¡Estamos pagando el precio de revictimizar a los indígenas en Colombia!

Colombia es un país de una riqueza cultural geográfica e histórica maravillosa, de la cual siempre nos sentimos orgullosos, aparte de ser uno de los grandes atractivos turísticos a nivel mundial; por esta razón muchas veces decimos: ¡Que orgulloso me siento de ser colombiano!, qué lindo es haber nacido en Colombia!; cómo Colombia no hay nada porque tenemos dos costas y estamos situados estratégicamente, somos la nariz respingada del continente y con TREMENDA RIQUEZA ÉTNICA pero resulta, que dentro de los elementos que se han sumado a esta gran revuelta que vivimos, está nuestra población indígena y hoy quiero resaltar, unas peculiares circunstancias que se dan específicamente en este grupo de personas y de colombianos qué más que un orgullo una reliquia y una insignia latinoamericana y Colombiana, se han convertido en el trampolín, para que los movimientos políticos antiéticos, los hayan adoptado como fichas claves dentro de sus propósitos.

¿Qué es ser indígena? ser indígena es llevar en la sangre y en la genética esas características que tenían nuestros antepasados sin aún haber sido modificadas o alteradas por cruces étnicos después de la conquista, ser indígena también es conservar aún las creencias ancestrales y las tradiciones aborígenes de la época en la que América Latina era virgen e inmaculada… Ser indígena es ser artesano, recursivo, curandero, medicinal, natural, rústico, biológico y es conservar la verdadera esencia de lo que contenían nuestros ancestros antes de ser sorprendidos por la Niña, la Pinta y la Santa María.

Según el DANE 1’905.680 colombianos son indígenas o sea el 4.4% de la población total, llenos de contrastes porque muchos sufren y carecen de atención, consideración y ayuda, pero otros están llenos de reconocimientos y prebendas políticas, que les han venido dando estatus y poder.

Empecemos hablando de una realidad y es que siempre consideramos que fueron ellos (mejor dicho, sus ancestros) quienes sufrieron el terror del descubrimiento, que con mucha seguridad fue un momento tortuoso, fatídico y sangriento que nuestros antepasados soportaron para que nosotros hoy seamos una nación fuerte.

El caso es que asumimos que Colón y su séquito de delincuentes llegaron a acabar con todo, usurparon y agredieron a quienes habitaban estas tierras y no contentos con eso, abusaron sexualmente de las mujeres, los esclavizaron, les quitaron su identidad, los hicieron protagonistas de la historia de desarraigo más grande que pueda existir en el mundo, invadieron su geografía y violentaron sus recursos naturales, pisoteando sus creencias… en fin, esto y mucho más nos ha dado la razón para que con la evolución de la sociedad y de los gobiernos les demos un reconocimiento a quienes siguen conservando esa calidad étnica pura y por esto, casi desde siempre el gobierno ha creado emprendimientos en los que ellos son los principales destinatarios.

Existe un contraste como lo dije anteriormente pues podemos encontrar regiones donde los grupos indígenas están descuidados, desamparados, viviendo bajo condiciones infrahumanas, pero también tenemos dentro de las estadísticas que más del 28% del extenso territorio colombiano pertenece a las etnias, sabemos que son acreedores de subsidios, beneficios de todo tipo incluso son catapultados y privilegiados frente al derecho de la educación… Estos contrastes ponen en tela de juicio si hay discrepancias en la distribución de beneficios, porque se sabe que ellos actúan bajo sus propias leyes y se rigen bajo sus tradiciones y además el estado se los respeta; en el mar mediático podemos ver como a menudo surgen noticias de niñas violadas, bebés desnutridos y por otro lado aparecen terratenientes engallados, dotados de lujosas provisiones para administrar enormes proporciones de tierra, también vemos aforados con curules en cargos importantes y todos los que quieran estudiar con los requisitos de ley tienen acceso a las universidades sin ser triturados por las exigencias de las PRUEBAS SABER, basta pertenecer a una etnia, tener ganas de estudiar y ser bachiller.

Hemos visto en el transcurso de estos días como la masificación indígena puede lograr cosas sorprendentes y atravesar el territorio nacional, abastecidos de todos los mecanismos necesarios, ayudas, vigilancias y garantías para poder protestar por sus derechos, pero lo que no entiendo es ¿porque ellos mismos con todos esos gastos abismales qué invierten para hacer una protesta, exigiendo más beneficios, no los invierten en ayudar a sus mismos congéneres que están mal? Si somos testigos de cómo la idiosincrasia indígena, permite que los patriarcas de las familias prostituyan a sus hijas o nietas y manden sus jóvenes a trabajar cuidando cultivos ilícitos, por eso duele saber de los grandes terrenos de tierra que el gobierno les ha dado, que si no están llenos de maleza, están llenos de coca. ¿Me pregunto qué es lo que quieren, poder sembrar más maticas de la felicidad libremente o poder prostituir a sus niñas a sabiendas que siempre será juzgado el gobierno más no el proxeneta indígena, porque sus creencias no permiten un juicio de carácter ordinario?

¿Que más necesitan si tienen representación política, pero la utilizan para respaldar representantes guerrilleros y de la izquierda con objetivos antisociales? tienen vastos terrenos y beneficios, pero los tienen mal distribuidos, descuidados o indebidamente utilizados? ¿tienen protección del estado y de la justicia, pero no permiten que a sus criminales los juzgue la justicia ordinaria y lo más importante es que tienen 18 millones de colombianos que trabajan de sol a sol para que les expriman los impuestos con los que a ellos les dan tantos beneficios? ¿será que los hemos victimizado demasiado?
Pienso que si nosotros como sociedad no exigimos una organización y un ordenamiento estricto en la administración del engranaje dirigido a la comunidad indígena colombiana, por medio del gobierno, vamos a seguir teniendo el problema de las mingas porque el meollo del asunto no es que les falten recursos o que falte voluntad… es que tenemos que dejar de sobre considerarlos, sobre protegerlos, investigar bien para no darle trascendencia a los berrinches, (hablo de ciertos casos donde logramos comprobar que el violador no era el soldado si no el tío de la misma etnia) ponerles orden, porque son ellos quienes se interesan más por lo que les puedan dar, que por sus hermanos que están mal.

Muy lindos, muy representativos, muy autóctonos, pero muy conchudos. Son indígenas, no minusválidos o discapacitados no entiendo porque nosotros los cruzados (que también somos indígenas a la hora de la verdad) los llevamos a cuestas si tenemos los mismos derechos hablando pues de la igualdad que tanto piden.

@Vahiaaa