¡En defensa de los niños!

Desde hace unos meses se ha venido intensificando el plan del presidente Gustavo Petro y de su gobierno de imponer una agenda política LGBTIQ+ en Colombia. Y aunque muchos no compartamos esta visión, sabemos que la razón de fondo tiene que ver con que el mandatario no ha hecho otra cosa que decepcionar a su electorado, por lo que debe buscar el apoyo de las minorías para sentir que medianamente obtiene réditos.

Sin embargo, lo que definitivamente no se puede permitir de ninguna manera es que la izquierda quiera imponer la ideología de género en los menores de edad e instrumentalizarlos.

Recientemente, a un grupo de opositores nos tildaron de mentirosos, de alarmistas, de fanáticos y hasta de radicales por advertir sobre este perverso plan de Petro con el que además de imponer su agenda, busca permitir el cambio de género en niños, niñas y adolescentes. Algo que es cierto, salió a luz y esta semana fue destapado.

Es alarmante que el Ministerio de Justicia tenga listo un decreto para que sea factible el cambio de sexo en los documentos de identidad de los colombianos que así lo deseen, incluidos los menores de edad. De expedirse esta norma, cualquier persona podría hacer modificaciones en su identificación y elegir si se considera de género femenino, masculino, no binario, transexual o travesti.

Y no es un “invento”, la misma ministra Ángela María Buitrago, salió a decir en medios de comunicación que incluso a un niño de siete años se le debe permitir declararse no binario si así lo decide y en su documento de identidad se le debe realizar el cambio, ¡Háganme el favor!

Además, y de forma preocupante, este borrador de decreto contempla que en la implementación de este trámite “quienes ejerzan la función notarial no podrán rechazar la solicitud de corrección para una persona menor de edad, y deberán tramitarla bajo el procedimiento contemplado en el decreto”. Es decir, todas las notarías están obligadas a hacerlo, les guste o no. Estén de acuerdo o no.

Como si esto fuera poco, el decreto también establece que un menor puede hacer la solicitud de modificación del componente “sexo” sin el acompañamiento de sus padres, pasando una vez más sobre el derecho que tienen ellos sobre sus hijos. Lo inverosímil es que en este país sí se requiera ser mayor de edad para votar, ingerir licor, conducir y hasta para tener patrimonio.

Lo que está pasando en Colombia es grave, a esto se suma la reciente circular expedida por parte de la Superintendencia Nacional de Salud que entrega instrucciones a las entidades prestadoras del servicio para que se realicen procedimientos de cambio de género en niños, niñas y adolescentes, olvidando que sus efectos son irreversibles.

Colombia no puede estar de manos cruzadas ante la infamia de esta agenda política que quiere calar en la inocencia de la infancia argumentando el cumplimiento de sentencias de la Corte Constitucional. Lo que esconde Petro y su gobierno es que las amoldan a su conveniencia y en búsqueda de sus propios interés de activismo, porque para ellos es claro que “hecha la ley, hecha la trampa”.

Ojo, porque la agenda política LGBTIQ+ del gobierno Petro nuevamente busca meterse con nuestros niños y Colombia no lo puede permitir. ¡Con los niños no se metan!

Andrés Barrios Bernal