Hoy es uno de esos días de mente en blanco, de bloqueo absoluto y de no querer escribir sobre nada, no fluyen las ideas y no arranca la memoria, pero pensándolo bien hay tanto que decir que sería indiferente e irresponsable quedarme callada. No sería apropiado ni agradecido de mi parte no ocupar este valioso espacio que me ofrecieron mis amigos del Confidencial Colombia para expresar mi sentir.
Estamos ante un panorama mundial bastante oscuro y enrarecido. Europa encerrándose nuevamente a causa del rebrote anticipado del COVID-19 que ha dejado miles y miles de contagiados y al cuerpo médico en alerta roja por sentir las UCIS y las funerarias colapsaran nuevamente de forma inevitable. España, Francia y Reino Unido los países más afectados y que sin importar las consecuencias económicas, políticas y sociales han tomado medidas extremas para el nuevo mes que comienza. Llega el invierno a Europa y el virus se vuelve una mezcla de la enfermedad, frio, hambre, abandono, pobreza y soledad.
Estados Unidos en la recta final de la campaña electoral para presidente, un país donde cada día que pasa las cifras de contagios por COVID-19 son más alarmantes, donde la democracia muere lentamente y se ve fragmentada porque el partido que sistemáticamente gana las elecciones con voto popular, las pierde por los votos del Colegio Electoral, es decir, el pueblo no tiene voz y el partido cada vez tiene menos poder.
En Colombia le sacan a Iván Duque un tweet del 2018 donde le dice al país desde Manizales que no descansará hasta ver el corredor de Ánimas – Nuquí conectarnos con el anhelado Puerto de Tribugá y a Juana María Perea Plata, una empresaria y activista colombiana de origen vasco, la matan el jueves 29 de octubre de 2020 por ser una férrea opositora de este proyecto, por oponerse a la construcción de un puerto que destruiría el medio ambiente y las fuentes hídricas de su amado Choco. Nuquí era algo así como un paraíso en la tierra, ahora que se lo tomaron los grupos paramilitares y los narcotraficantes es todo lo contrario, el infierno en la tierra.
Vivimos una ola de masacres y yo asustada me pregunto: ¿A qué horas esto que pensábamos estaba en el pasado se nos disparó en 2020? En 2019 las víctimas por este fenómeno eran la mitad de las que tenemos ahora. Entre las causas tenemos la fuerte presencia de paramilitares (entre 1980 y 2012 en masacres los “paras” ocuparon un honroso y horroroso primer lugar: el 58.9% se las debemos a grupos paramilitares, el 17.3% a la guerrilla, el 14.8% a grupos armados no identificados, el 7.9% a la Fuerza Pública, el 0.6% a paramilitares y Fuerza Pública en acciones conjuntas, y el 0.4% a otros grupos). Esto no me lo invente yo, no me lo soñé yo, pero sí que sirve para hacernos a una idea de lo que nos han hecho los paramilitares como país y como sociedad, estas son cifras y datos de libre consulta que se encuentran en el informe ¡Basta Yá! del Grupo de Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Otras causas: el narcotráfico apoderado de las regiones, las zancadillas y la burla del Presidente y su gabinete, del Partido de Gobierno, de la Fiscalía y del Congreso al Acuerdo de Paz, a la JEP, a sus magistrados y a los excombatientes y como si esto fuera poco, la falta de presencia del Estado y las instituciones en las regiones y las disputas por el control entre bandas criminales y grupos armados ilegales. Para no irnos más lejos recordemos que el terror se apoderó del Cauca y del Choco, pueblos de nadie, donde aún hoy con todo lo que está pasando el Estado no hace presencia a pesar de las nefastas y graves consecuencias.
Entre el 24 y el 31 de octubre de 2020 mataron a 10 personas: 5 personas en la subregión San Jorge en el límite entre Sucre y Córdoba por la problemática de tierras, Juana María Perea por su oposición al Puerto de Tribugá, un médico en El Plateado (Argelia) Cauca y 3 personas más en la Vereda El Vado, zona rural del municipio de Mercaderes, departamento del Cauca.
Señores estamos hablando de 10 personas asesinadas en una semana y de 36 masacres desde enero, es claro estamos en manos del hampa, del narcotráfico, del paramilitarismo, de la guerrilla y de las bandas del crimen organizado y no tenemos Gobierno, es evidente el deterioro de la seguridad, la incapacidad o complicidad de la justicia y la impunidad y el silencio ante tanta desgracia.
¿Saben por qué Iván Duque y su gabinete, el Centro Democrático y el Congreso de la República donde la mayoría de senadores y representantes son cómplices del Gobierno le están dando largas al Acuerdo de Escazú? Con mucho gusto yo los ilustro.
El Acuerdo de Escazú busca garantizarnos el derecho que tenemos todas las personas a:
– Tener acceso a la información de manera oportuna y adecuada
– Participar de manera significativa en la toma de decisiones que afectan nuestra vida y nuestro entorno
– Acceder a la justicia cuando estos derechos nos hayan sido vulnerados
– Proteger a los líderes ambientales y sociales
¿Ya entienden el porqué del hashtag #NoEmbolatenEscazú?
Pero yo no pierdo la fe y la esperanza en este mundo:
Chile nos dio una lección de amor por su país, fortaleza, lucha y dignidad. El país austral empieza a recorrer un camino lleno de esperanza, con una abrumadora aprobación el 79% de los votantes alzó su voz y decidieron romper las cadenas que les impuso un siniestro dictador, los espera una refundación nacional, la redacción de un nuevo texto constitucional y la emancipación definitiva del oscuro recuerdo de una dictadura militar en su historia.
Y si el 3 de noviembre gana Joe Biden la presidencia de los Estados Unidos habrá moñona. Yo seré la persona más dichosa, así como el 81% de los medios de comunicación en USA también lo serán.
Feliz inicio de semana para todos.
María Eugenia Saldarriaga O. | Consultora experta en marketing, reputación e imagen corporativa y lealtad y fidelización de clientes | Cel. 310 3216527 | [email protected] |