Por: Fausto Zapa*
Observo una atmósfera pandémica y me quedo mirando a lo lejos para retroceder imágenes en mi mente que me hacen escribir lo siguiente:
Lamentablemente, en la historia reciente de nuestro país el departamento de Córdoba es recordado como uno de los territorios más violentos de Colombia, por haber sido zona de influencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (A.U.C) y ser la principal zona donde operan los grupos emergentes que dejó su desmovilización. Así mismo, Córdoba es dominado por una explotación latifundista, donde una vaca de un terrateniente goza de más hectáreas que las que posee un campesino; además es considerado uno de los departamentos donde existe mayor corrupción administrativa en Colombia.
En este escenario sociopolítico y de economía casi feudal, el día 27 de marzo del año 2014, aproximadamente a las cuatro (4) de la tarde mi hijo Jairo Alberto Zapa Pérez (Q.E.P.D), Ingeniero civil y Magister en Hidráulica y Medio Ambiente, de 36 años de edad, Director de la Oficina de Regalías del departamento de Córdoba, fue desaparecido de manera forzada cuando se encontraba en una residencia ubicada en la calle 59 número 12-18, al norte de la ciudad de Montería.
Después de angustiosos meses de espera de sus familiares y de la comunidad, el cinco (5) de agosto de 2014, en el corregimiento “la Magdalena” jurisdicción del municipio de Pueblo de Nuevo, Córdoba, funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía hallaron al interior de un costal, enterrado en el lecho de la quebrada “la Cárcel” los restos mortales de Jairo Alberto Zapa Pérez (Q.E.P.D). Este hallazgo se diò a pocos metros de una finca de propiedad del padre del abogado Alejandro Lyons Muskus, entonces Gobernador del departamento de Córdoba, y quien era el jefe directo de Jairo Zapa.
Por estos abominables hechos, todavía y actualmente se adelanta un dilatorio proceso penal contra seis (6) personas; entre las cuales se encuentran importantes contratista del Estado, ex servidores públicos y también un exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombia (A.U.C); algunos de ellos puestos en libertad por vencimiento de términos.Desde el mismo momento de su desaparición forzada se empezó a manejar la versión de que este hecho estaba relacionado con las funciones que desempeñaba el joven profesional como Director de la Oficina de Regalías del departamento de Córdoba.
En los primeros días de su desaparición: padres, hermanos, esposa y demás familiares de Jairo, iniciaron ante las autoridades Nacionales e Internacionales una intensa actividad, orientada a buscar la verdad de lo ocurrido y se haga pronta justicia frente a tan grave crimen. Para esto se recolectaron centenares de firmas que respaldaron sendas comunicaciones dirigidas a la Honorable Corte Suprema de Justicia, Ministerio de Justicia y Fiscalía General de la Nación (enviadas en agosto de 2016); las cuales hasta hoy no han tenido respuesta alguna. Además se han venido realizando documentales en programas televisivos; así como declaraciones y gestiones ante Organismos Nacionales e Internacionales por familiares y por nuestros abogados. También, entrevistas y manifestaciones de familiares, abogados y amigos por distintos medios de comunicaciones locales y nacionales: primero, sobre la desaparición forzada de mi hijo, luego por su brutal asesinato; posteriormente acerca las dilaciones del proceso penal llevado a cabo en un juzgado de la ciudad de Montería; además sobre el estancamiento prolongado del caso en dos desafortunadas ocasiones en el tribunal superior de Montería. Y últimamente, manifestando a la opinión publica nuestro sentir de familia re victimizada por una administración de justicia malograda por arreglos de maniobras jurídicas proyectadas hacia aplazamientos consecutivos y sistemáticos de las Audiencias del caso Zapa Pérez.
Es evidente que la búsqueda de la verdad y justicia en el caso de mi hijo ha traído consecuencias negativas para sus familiares y otras personas relacionadas con el caso, poniendo éstos en riesgo su estabilidad económica, integridad física y su vida. Estas circunstancias, obligaron a la esposa, hijos, padres y hermanos de Jairo Alberto Zapa Pérez (Q.E.P.D) a dejar su terruño. En el caso de su esposa, hijos y hermana, viajaron al exterior con limitados recursos propios, sin ninguna clase de ayuda del gobierno; pero contando con la excelente asesoría profesional de nuestros abogados lograron obtener asilo político en un país lejano de nosotros.
Por eso, familiares y cordobeses no podemos olvidar horrible daños que nos hicieron y que aún continúan afectándonos. Toda esa tragedia vivida por nuestra familia fue ocasionada por desmovilizado y secuaces de paramilitares, quienes fueron los culpables materiales. Pero, ¿Quiénes son los responsables intelectuales? Manifestaciones de sospechas, comentarios públicos y notas periodísticas apuntan a señalar al exgobernador Alejandro Lyons Muskus en complicidad con politiqueros de la región. Posiblemente, ordenaron desaparecer y posteriormente asesinar a mi hijo, porque no estuvo de acuerdo con las pretensiones corruptas de su jefe inmediato y de sus cómplices. Esa puede ser una de las hipótesis explicativas del caso; este ha dado muchas vueltas del calendario, justamente por esas características posibles. Sin embargo, estamos esperando desde hace tiempo que la justicia transparente esclarezca y despeje muchos interrogantes en torno al caso Zapa Pérez.
Para familiares y cordobeses lo importante es no olvidar este suceso trágico, además de conocer pronto la verdad, resultado de una oportuna y correcta administración de justicia.
Nota: en próximo escrito informaré y analizaré el contenido del reciente documento de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dirigido al Estado parte-colombiano.
*Columnista invitado