Será muy difícil enseñarle a los bogotanos a cuidarse a sí mismos del coronavirus, si no se deja que la misma situación les obligue a hacerlo y en cambio se prefiera la vía de tenerlos encerrados durante quince días, para cuando se acerque la fecha de apertura, anunciar otros días de confinamiento.
Hoy la situación obliga a cada quien a cuidarse. La etapa en que las autoridades debían dar las indicaciones para evitar el contagio masivo, ya pasó, pero según parece en Bogotá, la alcaldesa Claudia López se resiste a abandonarla.
Tanta resistencia y tanto miedo a abandonar esta etapa, deja la impresión de que la ciudad capital no se ha sabido preparar y que la Administración no ha cumplido con su papel a cabalidad, cosa que me cuesta creer de una persona como Claudia López, que acostumbra a trabajar midiendo cada detalle, aplicando lo que se conoce como la “microgerencia”.
Tienen razón los medianos y pequeños empresarios, porque un solo día de inactividad, los puede dejar en una situación que imposibilite la recuperación económica de sus negocios y la posterior ruina en sus familias.
Dudo que esta sea la meta que busque la alcaldesa de Bogotá, de hecho, a ningún mandatario por malo que sea, se le ocurriría. Pero si no se toma un momento de calma para pensar y analizar en lo que se está haciendo y si de verdad esto conviene o no y si es necesario pasar a otra etapa implementando nuevas estrategias, no vamos a superar lo que estamos viviendo, especialmente porque hoy, el cuidado para evitar mayores contagios está en las manos de cada ciudadano.
En mi calidad de directora de la Fundación Acuerdos por la Paz, he tenido la oportunidad de dialogar con muchos empresarios pequeños y medianos de Bogotá. Todos coinciden en expresar sus enormes preocupaciones por la situación financiera de sus negocios, porque si no se les permite la apertura definitiva, con los protocolos de bioseguridad que se necesitan y que ellos tienen la total voluntad de implementar, muy pronto tendrán que terminar con lo que tanto esfuerzo les costó levantar y les permitió llevar el sustento diario a sus familias.
También coinciden en no querer endeudarse con los bancos, y los entiendo, al fin de cuentas el Estado de Pérdidas y Ganancias de sus negocios no es el mejor como para buscar una nueva obligación con un sistema de crédito que suele ser bastante miserable a la hora de cobrar.
La única solución que les queda a miles de bogotanos para recuperarse de la crisis financiera que provocó el coronavirus, es la apertura de sus negocios y está en sus manos señora alcaldesa, el ayudarles. No desperdicie este momento por no querer ceder un poquito. Tenga en cuenta que la responsabilidad de evitar el contagio, está en cada ciudadano.
*Directora de la Fundación Acuerdos Por la Paz