No es posible que el presidente de la república que lidera los proyectos que se presentan a consideración del legislativo para su aprobación, desconozca o no sepa cómo fue el proceso para que se introdujera dentro del documento la posibilidad de que se cobre impuestos a los servicios funerarios.
“¿Por qué quedó eso ahí? No le tengo una explicación clara”, dijo el presidente a la Revista Semana cuando se le preguntó por este asunto, hecho que francamente desconcierta a todo el que lee la entrevista y enseguida hace que uno se pregunte, ¿en manos de quién estamos? y si Iván Duque tiene idea de lo que significa el cargo que ejerce.
Aunque más adelante el primer mandatario quiso arreglar la respuesta dada en la que necesariamente hace recordar su reconocida frase (de qué me hablas viejo), lo único que logró fue ratificar su desconocimiento del proyecto que se supone, el cómo presidente lidera.
“no le tengo una explicación clara. Tal vez cuando se hizo la extrapolación de algunas cosas que no eran de consumo básico, etcétera, se metió ahí, pero los servicios funerarios no deberían tener IVA”, responde el primer mandatario, con lo que yo podría concluir que esto es una especie de “Duque contra Duque”, porque uno no entiende como el presidente pide una reforma tributaria con puntos con los que el como jefe de todo un equipo de Gobierno no está de acuerdo.
¿En dónde tiene la cabeza el presidente Iván Duque? o ¿en manos de quién estamos?, porque no es posible que todo un primer mandatario no sepa o no conozca la minucia de un proyecto que en su nombre se presenta a discusión, no solo del Congreso de la República, sino además de la opinión pública nacional.
Hoy todo el país habla de la reforma tributaria y no solo la califican de injusta, también le señalan de ser miserable con una clase media que lucha por no dejarse caer en medio de las difíciles circunstancias por la que atraviesa el mundo entero por la pandemia del Covid19, como para que ahora el presidente de la república pretenda acabarla a punta de más impuestos con una idea que increíblemente, el parece no conocer.
Muy grave sería que el presidente Iván Duque no lea los proyectos que su equipo de Gobierno prepara para la discusión pública, porque el como cabeza de Gobierno está en la obligación de defenderla y explicarla a todo el que tenga dudas o no sepa de qué trata.
Para momentos como estos, vale la pena recordar las palabras del entonces presidente Álvaro Uribe cuando en medio de un llamado de atención a las Fuerzas Militares y de Policía en la brigada castrense de Carepa dijo:
“Daría la impresión de que los que viven en el otro mundo no son los guerrilleros, sino nosotros. Aquí no hay más que ponernos las pilas y definir si somos capaces o no. Si somos capaces, sigamos con esta responsabilidad, si no, renunciemos a ella, pero esto es en serio”, dijo Uribe.
Si en verdad Iván Duque no conoce lo que en su nombre se presenta a discusión nacional, todavía está a tiempo de renunciar. Piénselo presidente, le haría un enorme bien al país.
@sevillanojarami