ESG en África y su nuevo camino para el desarrollo

África necesitará importantes fuentes de financiación sostenible anualmente si el mundo quiere alcanzar su ambición global de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, pero la buena noticia es que la inversión impulsada por ESG es una oportunidad para desbloquear flujos de capital adicionales hacia la sostenibilidad. Empresas en África que sean capaces de demostrar alineación ESG. (James Brand, ENS África)

Como parte de nuestro recorrido mundial por los ESG, hoy le toca el turno a África. (Aquí hago un mea culpa al hablar África como un todo, porque hay realidades muy distintas en cada zona del continente). Un continente que alberga el 25% de la biodiversidad global natural y el 30% de los recursos minerales del mundo, y tiene un fuerte potencial de recursos que va más allá de los recursos naturales.

Este continente tiene una población joven, en contraste con el envejecimiento de la población europea y china. Con dos tercios del crecimiento demográfico en áreas urbanas, existe un gran potencial para una clase creativa emergente y centros de innovación, como ‘Silicon Savannah’ en Nairobi, la capital de Kenia, o en Kigali, la capital de Ruanda.

África tiene un enorme potencial para las fuentes de energía renovables, como la solar, la eólica, la energía oceánica, el hidrógeno verde, etc. Este potencial podría utilizarse para establecer una plataforma de innovación para tecnologías sostenibles y proporcionar una ventaja de ubicación para las industrias con uso intensivo de energía.

Los ricos recursos naturales de África ofrecen un vasto conjunto de posibilidades para el desarrollo de una bioeconomía vibrante. Gracias a la innovación basada en la biología, podría impulsar el crecimiento económico y la producción de alimentos, salud, energía y bienes industriales resistentes al clima para una población en crecimiento y en proceso de urbanización.

Lo anterior son sus potencialidades y deberían ser sus apuestas para el futuro. Pero su realidad actual es diferente. Según Javier Blas, columnista de Bloomberg, la serie de golpes de estado que asolan el África subsahariana (al menos nueve intentos en tres años) más un malestar político en todo el continente han provocado un examen de conciencia. ¿Qué salió mal? Muchos han reflexionado sobre una infinidad de factores, desde la creciente influencia rusa hasta la corrupción actual. Pero esos son síntomas, no causas, de lo que realmente aqueja al continente: las dificultades económicas.

Una dependencia total de las materias primas ha resultado perjudicial. En toda la región, los costos de endeudamiento han aumentado a niveles inasequibles; los préstamos chinos y la inversión extranjera directa se están agotando; y el legado de la reciente crisis del COVID persiste. Los ministros de finanzas africanos tienen que tomar decisiones imposibles entre pagar los salarios de los funcionarios públicos, mantener abiertas las escuelas y hospitales o compensar a los inversores extranjeros. La gente está harta de que los gobiernos no mejoren las condiciones.

Entre el futuro esperanzador y lo cruel de la realidad, se encuentran los ESG, y su uso como un medio tanto para levantar la economía africana, como para aportar a las mejoras de las condiciones sociales africanas. Se pueden convertir en herramientas que gobiernos, sector privado y sociedad civil pueden utilizar para crear plataformas de dialogo y desarrollo.

Esto se ve reflejado en noticias como las siguientes (según ESG news):

Microsoft y G42 anuncian una inversión de mil millones de dólares en infraestructura de centro de datos ecológicos en Kenia.

En el Foro Regional Africano sobre Desarrollo Sostenible (ARFSD por sus siglas en ingles), SUCCA África anunció que ha dado un paso significativo para apoyar a las empresas de África Occidental en su transición hacia emisiones netas cero al unirse a la campaña Race to Zero como Acelerador. Race to Zero es la campaña más grande del mundo que reúne a actores no estatales para tomar medidas inmediatas y contribuir a reducir a la mitad las emisiones globales para 2030, con más de 13.500 miembros en todo el mundo.

El presidente Bola Ahmed Tinubu ha afirmado el compromiso de Nigeria de implementar diligentemente estándares de informes de sostenibilidad líderes en el mundo destinados a desbloquear inversiones de capital, transformar modelos de negocios y salvaguardar el medio ambiente en el país.

El respaldo del presidente coincide con el lanzamiento de la Hoja de Ruta de Preparación para la Adopción de Nigeria por parte del Consejo de Información Financiera de Nigeria (FRC), en colaboración con el ISSB.

Por otro lado, los principales desafíos para la implementación de ESG en África son muy diversos y provienen de una combinación de factores económicos, políticos, sociales e infraestructurales:

Limitaciones económicas:

Recursos financieros limitados: Muchos países africanos enfrentan importantes desafíos económicos, incluyendo altos niveles de pobreza y desempleo.

Acceso a capital: Los proyectos ESG a menudo requieren inversiones iniciales sustanciales. El acceso limitado a opciones de financiamiento asequibles puede obstaculizar la adopción de iniciativas ESG.

Marcos regulatorios y políticos:

Estructuras de gobernanza débiles: La corrupción y la débil gobernanza en algunos países pueden impedir la implementación efectiva y la aplicación de regulaciones ESG.

Falta de políticas claras: Marcos regulatorios inconsistentes o subdesarrollados pueden crear incertidumbre para las empresas que buscan adoptar prácticas ESG.

Factores sociales y culturales:

Pobreza e inequidad: Los altos niveles de pobreza e inequidad pueden desviar la atención de los objetivos de sostenibilidad a largo plazo hacia las necesidades sociales inmediatas.

Educación y conciencia: La limitada conciencia y comprensión de los principios ESG entre empresas, consumidores y formuladores de políticas puede ralentizar su adopción.

Desafíos infraestructurales y tecnológicos:

Infraestructura inadecuada: Una infraestructura deficiente, incluyendo sistemas de energía, transporte y agua, puede limitar la viabilidad de ciertas iniciativas ESG.

Brechas tecnológicas: El acceso limitado a tecnologías modernas y experiencia técnica puede dificultar la implementación de prácticas sostenibles.

Desafíos Ambientales y Climáticos:

Vulnerabilidad climática: Muchos países africanos son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, lo que puede complicar los esfuerzos para implementar estrategias ambientales efectivas.

Biodiversidad y gestión de recursos: Equilibrar la necesidad de desarrollo económico con la protección de la biodiversidad y los recursos naturales es un desafío significativo.

Dinámicas de Mercado y del Consumidor:

Tamaño y madurez del mercado: Mercados más pequeños y menos maduros pueden carecer de la demanda de productos y servicios compatibles con ESG.

Comportamiento del consumidor: La demanda limitada de bienes producidos de manera sostenible puede reducir el incentivo para que las empresas adopten prácticas ESG.

Datos e Informes:

Falta de datos fiables: La recopilación de datos ESG precisos y exhaustivos es un desafío, lo que puede dificultar la transparencia y los informes.

Estándares de informes: La ausencia de marcos estandarizados de informes hace que sea difícil para los inversores y las partes interesadas evaluar el desempeño ESG de manera consistente.

Inversión y sentimiento de los inversores:

Percepción de riesgo: Los inversores pueden percibir África como una región de alto riesgo, lo que puede limitar el flujo de inversiones relacionadas con ESG.

Enfoque a corto plazo: Un enfoque en los retornos financieros a corto plazo puede eclipsar los beneficios a largo plazo de las inversiones ESG.

Es necesario que los gobiernos africanos trabajen junto con las empresas y la sociedad civil para pavimentar el camino de los ESG, permitiendo su desarrollo como vehículo para el crecimiento económico, y la mejora de las condiciones sociales de la población. Es necesario que todos trabajen en la misma dirección.

Por otro lado, la apuesta por los ESG, puede permitir inversiones y la llegada de empresas que trabajen esos temas, abriendo un nuevo frente económico, que podría reportar ingresos y creación de empleos. Por ejemplo, este pueda ser la autopista que pueden utilizar países de América Latina, para la llegada a ese continente, con inversiones.

PD: Soy un firme creyente que la expansión de nuestra industria (no materias primas) pasa por conquistar nuevos mercados como el africano.

Por Juan Camilo Clavijo Martín