso del condón y pastillas anticonceptivas, el derecho al orgasmo, y auto regular la fecundidad, hoy en día creo necesario luchar por el derecho a socializar lo que significa la menopausia, esa montaña rusa biotérmica, que nos lleva de Siberia al caribe en un nano segundo, que distrae tu concentración, tus piernas se inflaman o se duermen, puedes dormir un día entero o no dormir en la noche, y que decir de la pensadera toda hora esa lora interna hable que hable, pues bien complejo todo. Tenemos derecho a ser tratadas de manera distinta por qué, aunque somos las mismas no hacemos lo mismo. Ahora pienso esto me cojio soltera y observo como los más cercanos son el trompo de poner y es con ellos que se debe vivir la terapia y la salud mental.
Una terapia para refrendar acuerdos, poner límites y exponer lo que estamos sintiendo y lo que creemos perder, pero la verdad estamos es ganado y harto, cada vez más nos deben importar más los lazos fuertes e invisibles, y cada vez más nos damos cuenta lo bonito que es haber tenido un papá y una mamá. El cuidado se aprende y cuando a uno lo han cuidado, uno con cuidado trata a los demás. Empatía llaman a esto también ponerse en el lugar del otro, escucharlo y apoyarlo.
Mujeres es tiempo de nosotras, es tiempo de darnos la mano con más fuerza y consentirnos unas a otras, mujeres es tiempo de mujeres.
Agradezco a mi padre que, aunque ya no está, siempre estuvo por siempre con su fuerza paterna y su aprobación, y estos gestos me han hecho de mi una mujer feliz y libre, y agradezco a mi madre por su ejemplo para cuidarme a mi, a mis hermanas y a sus nietos, por hacerme una buena mujer y enseñarme el valor del cariño y los gananciales de amar. Mamita te amo con todo mi corazón gracias por darme la vida y apoyarme con las herramientas básicas para ser una buena persona.
En el mes de la salud mental destaco la importancia que tiene la familia y los efectos sobre ella, echando a pique se aprende, pero también usando otras formas aprendemos y construimos un mundo más justo digno y feliz. Y en la cop 16 veremos ese amor por la diversidad, porque somos uno y somos todo y nos debemos también a la diversidad.