Es entendible que los ciudadanos piensen que los Senadores no trabajan; o que trabajan para su propio bien. Con los años (y los engaños) la ciudadanía entiende que un Senador se sienta en su sillón a mandar, a hacerle favores a sus allegados y a aprobar cuanta cosa diga el Presidente.
Yo hablo por mí y también por varios de mis colegas Senadores, que sí trabajamos, que sí estamos al tanto de escuchar, dialogar, investigar y decidir, en ese orden, una acción para que nuestros conciudadanos vivan mejor. En mi caso, esto se puede acreditar con hechos, pues he rendido cuentas cuatro veces en los dos años que llevo como Senador.
En estos dos años he procurado liberarme de cualquier dogmatismo y radicalismo, para abrirle paso a la ciencia, al diálogo y a los puntos de encuentro. Porque la política es precisamente un espacio en el que los diferentes nos encontramos y logramos ponernos de acuerdo para convivir.
Durante este tiempo he sentido el peso de la responsabilidad al oprimir el botón de “sí” o “no” a la hora de votar una nueva norma o ley que puede afectar o beneficiar a millones de familias colombianas. Siempre me he basado en la historia, la ciencia y los hechos. Para darle una renta básica a las familias colombianas afectadas por la pandemia, dije sí. Para reformar las fuerzas de seguridad del estado, dije sí. Para dar contratos estables al talento humano de la salud, dije sí. Para aumentar los impuestos al tabaco, al azúcar y a los que más tienen, dije sí. Para seguir enriqueciendo a las EPS como propuso el Gobierno con el proyecto de ley 010, dije no. Para dar préstamos a aerolíneas con dinero de todos los colombianos, dije no. Para destruir los páramos, dije no. Para seguir empobreciendo a los colombianos con Iván Duque y sus reformas tributarias, siempre he dicho no.
En 2020, presenté y continué más de 20 proyectos de ley de autoría propia. Hice, en compañía de otros Senadores, 5 debates de control político, entre ellos a Carrasquilla, Ministro de Hacienda para que respondiera por posibles nuevas reformas tributarias, y al Ministro de Salud, para que estuviera rindiendo cuentas sobre el dinero destinado a la pandemia. También presenté al Gobierno Nacional más de 15 propuestas para mitigar la crisis del COVID, como darle una renta básica a los colombianos que se vieron económicamente afectados por la pandemia.
¿Es esto posible? Por supuesto, para eso los colombianos, mis jefes, me pagan mi salario y un equipo de trabajo. Por eso es que sigo insistiendo en la aprobación del paquete de medidas saludables, que incluye un aumento al impuesto a las bebidas azucaradas y al tabaco; asimismo, unos entornos más saludables para los niños y las familias colombianas, la reducción del IVA a los productos de la canasta familiar que sean sanos; incentivos para promover la lactancia materna; un etiquetado frontal de advertencia para los productos altos en azúcares.
Presenté medidas legislativas para mejorar la salud mental en el país, con cuatro protocolos para hacerle frente a esta otra pandemia en los entornos escolares, en el talento humano en salud, en las cárceles y en los casinos (ludopatía). Los índices de suicidios y de enfermedades mentales son grandes retos para la humanidad en esta nueva década.
Para mejorar el Sistema de Salud he apelado a cambios en su financiación, en su modelo enfocado a los negocios y no a salvar vidas. He propuesto ser más drásticos en el código penal con quienes se roben los recursos de la salud. Es fundamental, además de lo mencionado anteriormente, darle dignidad a todo el talento humano en salud, por eso he presentado 3 proyectos distintos para lograrlo, que todavía se están discutiendo.
Todas estas propuestas y proyectos de ley, tristemente, tienen poca cabida en un Congreso con las mayorías actuales. Unas mayorías que velan por quienes les patrocinaron sus campañas, pero no por la salud de los colombianos que tienen que sufrir un sistema indigno a diario.
Por eso, además de agotar todas las vías legislativas para lograr un sistema de salud más justo, le estoy proponiendo al país hacer una Consulta Ciudadana por La Salud, en la que nos daremos, democráticamente, un sistema de salud completamente renovado, con trabas para los corruptos, con dignidad para el talento humano en salud y con la atención que cualquier ciudadano se merece.
Los colombianos me dieron su confianza para que trabajara en pro de sus intereses. Gracias, humildemente, por permitirme representarlos.