Estamos ante el acontecimiento más difícil que pueda atravesar una sociedad, pero no somos los primeros ni los únicos.
Hace unas cuantas décadas el manejo sociopolítico del país era un cuento totalmente distinto a lo que vivimos ahora; siempre ha existido el socialismo pues imagínense que quién lo creó murió hace tantos años… entonces no es nada nuevo para nosotros que existan sectas de antisociales que quiera poseer a como dé lugar la soberanía de un país; siempre ha existido esa oposición nutrida por las corrientes izquierdistas y los grupos al margen de la ley, que como por arte de magia resultan convertidos en políticos para competir por la presidencia del país; hemos afrontado partidos políticos con orden de valores invertidos, que tienen por desgracia, voz y capacidad de hacerse escuchar para tergiversar la historia, competir deslealmente y ampararse bajo premisas totalmente delictivas; gracias a eso Colombia vive en estos momentos una situación que no tiene nombre.
El esquema legal de este país mantiene modificando normas para poder aprobar las conductas ilegales a la fuerza para que puedan ser vistos cómo hechos normales y todo a que ya tenemos parte de esa izquierda revolucionaria legislando.
Todo al revés
Este fenómeno “político” sin requisitos para ser político, ha surgido gracias a un cazado bien desigual, que se compone de la desinformación y la agresividad, tal vez en esto podríamos justificar sus inaceptables tendencias, como por ejemplo imponer que la fuerza pública, que son instituciones que velan por la seguridad de los colombianos, no debería existir, sin embargo aún tenemos ejército y policía, pero deben poner su integridad en peligro; aún así tenemos soldados y tenemos policías valientes.
Nos están obligando a vivir el proceso criminal de legalización del aborto porque son el límite de la incoherencia y la indolencia, les parece justo y normal asesinar bebés dentro del vientre, sin haber pedido que los engendren e imponen este tipo de homicidios como única vía para evitar la natalidad, cuando existen otros métodos mucho más fáciles que evitarían llegar a tal extremo; plantean que debe ser normal asesinar de adrede, pero ignoran la posibilidad de la anticoncepción y la esterilización, porque es más placentero matar y acribillar un bebé indefenso dentro del vientre, donde un útero que genera vida sirve de tumba; pero ellos insisten en que aceptemos que matar de esta manera es normal.
Estamos ante una oposición que construye ideas que nos obligan a aceptar qué robar está bien, que difamar y blasfemar honras es justo, que matar es permitido siempre y cuando seas de la oposición, eso le llaman resistencia.
Nos quieren imponer una protesta pacífica, que no es más que una asonada terrorista con homicidios, con incineraciones, con bombas, con disparos, con bloqueos de toda índole, pero quién se llegue a defender y quién no permita estos atropellos es un paramilitar, un asesino o un narcotraficante lleno de beneficios y falta de consideración con los pobres protestantes.
Porque te quiero te aporreo
Se les ocurrió que la mejor manera de justificar el vandalismo y el terrorismo que aplican, es el amor a Colombia, por amor apuñalan policías, un amor tan loco, que son capaces de bloquear los sistemas que protegen derechos fundamentales como la vida, un amor tan perjudicial que son capaces de desabastecer ciudades y un amor tan pasional que tienen las principales ciudades de Colombia al estilo de un orinal de universidad pública… entre más deteriorado manchado y sucio el panorama, para ellos más hermoso, quieren imponer la inarmonía, lo desagradable y lo repugnante como algo digno de reemplazar los emblemas nacionales y quién les lleva la contraria, es ultrajado, lapidado y humillado; uno quisiera acercarse a ver si los entiende pero el ambiente lleno de humo de marihuana es insoportable.
¿Imaginan un país, dónde estos súcubos sociales estén representados por un presidente? ¿Imaginan la tragedia democrática, el retroceso, el estancamiento, el éxodo y la desintegración social? ¿Imaginan un lugar donde nos estén ultrajando y abusando con vía libre, por ser opositores? Pues les cuento que una vez el flagelo de la izquierda toque el poder de Colombia, la metástasis será inminente y la recuperación imposible si con un paro terrorista de 70 días han logrado desestabilizar la economía y el orden público, con un periodo presidencial (que no sería el único) nos acaban; Pero les tengo una buena noticia: aún lo podemos evitar, no tenemos que convencer a nadie ni transformar mentes perdidas, solamente ese día, tenemos que salir TODOS, claro que si logramos curar unos cuantos cerebros contaminados será mucho mejor.