Empatía, la clave de todo

Por: Juan Felipe Rengifo


Lo que estamos viviendo en el mundo es algo inédito, más de un billón de habitantes de la tierra estamos confinados en nuestras casas, esperando el desenlace de una historia que escribimos y construimos día a día y que no sabemos a cuántos de nosotros se llevará y en cuánto tiempo acabará. Todos esperamos salir bien librados de un momento que está exigiendo y exigirá un profundo cambio de la sociedad, seguramente seremos conocidos como los sobrevivientes de la ‘Generación del 20’, pero nuestras acciones y actitudes serán las encargadas de marcar el derrotero de las generaciones venideras, tanto positiva como negativamente.

Todo esto se puede enmarcar en un simple concepto, tan antiguo como la Grecia de Aristóteles, pero tan novedoso, que muchas personas, pocas o ninguna vez lo han puesto en práctica y es la empatía. Gramaticalmente es catalogada como un nombre femenino y conceptualmente es la participación afectiva, emocional y sentimental que podemos tener frente a una realidad ajena a nosotros. Es que esta crisis del coronavirus nos ha puesto a prueba una y otra vez, no solamente como individuos, también a nuestras instituciones y cuáles son sus prioridades.

A lo largo y ancho del planeta hemos visto incontables acciones que sacan a relucir lo mejor y lo peor de nosotros, héroes anónimos como los personales sanitarios de todo el mundo, que dan más de lo que tienen por mantener encendida la llama de la vida de sus pacientes, sin importarles su propia vulnerabilidad frente a un virus altamente contagioso. Pero en contraste, también hemos visto acaparadores o especuladores de artículos de primera necesidad, “influencers” proponiéndole retos absurdos a sus seguidores como lamer inodoros, intentar contagiar personas mediante la impregnación de saliva en zonas comunes o simplemente viajeros irresponsables, que no respetaron las normas de salubridad del lugar al que llegaban, llevando consigo contagios, urgencia y zozobra.

En el caso de Colombia, los últimos días han habido muestras fehacientes de como ese concepto de empatía toma mucha relevancia y es castigado o premiado según las acciones o decisiones que tomemos. El pasado jueves más de 120.000 habitantes de Bogotá no acataron el aislamiento voluntario propuesto por la alcaldesa Claudia López, se tomaron el aislamiento voluntario como un tema ajeno que no les competía, y ahora, después de las decisiones tomadas por el gobierno tanto distrital como nacional, ya no podrán regresar a la ciudad, a menos que demuestren que su desplazamiento fue por causa de fuerza mayor. Conclusión, no ponerte en el lugar del otro y ser solidario te puede salir muy caro.

Para concluir, las formas de gobierno y generación de capital, están cambiando y cambiarán drásticamente gracias al momento histórico que estamos viviendo, aquellos que le den prelación al tema puramente económico en detrimento de lo humano y lo social (empatía pura y dura) serán castigados, no es necesario citar nombres propios, pero ya sabemos cuáles gobernantes salen bien librados en esta situación que vivimos, de que marca será la ropa que compraremos o regalaremos, en cuál sala de cine veremos el próximo estreno y en qué restaurante comeremos cuando se supere este difícil, sorpresivo e incalculable momento que poco a poco vamos viviendo.