Entremés de abril y mayo: begoquerida

Está claro que en pleno siglo XXI las mujeres no necesitan un caballero que las saque del sueño eterno de la felicidad y las devuelva a la vida feliz que tanto ansían. Peeero, si ya estás casada y eres feliz en tu matrimonio y la vida te pone en una situación comprometida sí es de esperar que tu marido, ese que has elegido en un deseo máximo de para siempre, se comporte como un caballero y te apoye en cada uno de tus pasos, ya sean por bosques de pajaritos cantarines  o por ciénagas fangosas, como camina hoy Fiona, digo Begoña.

En estos momentos a mi no me gustaría ser Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, presidente de España. Begoquerida, de hermana a hermana, tu marido no te quiere lo suficiente, yo no le daría ni cinco días.  Pero no le daría esos cinco días que tu Pedro pide a su pueblo, el suyo, que no mio, para reflexionar porque lo que tiene entre manos no merece ni la más mínima sombra de duda. El amor no duda. Ni requiere tiempo para pensar. Siempre que en una pareja se dice eso “ necesito tiempo para reflexionar” es el preludio del fin de la pareja.

Ser la otra

Bego, eres sin quererlo la otra, la que espera en casa, pero quién realmente alimenta los deseos y los afanes de Pedro es la derecha y la ultraderecha española. Esa es su cruzada, su amante, su fantasía, su razón de ser. El dirá que es España, pero ella ya está rota, que no te engañe, quien le pone es la derecha española.

Begoquerida, a tu Pedro le importa un bledo lo que te ocurra, porque él maneja y tiene el poder de amnistiar, eliminar un delito de cohecho, redefinir la corrupción o el tráfico de influencias, ¡cómo no va a tirar uno de amigos en momentos de necesidad! Tranquila, él que tiene alma de rey absolutista, lo arreglará. ¿Pues no se ha hecho tan amigo del rey de Marruecos? Algo habrá aprendido allá.

Además, ha cambiado tantas veces de opinión que ya nada te extrañe, sobre todo si sigue adelante y  sus razones y explicaciones la envuelve en papel bonito de progresismo, con celo a dos caras de buena economía y lazos que refuercen la justicia social y la democracia. Pedro tiene arte para eso.

Claro que ya no deberías temer a la derecha ni a la ultraderecha, ya son socios de tu marido en País Vasco y Cataluña, y para él esas no son tan malas. Las otras, las españolas, las que sacaron más votos en las elecciones de julio del 2023, las que están para garantizar que la democracia existe, que hay un control al gobierno y que el resto de españoles están representados en el Congreso; esos que no necesitamos ni cinco dias para pensar  y deseamos que tu marido dimita, esas son su verdadera fuerza y razón de ser. A veces creo, Begoquerida, que Pedro se ha olvidado que a él no le votó la mayoría. Ni siquiera los que le votaron lo hicieron a sabiendas de que vendería España a la ultraderecha catalana o que pactaría con los herederos de ETA y los legitimaría, matando de nuevo el honor de la víctimas, esas que dieron su vida para que España ganara la libertad que ETA les robaba en cada atentado.

Obras son amores…

Begoquerida, te va a tocar luchar sola en este drama, a lo mejor alguna hermana sale en tu defensa y de dice eso de “no estás sola”, pero lo cierto es que Pedro te acompaña estos cinco días porque estoy segura de que te dejará tirada, a expensas de los Tribunales, esos que la izquierda frecuenta tanto como Suiza o Marruecos. Tal vez ellos, los de Marruecos, tengan más noticias de tu Pedro y entonces decida que se marcha a un paraíso y se lleve el dinero que le has hecho ganar, y te deje sola en el juzgado, yo no me sorprendería, lo veo capaz. ¿Pues no te has casado, Begoquerida, con un hortera patán que es capaz de recibir al Rey con las manos en los bolsillos o recolocarse los huevos sin pudor en el pantalón del chaqué?  Además, quien repite sin cesar que está profundamente enamorado de su esposa, normalmente tiene algo que ocultar, aunque sea que su ambición es aún más poderosa.

Bego, tira de refrán y dile a Pedro que no lo piense más, que obras son amores y no buenas razones, bañaros juntos en el fango, reíros de quien te acusa y si no hay nada que esconder entonces no hay nada que temer. Dile que se siente a tu lado, te coja de la mano y no te deje sola en este mal trago. A lo mejor a sus votantes les gusta más en el papel de esposo y amante, de hombre sólido y capaz, que entrega el bien de España por la honorabilidad de su esposa. Así saldría reforzado el hombre, el político y el patán, ese que en Pedro siempre está.

Almudena González

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